“Pili Luna”, diseñadora ecológica

Después de una vida de confort, “Pili” Luna decidió descubrir su propio ser en el arte. Comenzó por la fotografía y el diseño ecológico de zapatos. Al poco tiempo, estaba exponiendo en la Bienal Iberoamericana del Diseño en España. Fue un premio a su creatividad y un honor para Honduras. A través de su marca Vos Honduras y en alianza con empresas socialmente responsables, calza a cientos de niños pobres. La originalidad de sus diseños, a base del reciclaje de telas y etiquetas, está llegando a clientes en todo el mundo que personalizan sus pedidos. Innovación, drama familiar y perseverancia destacan en la vida de esta talentosa hondureña, amante de la fotografía.

Con tanta competencia global, ¿cómo pudieron trascender sus productos hasta la Bienal Iberoamericana del Diseño?
Quizá porque vivimos en un mundo tecnificado que necesita volver al trabajo con las manos y en un país empobrecido que necesita intercambio justo, donde el consumo desmedido de unos pocos choca con la necesidad extrema de la mayoría.

¿Cuál es la principal distinción de sus productos?
No es tanto la estética ni la moda, lo mío viene de más adentro, lo que yo he querido cambiar en mi vida y se expresa en lo que yo estoy creando.

¿Se trata de un significado más que un producto?
Pienso que sí, porque los objetos contienen un alma, todo lo que usted crea tiene un propósito, no es crear por crear.

¿Se siente diseñadora?
Todos somos diseñadores, diseñamos desde lo que vamos a vestir, estudiar, los gustos. Entonces, mi idea de crear esta empresa fue un camino mío.

¿Qué hacía antes?
Yo tenía una vida completamente distinta, vivía en una burbuja total. Soy hija única, mi mamá enviudó cuando tenía 38 años, aprendí de mi madre todo, es la persona más organizada, desde el pelo hasta sus valores.

¿Y usted era todo lo contrario?
Yo quería andar en jean, tenis y camiseta. Era irreverente, no malcriada, pero quería expresar mis ideas.

¿No pensaba en ser artista?
Vivía en un contexto social diferente, con una educación diferente, luego me casé y me dediqué a cuidar mis hijos, una casa linda, el concepto social de la felicidad, mi preocupación era qué me voy a poner hoy, en vez de preguntarme qué hacer por los demás.

¿Cuándo decide replantear su vida?
Hace cuatro años, cuando creo Vos. Mi esposo era el dueño de Ditel, las páginas amarillas, fue la gallinita de los huevos de oro por muchos años, los dos éramos un poco inmaduros en cuanto al gasto. Creamos una vida de fantasía, pero no había un hogar compenetrado.

¿Quebró todo?
Todo.

¿Hasta el matrimonio?
Todo. Muchas cosas fueron bellísimas como familia, no me arrepiento.

¿Por dónde comenzó?
Como me gustaba la fotografía, me metí a un curso y al cabo de un año estaba exponiendo en el Museo de Identidad Nacional (MIN), fue ahí que me dije que podía.

¿Qué fue de Ditel?
Al final, quebró, porque la tecnología nos rebasó, no solo fue aquí, fue mundial.

¿Y de su esposo?
Vive en los Estados Unidos.

¿Y los niños?
Ya no son niños, David tiene 24 años y vive en Inglaterra, trabaja. Diego está a punto de graduarse de Finanzas en San Antonio, ahí se va quedar y Antonella que vive conmigo, tiene 15 años. Hemos aprendido a lidiar con la vida y poner los pies sobre la tierra.

¿Y su mami?
Ahí está, trabajando en sus cosas. Es el ser más maravilloso de la tierra, la amo. Me educó súper bien después que mi papá murió cuando yo tenía 7 años. Ella ha sido el pilar en todo este proyecto.

¿Por qué Vos?
Por la pregunta que me hice, quién sos vos.

¿Dónde empezó?
Empecé en el garaje de mi casa, con la fotografía, haciendo zapatos. Doña Boni me invitó a diseñar una cartera para Fashion Week con mis fotos impresas y así se me abrió la ventanita de la creatividad y el diseño.

¿Siempre fue creativa?
Siempre, las piñatas de mis hijos, por ejemplo, eran espectaculares, desde la música y la temática alrededor de la piñata, y todo lo hacía a mano.

¿Y plasma sus propias ideas en los zapatos?
Yo dejo que el cliente se pueda expresar. Si me dicen que quieren un zapato con tal estilo, figuras, material, yo plasmo lo que él quiere expresar.

¿Se siente bien en esta nueva faceta?
Me encanta. Mi vida es más tranquila, aunque tengo más presiones económicas, pero estoy en lo mío.

¿Cuándo se sale del garaje?
Cuando crece la clientela. Empecé con artistas hondureños, los primeros zapatos que saqué fueron con pinturas de Julio Vizquerra y fotografías de Arturo Sosa, mi amigo. Fue un boom, pero pasó como una moda.

¿Qué otras ideas plasmó?
Hice zapatos sublimados con tamales y se vendieron con gente de afuera, que se sentía identificada con el país. Después vino una empresa de puros de Danlí con un pedido grande que me obligó a sacar el taller fuera de mi casa.

¿Y por qué escogió el centro de Tegucigalpa?
Porque aquí convergen miles de cosas. Yo venía desde chiquita con mi papá, Rodolfo Luna Morán, al Midence Soto.

¿Se siente segura?
Acá me siento en casa, me siento segura, camino por todos lados, he logrado reducir costos y dar mejores precios.

¿Cuál fue el primer diseño de calzado?
Hice zapatos con jeans usados y me quedó bonito. Le propuse el proyecto Walmart y le gustó. Luego vino una campaña para recoger jeans en desuso para hacer zapatos para niños pobres. Fue un proyecto exitoso, la gente donó para que hiciéramos 10 mil pares, pero al final la empresa solo financió 600.

Vi unos zapatos con etiquetas que trae las barras de manteca, ¿cómo se le ocurrió?
Lavando platos vi la etiqueta del jabón y de aquí saqué la idea, se la ofrecí a Clover Brand y les gustó. Fue un éxito rotundo, llevamos dos escuelas calzadas, es un programa que involucra a niños y empresas, se educa a través de recolectar las etiquetas de los empaques. Ese grupo empresarial están educando con su marca, además de ayudarle al niño descalzo.

¿Qué trae para el 2019?
Tengo dos proyectos más, siempre bajo el esquema de empresas socialmente responsables. Estoy platicando con varias tiendas fuertes en Estados Unidos. No quiero trabajar con cuero por la crueldad con los animales, estoy tratando de traer tuno de La Mosquitia, que se saca de la corteza del árbol sin botar el árbol, y las mujeres de ahí hacen ese tuno.

¿Otra forma de reciclar?
Es un producto natural, más que reciclar es integrar lo que produce nuestra cultura y darlo a conocer sin trastocar su identidad y su rito porque para cada producto tiene un rito, los pech son los dueños de la montaña y los misquitos son dueños de los ríos.

¿Qué experiencia le dejó la exposición en la Bienal Iberoamericana de Diseño?
Fue extraordinaria porque reconocieron mi talento. Fue una invitación para exponer lo que Iberoamérica está diseñando y cómo están enfrentando los retos del nuevo siglo, la innovación de un producto más ético y no tanto estético.

¿Qué quiere transmitir en sus diseños?
Hay que humanizar la sociedad, crear una plataforma donde puedan confluir, empresarios, sociedades, artesanos y crear un beneficio común y no particular.

¿Honduras es un terreno fértil para esas ideas?
Honduras es el lugar perfecto porque no hay nada y falta mucho por hacer.

¿Hay mucha creatividad en el hondureño?
El hondureño es creativo porque la creatividad surge de la necesidad y en Honduras es lo que más abunda, estamos necesitados todos y de la crisis surge la innovación. Cuando usted tiene su vida perfecta, no busca innovar, pero cuando llega la crisis, como fue mi caso, surgen las ideas brillantes.

¿Qué piensa de los programas de emprendedores del gobierno?
Se deben enfocar en las verdaderas necesidades de la gente y la gente tampoco debe esperar a que el gobierno lo solucione todo. Tenemos que aprender a tener más vos ante lo que sucede porque no todo está bien, pero de nada sirve quejarnos o criticar sin hacer nada.

Se habla mucho de la marca país en este gobierno, ¿está de acuerdo?
Creo que está bien, pero se deben reorientar, todos somos marca país y todos deberíamos aportar a la marca país. Todos tenemos que dar la mejor impresión del país, no todo radica en un mercadeo, si todo lo hacemos bien a diario, le aseguro que este país no ocuparía una publicidad extra.

Ahora que mucha gente la toma como ejemplo, ¿es fácil mantenerse?
No es fácil, hay días que no quiero hacerlo, porque hay cosas que me pesan.

¿Como lidiar con préstamos?
Más que eso, he tenido que lidiar con maletas del pasado, aunque las más pesadas son las maletas mentales.

Además del reconocimiento, ¿Vos le deja buenos dividendos?
No le puedo decir que Vos tiene millones, a veces tengo que ver para poder cubrir la planilla, pero la motivación más grande es mi crecimiento interior, la gente que he conocido, el montón de cosas que me he quitado, atavismos, he aprendido a conocer mejor.