Se cumplen 56 años del golpe militar contra el jefe de estado p.m. Julio Lozano Díaz

Por Israel C. Turcios Rodríguez

El 21 de octubre de 1956, las Fuerzas Armadas, con el apoyo de un sector del Partido Nacional y de la “línea dura” dieron golpe de estado al perito mercantil Julio Lozano Díaz y nombraron una junta militar de gobierno, presida por el general Roque J. Rodríguez e integrada por el coronel Héctor Caraccioli Moncada y el mayor e ingeniero Roberto Gálvez Barnes, ya los tres descansan por siempre en la “mansión celestial”.

El alto comando y la planificación

Jefe de estado de Honduras, p.m. Julio Lozano Díaz (1954-1956)

Aquel comando estaba presidido por el general Roque J. Rodríguez, director comandante de la Escuela Militar “General Francisco Morazán” e integrado por los coroneles Héctor Caraccioli Moncada comandante de la Fuerza Aérea Hondureña, Armando Velásquez Cerrato, agregado militar de la embajada de Honduras en Washington y Armando Flores Carías, comandante del Primer Batallón de Infantería. Estos jefes militares fueron los planificadores, se reunían en altas horas de la noche en la dirección de la Escuela Militar y dentro de la planificación, estaba la protección de los objetivos militares locales y nacionales, la situación política, económica y social de la República, la lista de ciudadanos amigos de las Fuerzas Armadas y contacto con algunos jefes de ejércitos de países amigos.

Causas del golpe

El 5 de diciembre de 1954 se produjo la ruptura del orden constitucional y entonces el vice-presidente de la República perito mercantil Julio Lozano Díaz, tomó la titularidad del Poder Ejecutivo con el título de Jefe de Estado de Honduras. Don Julio, no tuvo el respaldo del Partido Nacional como institución, pues a pesar de haberlo sacado de la “grama” y llevarlo a posiciones cimeras, no tomó en cuenta a sus más ilustres miembros, más bien los consideró como “parias”; las huelgas de estudiantes universitarios le hacía un ambiente turbulento; tenía en contra la prensa hablada y escrita. El 1ero de agosto de 1956, se sublevó en esta capital, el cuartel San Francisco, desatando una persecución masiva, se llenaron las cárceles de presos políticos y también las sedes diplomáticas y muchos salieron al ostracismo.

Día y hora del operativo militar

Los estrategas y los tácticos militares fijaron la fecha del 21 de octubre de 1956, a las 4 de la mañana para dar inicio al “operativo militar”; aquella mañana de octubre, estaba fresca, un viento aliseo movía las hojas de la arboleda que rodeaba las ciudades gemelas, la aurora apareció con sus colores esmeraldinos y un conjunto de estrellas se paseaba por un cielo color gardenia. Las unidades militares se desplazaron en vehículos de toda la ciudad. Una compañía tomó por asalto el cuartel que ocupaba el llamado Batallón de la Muerte, al mando el coronel Miguel Ángel Sevilla, y que era un apéndice de la “casa presidencial”; un pelotón se ubicó en la azotea del Palacio Legislativo, otro rodeó la Penitenciaría Nacional (PC) y los demás patrullando las calles y las amplias avenidas de la ciudad capital.

Jefe de Estado nombró oficiales observadores

Junta Militar de Gobierno

Cuando don Julio oyó el ruido de los aviones y miró los hombres uniformados en las calles, ordenó al mayor Gustavo Turcios Baca (mi tío) y al capitán Teodoro Ordóñez Montoya, miembro de la Guardia de Honor, y años más tarde coroneles del Ejército, para que fueran a observar lo que estaba sucediendo, visitaron algunos retenes y fueron recibidos con cortesía y como compañeros de armas; cuando regresaron de la misión encomendada les manifestaron: “Es el Ejército que está en las calles, con apoyo de la Fuerza Aérea Hondureña, tienen rodeada la Casa Presidencial, emplazadas baterías de artillería, morteros y ametralladoras y se hace referencia a un “golpe de estado”. Don Julio se levantó como un resorte, y tomó un teléfono pero estaba desconectado, y luego les preguntó… ¿y cuál es la opinión de ustedes?… le repostaron: Que abandonemos este local para salvar nuestras vidas y evitar que este edificio se convierta en un montón de “ruinas humeantes”; de inmediato don Julio tomó su sombrero y llamó a su chofer y salió hacia su casa de habitación. A partir de este momento, el Ejército e integrado por la Escuela Militar, el Primer Batallón de Infantería, la Fuerza Aérea y el cuartel San Francisco se sumaron y todo quedó sometido a control. Tomó posesión la Junta Militar, decretó de inmediato el estado de sitio y la ley marcial.

Realizaciones de la Junta Militar

La Junta Militar en los pocos meses que estuvo al frente del Poder Ejecutivo, llevó a cabo una serie de obras, siendo entre otras: 1. Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Honduras (con su autonomía) 2. Creación de la Escuela Superior del Profesorado (1956) hoy Universidad Pedagógica Francisco Morazán. 3. Creación del Departamento de Gracias a Dios. 4. Instituto Nacional de la Vivienda (INVA). 5. Patronato Nacional de Infancia (PANI). 6. Contraloría General de la República. La Junta Militar de Gobierno convocó a una asamblea general constituyente y esta eligió presidente de la República por un período de 6 años, al doctor Ramón Villeda Morales, padre del actual candidato por el Partido Liberal, abogado Mauricio Villeda Bermúdez. El doctor Villeda Morales tomó posesión de la Presidencia de la República el 21 de diciembre de 1957.

Participantes:

Coronel de Estado Mayor Armando Velásquez Cerrato

Por motivos de espacio periodístico omitimos el nombre de oficiales y personal de tropa que tomaron participación en aquella gesta histórica y únicamente mencionamos a los después coronel ya en situación de retiro: Antonio Molina Lagos, Carlos René Sagastume Gómez, José Eleodoro Zamora Bados (actualmente presidente de la Junta Directiva de Oficiales Retirados), Edgardo Antonio Borjas Alvarenga (licenciado en periodismo) y actualmente presidente de la Junta Directiva del Tribunal de Honor de la (APH), Herminio Velásquez, Cesar Maradiaga, mayor e historiador Guillermo Castro Espinoza y capitán Héctor Molina Perdomo. Muchos de estos oficiales y también personal de tropa intervinieron con valor y patriotismo en los acontecimientos bélicos con las hermanas repúblicas de Nicaragua, (en el caso de Mocorón) y con El Salvador en 1969, considerados hoy en día como VETERANOS DE GUERRA, que dicho sea de paso las pensiones concedidas por el Estado por sus espléndidos servicios presentados a la Patria y en los campos de batalla, son sumamente bajas, deberían ganar como mínimo 10,000 lempiras más derecho al Hospital Militar sin distingos de grados, y únicamente atenderlo una vez que exhiban su carnet de veterano de guerra, ponerles seguro de vida y pagarles puntualmente.

Al cumplirse en esta fecha 56 años de aquella gesta épica, enviamos un saludo sincero a aquellos oficiales y personal de tropa que participaron con gallardía en todos y cada una de aquellas cruzadas, llenos de patriotismo y valor, y que deben de ser emulados por las generaciones venideras.