Por: Noé Pineda Portillo
Una gran medida aplicada por la Presidenta Xiomara Castro, dado que el país no progresaba por una de estas barreras ancestrales que arrastramos desde tiempos de la colonia española en América Latina. Pero el mal está en que no se ha regulado muy bien el uso y control de la propiedad rural. La legislación cada quien la hizo para sí mismo sin intervención del Estado mismo para bien de todos, tal como debe ser en todo caso. Las leyes se han hecho para favorecer a todos no solo a unos pocos.
Si bien, otros países este problema lo resolvieron hace muchos años, nosotros hasta ahora lo hacemos, y este es un paso importantísimo para evitar la barbarie, había que poner orden algún día y ese día llegó. ¡Enhorabuena! Hoy tenemos que trabajar con dignidad y en paz. Esto es bueno para todo tanto particulares como en agrupaciones como es el caso de muchas municipalidades que habían sido invadidas a la brava y para evitar derramamientos de sangre entre vecinos se dejó para después, pero con ese acuerdo presidencial las aguas vuelven a su cauce.
Un caso de mal gusto fue el sucedido en Santa Bárbara, entre los municipios de San Francisco de Ojuera y el de San Pedro Zacapa por la aldea de San Antonio de Suchitepéquez, quienes, estos últimos, valiéndose de artimañas, invadieron al otro lado del río Ulúa, la vega de Taucinca al lado de San Francisco de Ojuera, un terreno comunal que aquellos adquirieron, según escritura pública, desde hace muchísimos años según se puede comprobar legalmente en el Registro de la Propiedad Inmueble y Mercantil. Ahora, digno es de festejar tal actividad entre ambos pueblos y convivir en armonía y hermandad.
Cuando se estableció con bombos y platillos la primera gran Reforma Agraria cuando el presidente doctor José Ramón Villeda Morales, se tomaron en cuenta algunas de estas iniquidades, pero el tiempo pasó y siempre se volvió a los mismos errores. Esperemos que ahora no se venga a los mismo de antes, sino que se cumpla el rigor de la ley. Y alcalde que no cumpla, se le apique la ley con todo el rigor merecido.
La medida que se ha tomado es auténtica liberal pues está acorde con los principios que de siempre pregonó nuestro prócer Francisco Morazán y por siempre estar de acuerdo con los principios filosóficos del gran filósofo empirista John Locke en el siglo XVIII. Estos son saltos cualitativos que la población debe admirar y celebrar en honor al pronunciamiento de los grandes pensadores.
De aquí en adelante, podemos pensar con firmeza, en un verdadero desarrollo agrario, Honduras, será visto con respeto, soberanía plena y la inversión podrá venir con seguridad y el deseo de todos de salir adelante.