Ministro de Seguridad, Julián Pacheco:

**“Ningún temor”, afirma, al “Honduras Canta en New York”…
**Contenedor de café no se contaminó aquí…

Del 2013 a la fecha, hay una notable diferencia entre aquella Policía que encontró, tras ser designado ministro de Seguridad, a la que opera ahora, luego de haber pasado por un proceso inédito de depuración, que permitió la salida de más de seis mil miembros. Y es ese proceso de transformación que tiene satisfecho al ministro de Seguridad, general Julián Pacheco Tinoco, quien reconoce que la “bestia (del crimen) sigue corcovando”, pero hay logros medibles: disminución de la tasa de homicidios, nuevo sistema de educación policial, crecimiento de la confianza de la población en la Policía, política, anticorrupción, proceso de dignificación de la carrera y programas de prevención de violencia.

–El presidente del BID elogió los avances en materia de seguridad, ¿cómo lo recibe usted?
Es un espaldarazo a la política nacional sobre seguridad, un reconocimiento al señor Presidente porque es él quien ha trazado este proceso de transformación y, por último, un reconocimiento a los que aplicamos esta política que se ha transformado en resultados cuantiosos.

—Es la ruta correcta…
Vamos en la ruta correcta y no es como dicen otros sectores que estamos engañando a la gente con cifras inventadas.

–La gente no cree en las cifras (logros) en materia de seguridad, pero el BID sí cree, ¿a qué se debe?
Porque el BID tiene sus propios sistemas de evaluación y su representante no dijo eso en función de lo que la Secretaría de Seguridad le da, sino que de los mecanismos de evaluación propios sobre los proyectos que impulsan en el mundo.

—La evaluación es buena, según Almeida…
Y además, no solo reconocen los avances en seguridad, sino que nos dicen que hemos avanzado en el tema de transparencia y ambas cosas son importantes para nosotros.

—O sea, afuera aplauden los avances, pero adentro no…
Quiero decirle que el proyecto de seguridad del país es el segundo más importante y avanzado de América Latina, en el ramo de seguridad. Ejecutamos en tiempo y forma todos los proyectos convenidos y no hubo un solo cuestionamiento.

—Corrales decía que “le hemos doblado el lomo a la bestia…”, pero ¿Qué ha pasado desde entonces?
La bestia sigue dando corcovos, pero no es que le doblamos el lomo y que la bestia se sometió. Lo que quiso decir es que encontramos la ruta para resolver el problemas; sin embargo, haber encontrado esa ruta no significa que ya resolvimos el problema.

–¿A qué se enfrentan?, ¿cree qué mañana podamos vivir un clima de paz?
Esa es una aspiración que solo se logrará cuando tengamos una sociedad educada. Contestando lo primero, qué puede hacer la Policía cuando un individuo va tarde a su trabajo y no respeta las normas de Tránsito y provoca un accidente y mata a personas o provoca una riña porque se levantó mal y esa riña termina con muertos. Otra cosa, en las familias hay un grave problema de violencia y para reducir a cero las estadísticas de violencia tendríamos que tener a familias integradas, padres de familia responsables y comprometidos con sus hijos. Lo que puede hacer la Policía es que en Honduras los delitos no queden impunes.

—¿Cómo cumplirá esa promesa?
Necesitamos concluir el proceso de reforma de la Policía Nacional, que cierra en el 2022, con 22 mil funcionarios en la Policía y no solo serán números, sino que calidad para dar un servicio efectivo a la Policía ¿Qué va a marcar la diferencia? Tener una Policía de investigaciones muy potente y un sistema de inteligencia policial potente que prevenga los delitos y detecte las actividades ilícitas transnacionales, pero también, fortalecer la presencia policial en la calle, que disuade. Este es el eje de la seguridad para alcanzar un clima de paz.

–¿Este proceso de la Policía podrá continuar sin usted?
Este es un proceso irreversible, porque es un plan que está en proceso de ejecución, que no es fácil echarlo para atrás porque habría que deshacer todo lo que hemos avanzado. El plan es del ministro, es un plan que tiene la voluntad política del presidente de la República, con quien hemos estructurado las líneas de acción. Supongo que si yo no estoy, la persona que venga continuará estas trazas.

–La única comisión que trabaja en armonía es la depuradora con el ministro de Seguridad, en otros ministerios terminaron agarrados de las greñas, ¿cuál es el secreto?
Hay buena sinergia con ellos, pero, por sobre todo, es la voluntad interna de querer hacer las cosas. Yo tengo un gran compromiso en arreglar esta Policía y si resolvemos esto, le estaríamos resolviendo muchos problemas a Honduras. Como ministro tengo que dar soluciones, cumplir la misión que el presidente nos dio, de ejecutar la reforma y como me dijo el presidente cuando me mandó: vaya a arreglar esa Policía o la arregla o la arregla.

–Ya lleva sus años…¿qué queda por arreglar?
Faltan muchas cosas que estructurar, porque también la seguridad no solo depende de tener una Policía profesional. Como hondureños, debemos comportarnos mejor, la escuela no forma hijos, los educa, la formación tiene que darse en el hogar. Además, hay condiciones de salud, de empleo de oportunidades que deben generarse paralelamente a este proceso por recuperar la seguridad del país.

—Comenzamos con muchas muertes múltiples en enero, con la violencia extrema en Olancho, brotes en Choluteca, ¿cómo enfrentan estos desafíos?
Fue una coincidencia que se dio en enero y en Olancho tenemos dos años de estar enfrentando estos brotes de violencia, que no se resuelven capturando a una persona, el problema ahí es desmontar esa estructura criminal, que obedece a una base social, económica y política; para resolver la problemática en Olancho no nos interesa detener al vendedor de puntas de coca o de marihuana, sino que le estamos apuntando a la estructura criminal. Hay un grave problema, por ejemplo, que no se visibiliza, como el hallazgo de grandes plantaciones de marihuana y hoja de cocaína y se dice de la existencia de laboratorios para depurar la cocaína.

—Es que eso lo medios de comunicación lo vemos como “churro”… todos los días encuentran plantaciones…
Olancho y Colón son los departamentos con mayores plantaciones de marihuana y hoja de coca. Esto es muy grave, porque significa que dejamos de ser un país de tránsito para ser productores de una materia que ya nos está generando graves problemas de violencia y dependencia de las drogas. Estamos trabajando en supuesta existencia de laboratorios que estarían produciendo y purificando cocaína y le estamos apostando a la investigación de las nuevas estructuras que sustituyen a los capos que ya se fueron. Hay un trabajo fuerte en esto, en materia de crimen organizado.

–¿Cree que ha dejado de ser a Policía que agarraba solo por agarrar gente o que solo macaneaba bolitos?
Y de qué nos sirve agarrar gente solo por agarrar y sumar una estadística, llenar las cárceles –que ya están llenas– y lo que vamos a tener son pelagatos sin ninguna importancia. El objetivo es llegar al que dirige la operación, que produce la marihuana o que siembra la hoja de coca, la transporta y la lleva al mercado.

–Ante tantos problemas en materia de Seguridad, ¿ha pensado en “tirar la toalla”?
Así como tirar la toalla, no, pero ha habido momentos en que uno siente que patina, que se estanca y no crece, pero hubo que dar un giro porque siento que tengo el apoyo del Poder Ejecutivo y el presupuesto para hacer el trabajo.

–¿Lo desaniman los pachorrudos o esta cúpula le responde?
Internamente, en la institución hemos generado una voluntad para cambiar. Ellos han entendido que si no cambian de hábitos y conducta, la institución no va a cambiar y entonces, la institución se irá al carajo. Los que tienen una carrera que perder son los comisionados, subcomisionados, comisarios, subcomisarios, inspectores y subinspectores, el ministro no. Eso sí, el día que el presidente se levante de malas puede decir: voy a cambiar al ministro, ya no me funciona –y hasta ahí llegamos–, pero ellos (los policías) no.

—Aunque es un tema viejo, ¿tiene temor de lo que suceda en New York?
No tengo temor.

–¿Lo resolvió?
No se si está resuelto o no, pero mi conciencia está tranquila, y es la que me deja dormir por las noches, de que sé que no tengo nada que temer, porque no he hecho nada malo a lo largo de mi vida. Jamás he participado, ni he promovido ni he sido cómplice de actos ilícitos y tengo la absoluta certeza de lo que le digo; y a estas alturas, que uno va con sus años, menos para me convierta en cómplice de bandidos.

—¿A qué se debe que en EE UU sí identifican a presuntos criminales, a gran escala y aquí no, qué falla?
En el país no existía voluntad política para enfrentar ese problema del narcotráfico, pero del 2013 para acá la voluntad política cambió y se está enfrentando la situación; del 2013 para atrás todo mundo miraba para la izquierda cuando el problema estaba a la derecha, todo mundo evadía enfrentar la situación. Los procesos investigativos se escondían, los operadores de justicia no enfrentaban el problema de manera integrada, cada uno tiraba por su lado, la Corte, la Policía, la Fiscalía. Hoy la diferencia es que el Estado en ese tema se ha coordinado.

–¿Hoy existe voluntad de desbaratar los carteles o lo que queda de ellos?
Le aseguro que la nueva política de Seguridad incluye combatir ese crimen transnacional. La diferencia hoy es que el Estado se ha ordenado en el sistema de seguridad, hay mejor coordinación interinstitucional y existe la voluntad de enfrentar este flagelo; le aseguro que en los próximos años no tendremos esas estructuras criminales que desafiaban al Estado. Hay un trabajo de base que se está haciendo, se está fortaleciendo a la Fiscalía, la Corte Suprema y la misma Policía tiene otra actitud frente a eso.

—Suenan rumores de cambios en la cúpula actual de la Policía…
En lo que a mi corresponde, debe continuar. Por ley son tres años, pero el Presidente puede cambiarlos, cuando él estime conveniente, pero yo no he recibido ninguna instrucción de hacer cambios.

—¿Podría garantizar que la Policía está limpia hoy en día?
La Policía tenía metástasis y hemos estado limpiando, pero podría ser que por ahí quedara una célula cancerígena, pero ya tenemos sistemas que detectan esas células y las hemos estado limpiando.

—Ha habido algunas células malignas….
Pero los controles funcionan y los mayores casos de policías vinculados a acciones ilícitas las ha hecho la propia Policía. Las capturas que han hecho otras agencias son producto de investigaciones realizadas por la propia Policía.

—Hay problemas con Tránsito, con los “rapilocos”, los accidentes de tránsito…
Reconozco que hay problema, pero Tránsito por sí solo no va a resolver el problema, es necesario la contribución y orden en lo que respecta a la alcaldía y al Instituto de Transporte, que son actores fundamentales para parar el hacinamiento de taxis en la capital y el de vehículos.

–La DPI es como la “bebé”… ¿está satisfecho con los avances?
La DPI está haciendo buen trabajo, ha avanzado mucho en la investigación científica y tenemos casos que son escuela, pero también tenemos la Policía de Fuerzas Especiales, con éxito operativo y la inteligencia policial hemos avanzado en capacidades tecnológica y humanas. La joya de este proceso de reforma es la educación.

–¿Hay intranquilidad entre los policías por los casos sobre violaciones a derechos humanos, en la etapa post electoral?
Nosotros no podemos obstaculizar las investigaciones de la Fiscalía, pero tampoco podemos dejar solos a los policías a quienes mandamos a cumplir con la ley y ahora, no los podemos dejar abandonados con los problemas legales.

–¿Hubo exceso de fuerza?
No es que hubo exceso, porque al calor de estas actividades que se dieron, de parte de la gente se dieron excesos también, muchas veces el policía tuvo que actuar en defensa propia; posiblemente se dieron episodios de excesos, pero no fue la generalidad.

–¿Qué percepción tienen en Estados Unidos sobre este tema de seguridad?
La percepción es positiva y de mucho respeto a las acciones sobre este tema de seguridad y un reconocimiento también de instituciones, como Departamento de Estado, el Senado, el Capitolio, sobre el avance que ha tenido la Policía y los logros en seguridad. A través de sus agencias, ellos le dan seguimiento y constatan lo que está pasando. Al igual que el reconocimiento que hizo el BID, Estados Unidos también reconoce que hemos avanzado en seguridad.

–¿Cómo avanza la investigación sobre la droga hallada en el contenedor de café?
Tenemos tres equipos investigando en Italia, Colombia y en Costa Rica para determinar qué pasó. Una cosa le puedo asegurar: vamos resolver este caso y a determinar dónde se produjo la contaminación. Estoy cien por ciento seguro que esta contaminación no se dio en Puerto Cortés.

—Seguro que no fue aquí que se contaminó
Estoy cien por ciento seguro, pero mejor esperemos la investigación de los resultados.

—¿Cuál es el delito de mayor incidencia?
Violencia intrafamiliar y doméstica. Todo lo queremos resolver a punta de machete o de pistolas. Tenemos un grave problema, un par de vecinos se matan hasta por un mango. En segundo lugar, las vendettas y por último, la violencia por el narcomenudeo que enfrenta a las pandillas.

—¿Cuál ha sido el momento más difícil hasta ahora?
Cuando me nombraron ministro de Seguridad porque se me generó un conflicto familiar interno. En mi vida me imaginé ser ministro, síaspiraba a ser general y me preparé para eso, pero ser ministro y de una institución como esta. Estoy satisfecho de haber recuperado una institución en la que nadie creía.

—¿Se va tranquilo si le toca?
Sí, porque dejo una institución nueva. La satisfacción más grande.