PERFILES: Incapacidad

Por: Carolina Alduvín

Es lo que caracteriza a los funcionarios de esta administración en todos y cada uno de los sectores; al parecer, no se han dado cuenta que dejaron de ser oposición hace más de 18 largos meses, y su discurso sobre los 12 años anteriores a su coyuntural ascenso, se ha vuelto cansino y aburrido, por decir lo menos. A la fecha, no han dado muestras de gestionar el gobierno de manera más eficiente o transparente; en lugar de remediar lo que criticaron, han aprovechado los mecanismos, calificados por ellos mismos como corruptos, para saquear el erario público, hacer más evidente el nepotismo, premiar activistas con poca o nula preparación y nombrar funcionaros que, en vez de ofrecer soluciones, utilizan el tiempo que se paga con nuestros impuestos, para fabricar excusas, imaginando que todos somos ingenuos o ignorantes.

En el sector energía, su titular pasa más tiempo fustigando al gobernante que ya es historia, que trabajando en soluciones creativas para enfrentar la crisis de energía eléctrica que ya afecta a un número creciente de abonados al sistema. Ha sido incapaz de recuperar la credibilidad de la empresa nacional, de sanear sus finanzas o de hacerla eficiente. Tampoco ha eliminado a la compañía extranjera que se encarga de tomar las lecturas de consumo y facturar. Basta ver un panfleto ofensivo que publica, impropio de un funcionario responsable y capaz. Su función no es perseguir culpables o formular juicios y, el que el poder judicial no haya hecho su trabajo en tiempo y forma, no lo faculta a él. Su trabajo es hacer funcionar a las instituciones que generan y distribuyen electricidad para la población y los sectores productivos.

Además de las pasadas administraciones, se escuda en los fenómenos climáticos que, si bien no está dentro de las capacidades humanas controlarlos, sí ha tenido más de un año para tomar las medidas necesarias para que el sistema no colapse, no genere pérdidas y el país siga funcionando con normalidad. Ya las quejas del interior del país se hacen sentir cada vez con mayor insistencia. Ahora los apagones, los eufemizan como maniobras de mantenimiento y están ocasionando grandes inconvenientes en todas las industrias y servicios. Su falta de previsión ha permitido que, dejando los procedimientos apropiados para cuando la crisis ya está encima, el bien se haya acaparado y, siguiendo la ley de oferta y demanda, se haya encarecido en la región.

Su caballito de batalla, para que todos soportemos los inconvenientes, es la intención de los inversionistas de privatizar el subsector eléctrico; o sea, lo que asusta a los burócratas es dejar de disponer de puestos burocráticos para enchambar a sus nutridas parentelas. Si lo que administra el gobierno -sin importar el color de la bandera de sus funcionarios- es la ineficiencia, al consumidor no le importa a quién se le paguen los servicios, con tal de tenerlos disponibles y que sean eficientes. Nadie invierte con miras a hacer beneficencia, hay que entender las reglas del mercado y dejarse de ideologías que a nadie benefician. Hay que trabajar en mejorar el servicio y pagar por lo que haga falta. Al fin y al cabo, los costos se recuperan.

También se recurre a las denuncias de sabotaje, en afán de justificar la ineficiencia, cuando los funcionarios son incapaces, no hace falta recurrir al daño deliberado a las instalaciones. Se dice que el asunto está bajo investigación; sin embargo, la pregunta es ¿acaso no hay suficiente vigilancia y otras medidas de seguridad? Sobre la propiedad estatal correspondiente a un sector tan estratégico como lo es la generación de electricidad. Además, no se trata de bienes que al ser sustraídos vayan a tener una gran demanda como para arriesgarse a provocar un daño, las acusaciones no dejan de sonar a ilógica excusa; será difícil de creer, aun en el caso de que se capture y judicialice a los presuntos culpables. Veremos…

El panfleto presentado a la opinión pública, contiene algunas propuestas de solución que se espera sirvan para mitigar, al menos en parte la crisis ya presente. La pregunta es ¿por qué hasta ahora? ¿Acaso no era mejor moverse hace un año? Igual ya estaban en el poder, pero desperdiciaron muchísimo valioso tiempo llorando sobre la leche derramada, regodeándose de la desgracia ajena y pretendiendo hacernos creer que son mejores que los desplazados por los vaivenes políticos. A todos los funcionarios en cargos técnicos, no es mucho pedir que sean serios, resuelvan los problemas que les tocan y dejen los culpables al Ministerio Público.

Todavía se busca la excepción que confirma la regla.