Por: Mario E. Fumero
Los problemas que confronta el gobierno de la Presidente Xiomara Castro también hubieran sido los mismos que hubiesen confrontado cualquier otro gobernante que ostentara el poder político, sea izquierda o de derecha, aunque no podemos negar que cuando se habla de la izquierda, siempre se piensa en el ala radical y se levanta el fantasma del comunismo de la década de la guerra fría.
Muchos de los problemas que actualmente confronta el gobierno son de índole geopolítico, ya que afectan a casi todos los países de Latinoamérica, pues tristemente la economía de los países pobres está ligada a los factores de los países poderosos, y los problemas de inflacionarios no obedecen al gobierno de turno, sino a la situación económica mundial.
Pero vamos a analizar brevemente alguno de los problemas que confronta el presente gobierno, y el mismo lo hubiera tenido cualquier otro partido en el poder. El más grave de todo es la deficiencia de energía eléctrica para suplir las necesidades de un país en donde la demanda ha crecido, pero no en oferta, por lo que el país ha retrocedido en una de las áreas más importantes para su desarrollo, ya que la economía se mueve en gran parte por el uso de la energía. Si no hay energía, no hay producción, y sin producción, hay desempleo, y al haber desempleo aparece la escasez y el hambre, lo cual tiende a aumentar la delincuencia y la convulsión social.
Pero también Honduras se enfrenta a la crisis originada por el cambio climático, y en esta crisis todos hemos contribuido, ya que hemos deforestado y abusado de los recursos naturales más allá de lo necesario. Hemos contaminado los aires, las aguas y destruido la vegetación, que son los pulmones de nuestro planeta. No cabe duda que hay una interrelación entre el agua, la energía y la vegetación, porque de estos tres elementos depende la salud y la vida del pueblo. Si estos tres rubros entran en crisis, difícilmente el gobierno podrá sostenerse, y el pueblo no podrá sobrevivir al caos que ello genera.
Además de las amenazas ya señaladas, aparece el cuarto fantasma, que es la posibilidad de la escasez de combustible, debido a la crisis internacional, originada por la guerra de Ucrania con Rusia, y las represalias que algunas empresas o poderes económicos pueden ejercer frente a algunas decisiones soberana que el país ha tomado, originando quinta crisis, que es la devaluación catastrófica de la moneda, como ha ocurrido en Venezuela y está ocurriendo en Argentina.
Estos rubros; energía eléctrica, escasez de agua, contaminación del aire, la falta de carburante y devaluación pueden llevar al país a una catástrofe política, económica, y social de proporciones impredecibles, sin importar el gobierno esté en el poder. Tristemente los países pobres no están preparados para enfrentar estas crisis, por lo que el panorama que se vislumbra es tenebroso, ya que las soluciones para resolver estos cinco problemas son difíciles de implementar a corto plazo, porque tristemente estamos sujeto a dos factores importante qué son los que controlan la política mundial y qué son; el aspecto económico y la realidad climática que está bajo la hegemonía de la agenda 2030.
Como cristiano, solo nos resta orar por los gobernantes, y más que nada, pedirle a Dios que ponga su mano y podamos actuar coherentemente, no destruyendo aún más nuestros recursos naturales, porque la Biblia afirma que nosotros cosechamos lo que sembramos, y si no usamos los recursos sabiamente, estaremos llevando al planeta a la destrucción.
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