Hay luto en Honduras!

Por: Ivonne Tábora*

Hace casi más de 20 años , me tocó por primera vez cubrir una noticia en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social, en Támara, la única prisión específicamente para mujeres en Honduras, fue una experiencia que me dejó absorta por un buen tiempo, ya que el sitio parecía de todo, menos un centro de rehabilitación.

En ese entonces tuve la oportunidad de escuchar varios testimonios de reclusas que estaban privadas de su libertad por delitos menores, pero lamentablemente no tenían dinero para pagar un abogado, y esperando a que alguien las defendiera de forma gratuita y diligente, llevaban años presas y aprendiendo en una escuela de delincuencia organizada.

A oídos de la gran mayoría por años, es conocido el tema, sobre las condiciones precarias e inhumanas en las que se encuentran los reclusos en el país, porque los centros penitenciarios no reúnen los requisitos básicos para que un ser humano, cumpla su condena y sea rehabilitado, viven hacinados en su mayoría y sin lo básico, mientras otros lo hacen con privilegios dentro de sus celdas, porque son los encargados de vender droga, armas, etc.

Apenas hace un par de días, ocurrió una matanza planificada, yo diría premeditada, más de 40 mujeres murieron calcinadas y otras asesinadas con armas de fuego, según los entes de investigación fue perpetrada por el crimen organizado que trata de amedrentar a las autoridades por las últimas acciones en los centros penales, como decomisos de armas, celulares, droga, etc.

La viceministra de Seguridad y exmiembro de la Comisión Interventora de los centros penales, Julissa Villanueva, asegura que darán con los responsables y no negociarán con la criminalidad, pero hay que recordar que este no es nuevo, no ha sido el único hecho sangriento acaecido en un centro penal, ya que en los últimos años se han disparado las muertes en la cárceles específicamente en enfrentamientos entre pandillas.

Para las organizaciones que defienden los derechos de la mujer, estos son femicidios, porque estas mujeres se encontraban bajo la responsabilidad del Estado, y este no brindó la protección debida, por ello, son responsables de lo que les pasó.

Me preocupa la politización del tema y la normalización, la población está acostumbrándose a ver correr sangre a diario, casi tenemos una cultura de muerte, están matando nuestras mujeres cada día más, en menos de una semana han asesinado casi a 50 féminas, contando las 3 jóvenes que fueron reportadas como desaparecidas, y que fueron encontradas enterradas en fosas clandestinas en el municipio de Cedros, Francisco Morazán.

Sumados otros casos en diferentes partes del país, como una jovencita de apenas 19 años en La Ceiba, y todos los casos en su mayoría se encuentran en investigación, en pocas palabras en impunidad.

Solo en el año 2022, fueron asesinadas casi 400 mujeres, lo que nos convierte en el país con la tasa más alta de femicidios de la región, según un informe denominado “Violencia contra las mujeres en Honduras”, del Centro de Derechos de la mujer, CDM, la desprotección estatal y su falta de acción en la construcción de políticas públicas integrales y respetuosas de los derechos humanos y también, la cultura patriarcal, están acabando con la vida de nuestras mujeres.

Este es un tema grave, que debe no solo preocupar a las autoridades, sino a la sociedad en general, pues se tienen que tomar medidas contundentes para garantizar la seguridad no solo de las privadas de libertad, sino de toda la población.

Además la intervención y recuperación de los centros penales debería ser inmediata, pero bajo la dirección de una comisión integrada por personas capaces y expertas en el tema, con el acompañamiento de organismos internacionales que asesoren y sean vigilantes, porque estos hechos, no pueden, ni deben seguir pasando.

Los cambios de autoridades tanto en la Policía Nacional y en los centros penales son extremadamente necesarios e indispensables, por ser responsables por omisión de lo que está ocurriendo.

No dudo que la palabra de Dios se está cumpliendo, por eso vemos tanta maldad en algunos, tanta indiferencia ante el dolor ajeno, me solidarizo con todas esas familias que han perdido un ser querido, de esta manera tan cruel y despiadada, que Dios tenga misericordia de nuestra Honduras.
“Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”, Mateo 24:12.

*Licenciada en Periodismo, relacionista pública, administradora de redes sociales.

@IvonneTabora
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