Se cumpla o no la amenaza de Donald Trump, de desmantelar en los Estados Unidos las estructuras criminales y deportar a los pandilleros de la Mara Salvatrucha (MS), Honduras ha puesto sus “barbas en remojo”, tras el anuncio.
A inicios de esta semana, la decisión del gobierno de Estados Unidos, anunciada por su presidente Donald Trump, y que tuvo eco en el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, reforzado por el secretario de Justicia, Jeff Sessions, de reunirse con altos funcionarios para discutir la manera de desmantelar a las pandillas transnacionales extremadamente violentas y deportarlas, fue una “bomba” en países, que como Honduras, El Salvador y Guatemala, son flagelados por la actividad criminal de las “maras”.
Fuentes de inteligencia del Estado confirmaron a LA TRIBUNA que existe un mecanismo, el cual marcha sobre ruedas, tanto a nivel nacional, entre las agencias de seguridad del Estado, como regionalmente para recibir la información sobre esos cabecillas y/o miembros, una vez que se cumpla la amenaza de Trump de deportarlos a sus países de origen.
PROCEDIMIENTO ORDENADO
Actualmente, existe un procedimiento ordenado que es utilizado por las autoridades hondureñas para recibir a los deportados de los Estados Unidos, México y/o Guatemala.
Se trata de un protocolo de seguridad firmado entre Honduras y Estados Unidos para hacer la repatriación de los connacionales hondureños, incluidos aquellos que violentan la ley, que tienen antecedentes criminales en Estados Unidos y los que tienen alerta migratoria o que están en búsqueda y captura en el país.
El protocolo o mecanismo se activa previamente a lo salida del vuelo del punto de origen (usualmente, es Estados Unidos, pero también puede México o Guatemala).
En el caso, que sea Estados Unidos, los oficiales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE UU (ICE, por sus siglas en inglés), que depende de la Oficina de Seguridad Nacional (Homeland Security, en inglés) envían el listado completo de los migrantes retornados a las oficinas de Interpol Honduras para que esta, a su vez, verifique si existen antecedentes penales de las personas que vendrán en el vuelo.
Este cruce de datos que se da entre las agencias de seguridad de EE UU y Honduras permite conocer quiénes son los hondureños que pronto retornarán al país. O sea, que de antemano, el gobierno hondureño conoce quienes son los que están llegando y luego, envían el reporte a la agencia que hace la consulta.

Pero además, Interpol verifica el listado y alerta a sus funcionarios asignados a la terminal aérea de destino, que usualmente es San Pedro Sula, cuando es un vuelo Marshall y viene la mayor cantidad de retornados. En otras ocasiones, el destino es Tegucigalpa y se aplica el mismo protocolo.
El vuelo llega a la terminal de pasajeros, posteriormente son trasladados vía terrestre por el Instituto Nacional de Migración hacia las oficinas del Centro de Atención al Migrante Retornado (CAM-R), que atiende el gobierno y la Misión de las Hermanas Estalabrinianas, quienes les dan un trato humanitario y respetuoso con los derechos humanos a los hondureños que vuelven al país con el estigma de haber sido deportados.
Si el retornado tiene orden de captura, ahora desde antes que baje del avión ya ha sido identificado, entonces el protocolo que se sigue es que a esa persona la ingresan a la oficina de Interpol que está abierta en el CAM-R, donde es registrado e informado sobre su detención, antes de ser entregado en custodia para su presentación en los tribunales de justicia.
Dentro del Centro de Atención al Migrante Retornado hay dos oficinas, una de Interpol y otra del representante de la Dirección Nacional de Investigación e Inteligencia (DNII). Ellos verifican si el ciudadano retornado tiene orden de captura o si en Honduras tiene antecedentes criminales.
Esos mismos agentes son quienes habiendo obtenido anticipadamente la información de los deportados, hacen el cotejamiento con las bases de datos hasta encontrar las relaciones de los sujetos con los supuestos actos iliciticos cometidos en el país. De esta manera, informan y actúan con el apoyo, de la Dirección Policial de Investigación (DPI) y de las demás instituciones.
En caso que el deportado sea un pandillero, que no tiene delito pendiente, pero que sí tiene antecedentes criminales, la información del migrante es transferida a las agencias de investigación respectivas para continuar con las averiguaciones, una vez que la persona haya ingresado al país.
ANALIZAN UNA ESTRATEGIA
La fuente de LA TRIBUNA confirmó que ante el anuncio de Trump de desmantelar la Mara Salvatrucha y deportar a sus cabecillas, las autoridades hondureñas están analizando y definiendo una estrategia integral, orientada a detectar y dar seguimiento a los posibles cabecillas de esos grupos.
Buscan neutralizar cualquier intento de accionar de esos pandilleros y que se vuelvan a reagrupar en el país para cometer delitos. Esta coordinación se da nivel del Consejo de Defensa y Seguridad, integrado, tanto por el Ministerio Público, como por el Ministerio de Seguridad, Poder Judicial, Defensa Nacional, entre otros.
Según se explicó el gobierno está preparado con un mecanismo para neutralizar un posible reagrupamiento de la MS. Pero, también, las autoridades policiales y de investigación han establecido enlaces directos de intercambio de información con las agencias norteamericanas que permitan obtener antecedentes criminales existentes de esos deportados específicamente ligados a las pandillas.
AVALANCHA CONTRA LA MS
Recientemente, el Ministerio Público, liderado por el fiscal general, Óscar Fernando Chinchilla, ejecutó la Operación Avalancha I y II, que atacó el brazo financiero y de seguridad, donde se involucró incluso a policías que ya guardan prisión, por estar al servicio de los pandilleros. Este es el primer golpe a la “yugular” de la MS que tuvo eco también en el Triángulo Norte.
La Mara Salvatrucha es una estructura criminal poderosísima, que actúa en los países del Triángulo Norte (Honduras, Guatemala y El Salvador) que extiende sus tentáculos en el trasiego de droga, lava dinero, producto de la extorsión, y es la más sólida organización al servicio de los carteles del narcotráfico.
Trump no ataca a cualquier grupo criminal, realmente la MS tiene una estructura vertical que está conectada en Estados Unidos. A ella se unen subgrupos delictivos organizados en toda la región. De hecho, atacar a sus integrantes por delitos no desmantela a la organización, por eso el Ministerio Público organizó la Operación Avalancha, que no solo puso en prisión a varios de sus cabecillas, sino que aseguró sus bienes, empresas y les quitó el dinero que les servía para lucrarse y operar en el país.
En los últimos meses, ha habido entre los organismos de seguridad e inteligencia de Honduras, El Salvador y Guatemala unas mesas de análisis y planeamiento de acciones regionales para afrontar la problemática de maras y pandillas.
Fruto de esas reuniones, indicó la fuente, ha sido este intercambio de información oportuno con las agencias de EE UU. Ya existe un intercambio de información en tiempo real entre los organismos de inteligencia centroamericana, que han permitido alertas oportunas, inclusive realizar operaciones policiales de capturas de pandilleros que se han trasladado de un país a otro.
Similares procedimientos de colaboración eficaz existe entre organismos de la región centroamericana con México y Estados Unidos, los cuales se estarán fortaleciendo, a través de los grupos de alto nivel de seguridad establecidos en la Fuerza Trinacional (Triángulo Norte, México y EE UU).
MARÍA ANDREA MATAMOROS:
El protocolo es un esfuerzo coordinado entre agencias

Para la viceministra de Asuntos Migratorios y Consulares, María Andrea Matamoros, el protocolo para la repatriación de los hondureños por delitos cometidos en Estados Unidos no es algo nuevo, ni es un esfuerzo de ahora, hace muchos años funciona bien, desde que se organizó en el presente gobierno.
“Este protocolo está coordinado entre el Centro de Atención al Migrante Retornado con Interpol e Inteligencia y la seguridad del Estado”.
Este es un proceso ordenado, que cuenta con un manifiesto de vuelo donde nos viene toda la información relacionada con las personas deportadas, explicó.
Además, el gobierno cuenta con un registro migratorio biométrico en todas las aduanas y puertos, donde se registra quién entra y quién sale del país. Si alguien tiene una alerta migratoria, esta salta inmediatamente que se ingresan los datos en el sistema.
De hecho, “ya hemos tenido situaciones de deportados con alerta migratoria por delitos. Ellos se ponen en manos de los tribunales, de forma confidencial, sin ser exhibido, como ocurría antes porque tratamos de respetar a un cien por ciento, sus derechos humanos”, detalló.
El manejo de la información que remite ICE a las autoridades de Honduras, a través de la Cancillería, tiene un manejo confidencial, aseguró la viceministra de Asuntos Migratorios y Consulares.
La lista de los deportados trae el detalle de los datos personales y las razones de su deportación, que usualmente son originadas por delitos, tales como: ingresar irregulamente, conducir ebrio, agresiones sexuales, asalto, homicidios y otros.
Cifra de deportaciones va a la baja en el 2017
- De 14 mil deportados, 61 tienen antecedentes criminales en EE UU
De acuerdo con la información proporcionada por la cancillería hondureña, la cifra de hondureños deportados va hacia la baja.
De 15 vuelos que se registraban semanalmente, ahora solo están recibiendo tres semanalmente. En un 72 por ciento han caído las cifras de deportaciones de migrantes y en un 93 por ciento, de las unidades familiares.
Según la vicecanciller Matamoros, entre enero y abril de 2015 fueron deportados 23,569 hondureños; en este mismo periodo en el 2016, hay 19,721 y en el 2017, se contabilizan 13,835.
Tras la decisión de Trump de deportar a los migrantes que tengan antecedentes criminales, solo 61 hondureños fueron retornados con ese perfil. Los demás, son regresados por ingresar ilegalmente a ese país.
“La reducción no es solo de ahorita con la política de Trump, ya se registraba desde el 2015 y se ha visto una caída más rápida, por las medidas de endurecimiento, pero también por las medidas del gobierno de atender a los migrantes y de ofrecerles un programa de reinserción”, dijo la funcionaria.
El programa de ayuda del gobierno se ejecuta a través del Fondo de Solidaridad con el Migrante, creado para ayudar a los que retornan al país frustrados, por la deportación, y las alcaldías también ofrecen sus unidades municipales que ayudan al migrante.
“Tenemos cifras históricas porque ha bajado la cifra de deportaciones en al menos 10,000 hondureños, compradas con las estadísticas del 2015 pese a las amenazas de deportaciones masivas”, acotó.
No obstante, siempre hay connacionales que a pesar de ser deportados, vuelven a emprender su viaje hacia al sueño americano; la mayoría se reinserta en los programas sociales de la Vida Mejor.