Por: Marcio Enrique Sierra Mejía
Los políticos ineptos son aquellos que reflejan ausencia de aptitud. Y el que tiene aptitud, demuestra en su quehacer político la capacidad o la facultad de realizar acciones políticas de manera correcta. Hoy por hoy la ineptitud política, se observa en la gobernanza socialista para gestionar la economía nacional, porque la están llevando al desastre total. No vemos ni comprobamos un funcionamiento efectivo del gobierno.
Según connotados analistas, “el sistema de salud está paralizado prácticamente, sistema de educación ni siquiera sabemos cómo está funcionando, la inseguridad apremiante, ahora tenemos problemas energéticos, tenemos un problema de productividad por sequía, es un desastre lo que está pasando y hasta ahora no vemos un plan de contención, un plan de atención de las soluciones (León, Luis, EDN, junio 2223)”.
La ineptitud política está expuesta cuando el gobierno fracasa en sus tareas. La Presidente Xiomara Castro pidió el voto a la ciudadanía y los obtuvo, pero como gobernante, lleva al traste las políticas públicas que prometió, creando condiciones que muy probablemente van a causar que más pronto que tarde, la ciudadanía decida por un “no más gobierno socialista”. Las circunstancias que inciden en el no cumplimiento de los objetivos que propuso el gobierno socialista, tienen mucho que ver con la poca aptitud de los funcionarios que nos gobiernan. Tenemos una gobernanza malparida, un liderazgo político gubernativo inadecuado, además, una falta de conocimientos o destrezas gubernativas para realizar las funciones públicas.
No cabe duda que la palabra de ineptitud, señala una situación negativa que prima en la gobernanza actual que tenemos y que, tiende a crear frustración galopante en la ciudadanía, porque observamos diariamente, la falta de habilidad para ejercer un gobierno eficaz y eficiente.
Al proclamar que existe la ineptitud política en el gobierno socialista, se expresa un gran rango de sentimientos que describen un sinfín de sucesos; que el conjunto de funcionarios que nos gobiernan, cometen al hacer su trabajo, y peor aún, que nos perjudican en nuestro diario vivir. Se ha llegado al punto, de usar este adjetivo para caracterizar al gobierno socialista, que obviamente hieren sus sentimientos, porque se ha perdido la confianza de que puedan y quieran realizar un cambio en el actuar que tienen y, menos, en el destino de las políticas que nos quieren imponer.
Estamos en el punto en el que ya se agotaron las esperanzas para lograr una rectificación, y que ha llegado el momento de despedirlos, porque el rendimiento que demuestran no es satisfactorio.
Los opositores democráticos ya tienen el convencimiento de que, así como se están manejando las políticas públicas, el gobierno socialista nos conduce a un desarrollo socioeconómico fallido. Consideran que los políticos socialistas en vez de asegurar la construcción de un sentimiento de pasión favorable en la ciudadanía, están creando la desestructuración del sistema socioeconómico vigente, para situarnos en un punto político de cero retornos al estado de libertad individual y de economía de mercado al que nos habíamos habituado. Lo cual, implica a mediano plazo, un cambio de valores que van a generar la polarización social, el enfrentamiento político y la decepción política profunda hacia el modelo refundacional.
Empero, al observar el proceso político que las fuerzas democráticas pretenden instaurar para oponerse a los socialistas, también se pueden apreciar indicios de ineptitud en los líderes políticos que dirigen los partidos políticos opositores democráticos. Da la impresión de que anhelan el cambio del gobierno socialista, sin ofrecer nada a cambio que, demuestre una visión partidaria, completamente renovada y realmente alternativa al enfoque político refundacional que promueve el gobierno actual. Como que buscan retornar al poder siguiendo los mismos patrones de gobernanza que impusieron, cuando tenían la hegemonía en el poder de gobierno. Ante lo cual, se dificulta el fortalecimiento de una fuerza opositora que pueda hacer un efectivo cambio de timonel en las elecciones inminentes que se van a realizar en el 2025.
Tal parece que la ineptitud política, igualmente, está presente en las fuerzas políticas de la derecha. Pretenden el cambio de la gobernanza socialista, pero sin realizar cambios internos que reflejen, una alternativa política distinta a la que imperó en el pasado. Por ejemplo, a lo interno del partido nacional, existen fuertes demandas por parte de la mayoría de sus bases militantes que, se manifiestan a favor de una renovación bajo un contexto democrático de toma de decisiones que, permita la escogencia de líderes y un candidato para asegurar una postura de desarrollo y transformación política alternativa y de oposición real a la de los socialistas.