Mareros le prenden fuego a un “rapidito”

Dos supuestos mareros quemaron ayer un autobús del servicio ejecutivo de los denominados “rapiditos”, perdonándole la vida al conductor y a los usuarios.

El acto criminal sucedió a las 12:20 del mediodía, en la calle principal de la colonia Los Pinos de Tegucigalpa, frente al Centro de Salud de esa populosa colonia, situada al oriente de la capital.

De acuerdo a relatos de los mismos pasajeros, el autobús iba en ruta, siendo seguido por tres individuos que se transportaban en un vehículo, tipo taxi y con características ya establecidas para la Policía.

Antes de una curva conocida como la “Vuelta del Mono”, los maleantes cruzaron el vehículo al bus, obligando al conductor a detener su marcha y estacionara el vehículo.

En cuestión de segundos, dos hombres se bajaron del taxi y se subieron corriendo al “rapidito”, amenazando con unas armas a los usuarios y al chofer.

Los malvivientes cometieron el acto criminal en la calle principal de la colonia Los Pinos, al oriente de la capital.
Los malvivientes cometieron el acto criminal en la calle principal de la colonia Los Pinos, al oriente de la capital.

Después de varios insultos e intentos de disparar contra todas las personas, los maleantes gritaron al interior del carro que toda la gente se bajara de la unidad de transporte que cubre la ruta Los Pinos-Centro.

Los pasajeros, entre ellos varios estudiantes de secundaria, se bajaron atemorizados del carro, con el pánico de ser tiroteados por los antisociales.

El último en desalojar la unidad fue el conductor de la misma, quien pensó que iba a ser ultimado por los dos desconocidos.

Inmediatamente uno de los supuestos mareros que portaba un bote lleno de gasolina, comenzó a rociar el interior del carro con el combustible.

Después de los bolsillos de su pantalón se sacó una caja de fósforos y prendió uno de los cerillos, lanzándolo contra la unidad de transporte, según relatos de los mismos testigos.

Seguidamente los dos maleantes salieron caminando y uno de ellos hizo dos disparos contra el bus, gritando “no la creen con nosotros estos hijos de p…”.

Posteriormente se subieron al mismo taxi, conducido por una tercera persona, huyendo del lugar.

En cuestión de minutos la parte interior y exterior del “rapidito” fue consumiéndose por el incendio.

Las llamas alcanzaron hasta dos metros de longitud, dándose una gran humareda en la calle principal de la colonia Los Pinos.

Varios vecinos al percatarse que los delincuentes se habían ido del sector, comenzaron a salir de sus casas. Con baldes llenos de agua pretendieron apagar el automotor encendido.

Otras personas alertaron al número de emergencias del Cuerpo de Bomberos.

Los elementos de socorro llegaron de inmediato, ante la alarma de los pobladores que vieron cómo las llamas consumían rápidamente la unidad de transporte. Con sus mangueras tirando agua los apagafuegos lograron enfriar la carrocería del automotor.

La unidad de transporte incendiada fue enfriada por elementos del Cuerpo de Bomberos.
La unidad de transporte incendiada fue enfriada por elementos del Cuerpo de Bomberos.

Agentes de la Policía Nacional también se hicieron presentes a la escena del crimen, para iniciar las investigaciones del caso.

Varias patrullas hicieron recorridos en el sector de Los Pinos y sus alrededores, con la intención de localizar y capturar a los “quema buses”. Sin embargo los causantes ya habían huido del sector.

Posteriormente equipos de investigación comenzaron a hacer las pesquisas del caso, confirmando que en el incendio automotriz hubo mano criminal.

Supuestamente el incendio del bus lo cometieron miembros de pandillas dedicadas al cobro de extorsiones en esa zona oriental de la capital.

Aparentemente el propietario del carro se había negado a pagar el mal llamado “impuesto de guerra”, por lo que los malvivientes decidieron quemar su carro.

El automotor, según varios vecinos, tenía solamente dos semanas de circular, porque recientemente había sido comprado por su propietario.