…Entre militares

Cnel. de Av.® José A. San Martín F. 

…pero también incluye a los policías. Y es que nos vemos obligados a referirnos al comunicado publicado en las redes sociales por el Estado Mayor Conjunto (EMC) de nuestras Fuerzas Armadas en relación con la convocatoria para conmemorar la participación de soldados y civiles hondureños durante la guerra de 1969 provocada por la invasión de la fuerza armada salvadoreña. Evocación dirigida a enaltecer a los ciudadanos héroes que se sacrificaron, muchos hasta con su vida, por defender la soberanía y a la familia hondureña.

Sin el ánimo de irrespetar, pero sí con el de expresar el sentimiento de los militares en situación de retiro, de los miembros de la reserva, veteranos de guerra y de las familias que perdieron a sus seres queridos en dicho conflicto, queremos hacer resaltar la lamentable conducta que los mandos de las FFAA, han observado con relación a este evento.

Como es por muchos conocido, principalmente en el ambiente castrense, el grupo coordinador de este magno suceso solicitó el Campo de Parada Marte para reunir a los invitados, militares en retiro, veteranos, miembros de la reserva y familiares de los fallecidos en la guerra, porque dicho predio constituye ser el icónico espacio que las FFAA, desde hace muchísimos años, utiliza para realizar estos excelsos acontecimientos. Lo extraño del caso, para mi persona, insólito, increíble y fuera de lugar, es que dicha solicitud fue denegada; se les negó a militares en retiro, a veteranos de guerra y a miembros exmilitares de la reserva, utilizar dicho espacio para reunirse a recordar, citar y honrar a los hondureños héroes que defendieron, militarmente, por tierra, mar, aire y en el interior con la Policía Nacional, a la nación. ¿No es absurdo e increíble? Esta lamentable decisión nos hace pensar, claramente, la existencia de fuerzas ajenas al ámbito militar que intervienen para estos hechos sucedan de esta manera.

Igualmente, como si fuesen capítulos de una serie televisiva, otro suceso viene a comprobar lo que fácilmente es perceptible. El comunicado emitido por el EMC a que nos referimos al inicio, también nos trata con desprecio, con irrespeto y nos releva de los méritos que algún día nos ganamos sirviendo a la institución militar y a la patria. Nos advierte que no violentemos la ley, que no usemos nuestros uniformes e insignias, que nos comportemos tranquilos y no causemos disturbios, porque de lo contrario harán prevalecer la ley. ¿Nos agarrarán a garrotes, nos gasearán, nos lanzarán agua a presión o nos dispararán si fuese necesario? ¿Quiénes creen que somos? ¿Acaso miembros de esos sindicatos revoltosos o miembros de las susodichas bandas de colectivos, que hacen y deshacen violentando la ley sin que se les haga nada? No estimados compañeros y discípulos, fuimos fieles servidores de la patria como hoy deben serlo ustedes. Siempre nos regimos de la mano de la ley y la justicia, con la determinante convicción de servir al pueblo hondureño y a la patria. Transitamos más de treinta años por nuestras unidades militares, engrandeciéndolas y fortaleciéndolas, para que las nuevas generaciones castrenses, como las actuales, continuarán con ese espíritu de servicio y sacrificio por la nación, continuando con la tradicional fuerza granítica de unidad, espíritu de cuerpo y compromiso en mantener la armonía institucional y la seguridad nacional.

¿Quién o quiénes estarán boicoteando las relaciones entre militares? ¿Cuáles razones se pueden intuir para que los militares estén divididos o se estén dividiendo? Porque se sabe de diferencias existentes entre el personal activo debido a injusticias en la asignación de cargos y responsabilidades. No queremos creer que las influencias de políticos egoístas y ambiciosos estén metiendo la mano en menesteres propios de la institución militar y policial. El cumplimiento de las leyes y reglamentos militares y policiales son el norte, la conducta que deben seguir, a capa y espada, los miembros de esas instituciones que deben, sobre todas las cosas, caracterizarlos sin lugar a duda.

Los policías y los militares son del pueblo y se deben a él; su deber primordial es mantener la armonía social, la paz y la tranquilidad nacional. Deben saber reconocer y estar claros que le deben obediencia, primero que todo, a la ley. Mantener y fortalecer la unidad institucional dentro y fuera de ella, para ser más fuertes y confiables frente al pueblo.