No existe razón para querer sacrificar al Cisne

Adán Hilario Suazo Molina

Hace un par de semanas nuestra gobernante, doña Xiomara Castro, estuvo presente en el Lago de Yojoa para dirigir personalmente la operación que culminaría con el cierre definitivo del cultivo de tilapia, y el probable traslado de la actividad de producción de pescado en jaulas, en este caso, la decisión técnica fue mover dicha actividad hacia al embalse de El Cajón. Fueron momentos de gran significado, se trató de una medida fuerte, al grado, que el argumento emitido por algunos medios de comunicación, fue que la decisión tomada, ponía en riesgo 1,300 empleos directos y unos 9,000 indirectos, esos datos fueron rechazados vehementemente por el propio ministro del Ambiente.

Pero el daño que la actividad causaba al lago era evidente, por lo tanto, se justificaba aplicar medidas radicales. No había otra forma de hacerlo, igualmente ordenaron retirar muelles y estructuras que dañaban el ecosistema y el entorno del Lago.

Comprendimos que contábamos con un gobierno implacable en la reivindicación de la política ambiental y que estaba decidido a controlar cualquier amenaza en contra de nuestros ecosistemas, áreas protegidas, parques nacionales y recursos naturales, en definitiva, se observaron acciones implacables, la señora Presidenta y su equipo, evidentemente están afrontando el reto, con sabiduría y decisión.
En realidad, esas acciones fuertes en defensa del ambiente eran de esperarse, la señora Presidenta, su esposo y toda su familia, son amantes de la naturaleza, han sido personas cuya actividad económica y social, ha estado ligada a la explotación y manejo del bosque.

Es de igual forma comprensible, el interés observado por el señor expresidente Zelaya, quien demostró en los primeros años de su gobierno, un gran interés por todo lo que representaba el bosque y la naturaleza, poseedor de un pleno conocimiento de la problemática del recurso forestal y el manejo de soluciones prácticas, para rescatar el recurso forestal, y que recuperara la riqueza y esplendor de años atrás.

Ahora nos encontramos en una encrucijada, desconocemos cuál es el motivo por el que se ha expedido una orden presidencial, para que nuestras Fuerzas Armadas, además de misiones de manejo de las 25 cárceles nacionales, también procedan a concluir el centro penal de Naco Cortés y que realice las coordinaciones administrativas para que: “se construya una cárcel de alta seguridad en las islas del Cisne”. En nuestro artículo sobre el tema publicado en la edición del 24 de junio en este mismo diario, señalo claramente, la razón o por qué es inviable y perjudicial para Honduras, construir dichas instalaciones en el Cisne.

Deseo pensar, que la orden de construcción fue producto de alguno de los asesores, quien quizá nunca ha estado en el Cisne y desconoce la historia de la isla y por lo tanto no sabe del estatus, que como área protegida y parque marino posee. Así como la característica esencial de ser un ecosistema sumamente frágil y ser refugio de especies reconocidas como endémicas.

Pero lo que más llama la atención y tiende a confundirnos, es el hecho que hace un par de semanas la señora presidenta y su equipo de ministros del ramo ambiental, estaban defendiendo el Lago de Yojoa, rescatándolo de una muerte lenta a la que había en sentido contrario a la política mostrada en Yojoa. En donde obtuvieron un éxito rotundo para este gobierno.

Ahora nos encontramos con una orden girada a las fuerzas Armadas, para que construyan en el Cisne el centro penal ya descrito. Esto significa: que la política sectorial no es congruente, uniforme, única, implacable, legal y todo lo que puede anotarse de estos procedimientos. Por un lado, Yojoa, y en sentido contrario el Cisne.
Lo mejor que puede pasar, es reconocer que hubo un lapsus, algo que suele pasar con las personas sometidas a grandes niveles de stress.

También el señor asesor presidencial, cuando fue gobernante, demostró amor especial a la naturaleza, él ordenó en el 2007 que elaboraran un estudio especial, para encontrar las vías de desarrollo del Cisne. (El documento está vigente). Confiamos en que este lapsus será superado, de ser así: el gobierno ganará muchas simpatías y reconocimiento por su capacidad de resiliencia.

Después de todo, debemos tener claro un asunto: las cárceles no son las que fallan, quienes fallan son los carceleros.

Esos mismos recintos pueden ser modificados y modernizados, con una administración cero corrupciones se convertirán en modelo y referentes en la región.

Coronel de Aviación ®