ILAMA, Santa Bárbara. La paz y la tranquilidad de los pobladores de esta comunidad se vio interrumpida ayer cuando hallaron a un menor de edad ultimado y sepultado al pie de un árbol de lancetilla, en un terreno del antiguo edificio de la escuela Leónidas Rivera, quien aparentemente estaba siendo víctima de “bullying” y extorsión, por parte de otros adolescentes, entre ellos un primo.
De acuerdo a Carlos Gerardo López, padre de Anderson Alejandro López Cardona (11), cuya madre es la exregidora municipal, Yamileth Cardona, recordó que anteayer, este llegó del nuevo edificio de la escuela Leónidas Rivera, donde cursaba el sexto grado, pero solamente se quitó su camisa cubayera, la colocó en un sofá junto con la mochila y volvió a salir.
Indicó que antes de marcharse, el niño le dijo a su madre que iría a un taller de ebanistería para que le elaboraran un trabajo manual, el cual está a dos calles de su vivienda.
Carlos Gerardo, expresó que al momento que su hijo salió hacia el taller no se encontraba en la vivienda, pues andaba comprando granos básicos para abastecer su pulpería, pero que de acuerdo a su esposa, su vástago le manifestó que le urgía el trabajo manual porque costaba 10 puntos.
Sin embrago, llegaron las 6:00 de la tarde y Anderson Alexander no regresaba a casa, por lo que sus padres y hermanos comenzaron a buscarlo en diferentes sitios, incluso, en el taller a donde se dirigía, pero el encargado del mismo les confirmó que el pequeño nunca llegó.
Las horas transcurrían, pero aún no se sabía nada sobre el menor, por lo que a eso de las 10:00 de la noche, sus padres optaron por presentarse a las autoridades municipales para que hicieran sonar la campana del edificio de la Alcaldía, como es costumbre, cuando ocurre una emergencia para llamar a toda la población.
Tras alertar a los vecinos sobre la desaparición del menor, se formó varios grupos que junto a la Policía Nacional y Militar, comenzaron la búsqueda, pues algunos se movilizaron en mototaxis, a pie y vehículos.
HALLAZGO DEL CADÁVER
Por medio del testimonio de testigos, quienes aseguraron haber escuchado gritos y que vieron que del viejo edificio del centro educativo, salieron dos primos del niño junto a otro menor, se comenzó a realizar inspecciones en el terreno.
Debido a la oscuridad, no lograron dar con el paradero del cuerpo, por lo que fue hasta ayer a las 5:00 de la mañana, cuando los grupos de búsqueda se apersonaron nuevamente al vetusto inmueble donde en una de las aulas hallaron restos de sangre que estaban cubiertos con hojas secas.
Siguiendo los rastros del líquido, llegaron hasta el pie de un árbol de lancetilla, donde notaron que había tierra removida y sobre la misma algunas piedras, las cuales quitaron observando las rodillas de Anderson Alejandro, por lo que sus parientes no pudieron contener el llanto al ver la macabra escena.
A eso de las 12:50 de la tarde, un equipo de Medicina Forense de San Pedro Sula, con apoyo de agentes de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) y fiscales del Ministerio Público (MP) de Santa Bárbara, comenzó a hacer la exhumación, la cual culminó a las 2:02 de la tarde.
El niño tenía las rodillas flexionadas y presentaba heridas de arma cortopunzante en la garganta, así como laceraciones y golpes en el rostro.
La muerte de Anderson Alejandro, causó mucha consternación en la población, pues gran parte permaneció reunida en el parque central, a la espera que se realizara el reconocimiento de ley.
CAPTURAN SOSPECHOSOS
Autoridades policiales, tras confirmar la muerte del pequeño procedieron a darle detención a tres menores de edad y a un adulto de nombre Arafath Martínez Caballero (18), a quienes se les vincula en la muerte del escolar.
Entre los arrestados se encuentra uno de los primos de la víctima, quien es sobrino de su padre y que reside a la par de su casa.
Refirieron que manejan como la hipótesis más fuerte el “bulling” y la extorsión, ya que de acuerdo a las primeras averiguaciones, el primo de Anderson Alejandro y sus amigos de colegio se dedican a cobrar el mal llamado “impuesto de guerra” a los niños de la escuela, a cambio de no golpearlos, ni molestarlos.
De acuerdo a las autoridades, los sujetos en ocasiones le pedían hasta 500 lempiras al ahora occiso, por lo que constantemente le pedía dinero a su madre para trabajos manuales, pero se lo entregaba a su pariente, para que no lo molestara.
El niño fue citado por sus criminales para que les entregara el dinero, pero como no tenía, optaron por matarlo.
Las mismas autoridades no descartan que los arrestados probablemente querían asustar a Anderson Alejandro, pero se les pasó la mano.
Una fuente policial que prefirió el anonimato, expresó que uno de los detenidos decidió servir como testigo protegido y relatar lo qué ocurrió.
De acuerdo al relato del joven, el pariente de la víctima lo mató y los demás le ayudaron a enterrarlo.
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