Por: Roberto C. Ordóñez
En tiempos ya remotos, los reyes y reinas se habían inventado la paja de que gobernaban por derecho divino. Que habían sido puestos en sus tronos por voluntad de la Divina Providencia, y lo peor del caso es que habían muchos majes que les creían.
En la actualidad quedan unas cuantas viejas monarquías en Europa y otras cuantas nuevas en el Oriente Medio, inventadas por los europeos y los gringos para controlar los pozos petroleros. Las monarquías europeas, aunque algunas estén podridas, son constitucionales. Las de los árabes petroleros son absolutas y los monarcas son amos y señores de bienes y vidas ajenas.
Pero en todos los tiempos, detrás de los tronos ha habido influencias ocultas que son las que realmente mandan, a veces más que los reyes y reinas que son cada vez más escasos.
En los gobiernos democráticos presidencialistas también hay poderes ocultos detrás de las sillas.
Según los periodistas gringos, en el gobierno de míster Bush el que realmente manda es el vicepresidente Cheney. Fue el que craneó la invasión a Irak y otras leperadas hechas por los republicanos, como el manipuleo de las elecciones.
En México el verdadero poder tras la silla presidencial de Los Pinos es doña Martha Sahagún, la esposa del presidente Fox.
En sus libros “La Jefa” y “Crónicas Malditas” la periodista argentina Olga Wornat le saca a doña Martha e hijos todos los trapos al sol, desde el uso de los bienes públicos como aviones y helicópteros en beneficios propio, hasta los negocios turbios hechos por sus hijos al calor del poder, o como dicen los mexicanos, los muchachos “se dejan querer”, y los que más los quieren son los empresarios.
Los muchos Bribiesca Sahagún salieron aumentados y corregidos, llegando al extremo del abuso del poder de su madre que desviaron un avión comercial lleno de pasajeros para otro destino al planeado por la aerolínea, con el objeto de quedarse en el camino en una especie de aterrizaje forzoso. El avión presidencial lleva a los muchachos de compras a las tiendas de los Estados Unidos y hasta a jugar y perder grandes cantidades de dólares en los casinos de Las Vegas.
Según otros comentaristas mexicanos, el verdadero poder tras el trono en el gobierno del señor Fox es el canciller Luis Augenio Derbez.
El poder tras la silla de la Casa Rosada ocupada actualmente por Néstor Kirchner en Argentina son los monopolios empresariales y los terratenientes. En los tiempos del general Juan Domingo Perón, tras su silla estuvo primero Evita Duarte, su segunda esposa y a la muerte de esta Isabel Martínez, la tercera línea, quien a su muerte ocupó la silla
Dicen que en El Salvador en el gobierno de Antonio Saca, las mismas familias de siempre siguen mandando detrás de la silla presidencial.
Detrás de los dictadores hispanoamericanos, que han ocupado sus sillas como tronos o cuarteles a título de “güevos”, ha habido siempre poderes ocultos, desde amantes hasta santeras, brujos y adivinos.
En la Honduras de los chafas y de presidentes electos por el pueblo, se cuentans muchas cosas de esos poderes. Los negocios al calorcito del poder se cabildeaban con las amantes de los presidentes. Las primeras y segundas damas y los primeros y segundos damos centroamericanos han estado siempre en la línea de combate para hacer los buenos negocios.
En tiempos del viejo Somoza dicen que en Nicaragua cualquier negocio tenía que ser planteado primero a doña Salvadorita, quien convencía a don Tacho para que se dejara querer.
En la República Dominicana del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo, la antesala de los buenos negocios había que hacerla con sus hijos, hijas y amigotes cercanos, llegando al colmo del abuso del poder del general que hizo por huevos o por candelas reina de belleza a su hija, a la que terminó casando con Porfirio Rubirosa, el “play boy” de moda de aquellos tiempos
En estos tiempos en que todo se mueve al ritmo de la globalización, parece que el rasero común tanto en las democracias como en las dictaduras, es que los que realmente mandan son los que ponen el pisto para financiar las campañas políticas o los golpes de Estado. Últimamente se ha puesto de moda las grandes corporaciones como inversionistas de la política, calculando que cuando sus protegidos ganen recuperarán su dinero con vendaje.
Con el objeto de evitar que los candidatos o los partidos adquieran esta clase de compromisos. En Honduras se aprobó una tal deuda política, que es una cantidad que el gobierno paga a los partidos por cada voto obtenido en las elecciones, pero la cosa ha de seguir igual porque en las campañas se gastan sumas millonarias, superiores varias veces al valor de la deuda política que solo Dios sabe de dónde salen.
En el gobierno recién inaugurado todos los dueños de las corrientes liberales quedaron enchambados, de tal manera que posiblemente hayan varios tronos y varios poderes tras ellos, aunque la última palabra la tendrá don Manuel que según se ve está CENTRALIZANDO TODO.
Además de los dueños de las corrientes, en la repartición del poder ciudadano participan otros reicitos herederos de los mismos políticos y familias que nos han desgobernado desde principios del siglo pasado…