Los clubes históricos de Milán, Milan e Inter, cierran un 2017 marcado por emociones contrapuestas, que pasaron de los sueños de gloria a la decepción por reencontrarse con los viejos problemas que provocaron su reciente decadencia.
Ambos con dueños chinos, el Milan del magnate Yong Hong Li e Inter del grupo de inversores Suning, los clubes milaneses encararon la nueva temporada con la convicción de poder competir por la elite, pero cierran el año en involución.