Apuesta por sistemas agrosilvopastoriles

La apuesta por sistemas agrosilvopastoriles que mantengan los suelos cubiertos y ayuden a capturar carbono ha demostrado que puede ser el camino más eficiente para una mayor producción de alimentos y, simultáneamente, mitigar efectos del cambio climático, destacó el experto colombiano Jacobo Arango, biólogo ambiental del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), entidad enfocada en el combate al hambre y la pobreza y a la mejora de la salud humana en los trópicos.

“Se está haciendo una transformación en la que se da un valor grande a lo que son los árboles y las fuentes hídricas”, remarcó Arango en diálogo con IICA en Acción, en un nuevo episodio de la serie de podcasts del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) dedicado a la iniciativa Suelos Vivos de las Américas.

Calentamiento global, deforestación y seguridad alimentaria son algunos de los temas que se abordaron en esta entrevista, disponible en el canal del IICA en Spotify. El especialista remarcó los efectos nocivos de la deforestación, que se ha utilizado para liberar campos para la agricultura y la ganadería, y enfatizó la importancia de reemplazarla por otras prácticas que se han demostrado sustentables y a la vez más productivas.

“La deforestación para poner cultivos o pasturas para ganadería es una estrategia que demostró muchas falencias en términos de poder proteger el medio ambiente. Entonces, la misma tierra, la misma naturaleza, nos ha ido mostrando que, si seguimos de esa manera, tendremos unas consecuencias bastante graves. Y un ejemplo es el calentamiento global”, advirtió Arango. “Ese es un ejemplo de que hay que reevaluar la forma en que estamos produciendo la comida en nuestros sistemas agroalimentarios”, agregó.

Según Arango, “dentro de los sistemas que se practicaban y que todavía se practican y que están llamados a transformarse, está principalmente la ganadería a base de pasturas extensivas, pero sin un árbol”.

Ahora, en cambio, la apuesta es a mantener los suelos cubiertos, a complementar las pasturas con otros cultivos, como las leguminosas, que tienen capacidad de fijar nitrógeno en el suelo. Así, explicó, no solo el ganado tendrá una mejor nutrición, sino que de ese modo “se configuran unos sistemas de suelo, planta y animal mucho más saludables para el medio ambiente”.