Espíritu navideño

Por José María Leiva Leiva

Entre la literatura, fotos, videos y mensajes recibidos en esta época navideña, comparto tres propuestas orientadas a vivir, estas efemérides con un sentimiento verdaderamente cristiano. El primero, recoge un mensaje del sacerdote chileno Sebastián Correa, entorno a no vivir estos días una experiencia vacía. “Vivimos –dice–, el tiempo de Navidad llena de colores, de adornos, de cosas, de regalos, etc. Pero en el fondo del corazón, nos quedamos vacíos”.

Entonces pregunta: “¿Qué puedes hacer para que en esta Navidad no te pase eso y termines de verdad con el corazón lleno? Normalmente nos centramos en los regalos para nosotros, o para nuestros seres queridos, pero no en los regalos para Él, y es por eso que, muchas veces, quedamos vacíos, porque no vivimos el verdadero sentido de la Navidad”. De aquí que nos invite a ofrecerle un regalo a Jesucristo. Pero, ¿cómo hacerlo? Para ello recurre al mensaje de Mateo 25, 32: “Cuanto hagas con uno de estos más pequeños, a mí me lo estás haciendo”.

Y luego enfatiza en las llamadas siete obras de misericordia, “por lo tanto, si tú vives una obra de misericordia, le vas a hacer un regalo al mismo Jesús. Primero: Visitar a los enfermos. Segundo: Dar de comer a algún hambriento. Tercero: Dar de beber al sediento. Cuarto: Dar posada al peregrino. Quinto: Vestir al desnudo. Sexto: Visitar a un preso. Séptimo: Enterrar a los difuntos”. Obras de misericordia corporales, que deben ir acompañadas por otras siete, que son obras de misericordia espirituales.

Primero: Enseñar al que no sabe. Segundo: Dar buen consejo a quien lo necesita. Tercero: Corregir al que se equivoca. Cuarto: Perdonar al que nos ofende. Quinto: Consolar al que está triste. Sexto: Sufrir con paciencia los defectos del prójimo. Séptimo: Rezar a Dios por los vivos y por los muertos. Con ello, concluye, “le habrás dado un regalo a Jesús… y también se llenará tú corazón”.

Enseguida me detengo en El vlog de Solange Majluf, Psicóloga y Psicoterapeuta, parte del equipo de Infatec (Instituto Familiar de Terapia Cognitiva) servicio de salud mental en Lima, Perú, que nos entrega una dolorosa reflexión a partir de la pérdida de uno de sus hijos, lo que le ha hecho vivir la Navidad de otra manera. Se trata –dice–, “de una época en la que muchos están pensando qué le van a regalar a las personas queridas… O de repente están pensando qué es lo que haría si me sacara la lotería, y no está mal. Pero qué pasaría si esta fuese la última Navidad de un ser querido, de tu pareja o un hijo tuyo. Por ello, nos brinda los siguientes consejos: 1) Regalar presencia y tiempo. Interactuar, conversar, interesarse por la vida de los hijos, no solo intercambiar regalos. 2) “Andar con la mochila ligera: Significa perdonar. Hacer el ejercicio de perdonar los rencores pues no sabemos cuándo ya no estaremos nosotros, o cuándo ya no estarán ellos.

3) No asuman que las personas a las que ustedes quieren, ya lo saben… díganselo. 4) Disfrutar el preparar la Navidad juntos… Que sean momentos memorables, porque sus hijos, los que están en ese momento construyendo la Navidad, probablemente lo harán ellos también cuando tengan sus propios hogares”. 5) Este momento del año también es un buen momento para hacer un balance de los errores y aciertos cometidos y plantearse metas a futuro.

6) Debemos tener un espacio para nosotros solos, para hacer esa lista y poder plantearnos qué vamos a hacer el próximo año para ser mejores padres, mejores esposos, mejores hijos. 7) Y finalmente, agradecer diariamente cuando ustedes se despiertan, y decir ¡gracias Dios mío porque hoy día yo puedo disfrutar mi vida, puedo disfrutar a mis hijos! Mirar lo que tenemos, no lo que nos falta, y agradecer por ello”.

Finalmente recordar las palabras del Papa Francisco: “Navidad eres tú, cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma. El pino de Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida. Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus virtudes son colores que adornan tu vida. La campana de Navidad eres tú, cuando llamas, congregas y buscas unir. Eres también luz de Navidad, cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, alegría y la generosidad. Los ángeles de Navidad eres tú, cuando cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor”.

“La estrella de Navidad eres tú, cuando conduces a alguien al encuentro con el Señor. Eres también los Reyes Magos, cuando das lo mejor que tienes sin importar a quien. La música de Navidad eres tú cuando conquistas la armonía dentro de ti.
El regalo de Navidad eres tú, cuando eres de verdad amigo y hermano de todo ser humano. La tarjeta de Navidad eres tú, cuando la bondad está escrita en tus manos. La felicitación de Navidad eres tú, cuando perdonas y restableces la paz, aún cuando sufras.

La cena de Navidad eres tú, cuando sacias de pan y de esperanza al pobre que está a tu lado. ¡Feliz Navidad para todos los que se parecen a la Navidad!”.