Fusionar Seguridad con Defensa es ignorancia y retroceso: Ex notables

TEGUGIGALPA.- Fusionar las secretarías de Seguridad y Defensa es una completa ignorancia y un retroceso histórico, además que no contribuiría a mejorar resultados en la lucha contra la ola delictiva del país, afirmaron los ex notables, Alfredo Landaverde y Benjamín Santos.

El esquema actual de la Policía y los militares es el idóneo y fusionarlas sería un retroceso, coinciden los expertos.

Landaverde como Santos formaron  parte de la junta interventora que en 1998 separó a la Policía Nacional de las Fuerzas Armadas, como parte de los avances en materia de seguridad y defensa que emprendió el gobierno del ex presidente Carlos Flores (1998-2002).

En los dos años que estuvo vigente, la junta interventora estructuró la institución policial, como se conoce actualmente,  en cumplimiento a un decreto legislativo que le dio facultades para depurarla  y dio vida a Ley Orgánica vigente desde entonces.

Además de Landaverde y Santos, la junta estaba compuesta por el extinto político y científico, Hernán Corrales Padilla, quien la presidió; el actual diputado al Congreso, German Leitzelar; el catedrático universitario, Jorge Ponce Turcios; el ex ministro de Relaciones Exteriores, César Elvir Sierra y el abogado Francisco Cardona Argüelles.

Hasta ese entonces, la Policía era una de las cinco ramas de la institución castrense y era de dominio público los niveles de corrupción que imperaba en su seno. Tanto así que se le denominaba la «gallina de los huevos de oro» porque las recaudaciones que obtenía de «mordidas» al público se repartían entre la cúpula militar de entonces.

LA DEPURACIÓN

En este punto los ex notables coincidieron que los niveles de corrupción en la actualidad son iguales o mayores que en aquel tiempo porque no se continuó con el proceso de depuración que  ellos iniciaron.

Fue también que a partir de esta intervención, la máxima autoridad de la Policía fue un civil, es decir, el ministro de Seguridad y no un jerarca militar, como venía pasando con la célebre Fuerza de Seguridad Pública (Fusep).

Desde entonces, cinco ex ministros han sucedido en el cargo, comenzando con la abogada Elizabeth Chiuz Sierra, quien inició con el gobierno de Flores y fue sustituida en ese mismo mandato constitucional por su colega, Gautama Fonseca.

En el gobierno de Ricardo Maduro (2002-2006), la titularidad fue asumida en todo el cuatrienio por el famoso ex ministro Óscar Álvarez, el mismo que comenzó la era del Presidente Porfirio Lobo Sosa y que acaba de ser sustituido por Pompeyo Bonilla, uno de los promotores de la iniciativa de fusionar las dos secretarías.

Benjamín Santos

Durante el mandato de Manuel Zelaya Rosales se desempeñó en el cargo el general retirado Álvaro Romero, quien fue sustituido por el coronel retirado Jorge Rodas Gamero, quien terminó en el cargo, incluyendo el interinato del ex presidente Roberto Micheletti a partir del 28 de junio del 2009, cuando Zelaya fue apartado del poder.

Simultáneamente que la Policía se puso bajo el control civil, las Fuerzas Armadas entraron a la misma esfera durante el gobierno de Flores, quien nombró al ahora extinto abogado sampedrano, Edgardo Dumas Rodríguez, como el primer ministro civil en la naciente Secretaría de Defensa, un hecho sin precedentes en la historia militar hondureña desde su fundación a finales del siglo XVIII.

Junto a este nombramiento se puso fin también a la hegemonía que ejercía al interior de las Fuerzas Armadas el cargo de Comandante en Jefe, que fue suprimido para dar paso a lo que se conoce como Jefatura del Estado Mayor Conjunto, cuya jerarquía responde a las decisiones del Presidente de la República y el ministro de Defensa.

LOS CAMBIOS FUERON LO MEJOR

Doce años después de esos cambios en ambas instituciones, los ex notables consideran que fue lo mejor tanto en materia de derechos humanos como en la supremacía del poder civil y la consolidación del Estado de Derecho, aunque admitieron que las tareas de depuración policial y mejorar la inteligencia siguen pendientes frente al reto de combatir el crimen transnacional, el narcotráfico y la inseguridad interna.

Consultado por LA TRIBUNA, Santos consideró «que sería un retroceso. La Policía y las Fuerzas Armadas tienen dos funciones diferentes, misiones diferentes y las estructuras, por más que se asimilen, no son iguales».

«Ha costado generar en ambas instituciones una confianza con el pueblo, por eso veo que no conviene. Entiendo que lo que se quiere es centralizar el mando para hacerlo más efectivo, pero a la larga creo que será un retroceso», señaló.

«La Policía como cuerpo no estaría de acuerdo en regresar a situaciones ya superadas, aunque sé que no se atrevería a debatirlo abiertamente», agregó.

Santos relató que «la idea de aquel entonces fue separar las funciones de cada una como son la seguridad interna y la soberanía.

La Policía cuando fue miembro de las Fuerzas Armadas mermó su campo y se dio espacio a la delincuencia, por eso, creo, que debería conservarse la separación y la fusión pienso que sería un retroceso».

Alfredo Landaverde

«Me parece bien el esquema actual de que las Fuerzas Armadas apoyen a la Policía en tareas contra la delincuencia y no se pierde la diferencia de funciones constitucionales. Si se cree que separándolas se tendrán resultados más efectivos contra la delincuencia pienso que es una ilusión más, casi pienso, sin contradecir lo que dice el Presidente, quien debe explicar mejor esa idea», expuso.

CONSEJOS

Por su parte, Landaverde, quien además fungió como titular de la Comisión de Lucha contra el Narcotráfico, aconsejó un plan integrado contra el crimen organizado, fortalecer la Unidad de Asuntos Internos de la Policía y crear una unidad de inteligencia en ambas instituciones.

Además, dijo, es necesario fortalecer la investigación criminal para los crímenes comunes, pero también  para prevenirlos, lo que implica «investigar, hay que irlos a buscar, infiltrarlos, afortunadamente la población sabe quiénes son los delincuentes y con una buena central de inteligencia se puede proceder efectivamente».

Respecto a la fusión, expuso que «de nada sirve porque es el mismo aparato burocrático, no habrá ahorro y mientras no haya inteligencia para buscar el crimen organizado en su nivel alto, nada están haciendo. Pueden llenar de policías y soldados el país, pueden inventar lo que quieran y no van a llegar a ninguna parte».

Por eso, agregó, «la idea de fusionar esas secretarías la veo como una propuesta de gente ignorante, que no conoce ni el tema militar, ni el policial. Tampoco han auscultado en realidad lo que pasa en Honduras».

«Lo que el Presidente debe hacer es tomar el mando y exigir a los jefes policiales informes trimestrales, resultados contra el crimen organizado y proponerse metas en vez de hablar hasta por los codos cada vez que se habla de combatir la delincuencia».

Recordó que «cuando se separó la Policía de los militares fue porque era una onda en todo el mundo de que ambas instituciones son diferentes.

Recibimos ayuda de expertos españoles y mexicanos y esa onda no ha cambiado en la actualidad. Las misiones son diferentes: La Policía cuida la población y los militares cuidan la soberanía nacional.

«Y eso sigue así en todas partes, por eso digo que los rusos se van a llevar a los asesores del Presidente que le están planteando esa semejante novedad.

Es más una desesperación porque no han cumplido con darle seguridad al país. El Presidente debe escuchar a la gente que sabe porque ni en la Policía, ni en el Ejército le van a decir si es bueno o es malo por respeto, pero nosotros sí podemos preguntar cómo es esa burrada, de dónde la sacó», subrayó.