Por: Gustavo A. Milla Bermúdez
Todos buscamos la felicidad porque en ella encontramos la paz individual y a su vez la paz colectiva y, sabemos dónde es posible encontrarla y está entre nosotros mismos en el interior de nuestro ser. El que jamás ha experimentado el éxtasis de la libertad, no puede conocer la libertad. Por consiguiente, tiene poco valor discurrir que es la paz individua y colectiva, pero si nosotros tenemos la inteligencia, la intensidad necesaria para destruir las barreras que nos rodean, entonces conoceremos por sí mismos la plenitud de la felicidad en el interior de nuestro ser y, ya no seremos esclavos de un sistema social o político que nos arrebate la paz.
Mientras tengamos fe en nuestros propósitos todo será posible. Por lo tanto la felicidad no es sino un escape, casi todos nosotros sentimos, ocasionalmente, que hay felicidad y si hay felicidad hay vida. La vida es bella y primorosa, no hay otra más allá y, si existe es un inhóspito camino en el ignoto destino del hombre.
Ahora bien, cada uno de nosotros conoce el conflicto, la lucha, el dolor, la falta de armonía. Estos son los elementos que mayormente componen nuestras emociones psicológicas y sociológicas. Pero pocos conocen por sí mismo la causa del conflicto. Puede que lo conozcan intelectualmente, pero ese conocimiento es solo superficial. Conocer la causa es ser plenamente consciente a la que la realidad asiste.
Somos nosotros mismos, individualmente los que hemos establecido estas autoridades que hoy gobiernan. Violan los derechos humanos flagrantemente irrespetando los valores individuales y colectivos. Buscamos la autoridad pero no existe, solo están los que han traicionado con el vil engaño desde que se juramentaron con la mano en la Biblia y la Constitución de República.
Somos nosotros mismos, individual y colectivamente con nuestro voto los que hemos establecido estas autoridades fascistas preñadas de nepotismo. No han nacido espontáneamente como ellos pretenden y ya tenían ahorros en dólares y fue el primer zarpazo que le dieron en las bóvedas del Banco Central. Durante muchas décadas hemos estado gobernados por presidentes sin escrúpulos, sin ética y moral alguna. Y es más, que hay algunos que cuando llegan al poder pretenden mutilar nuestras mentes con su perversidad a causa de influencias que ejercen sobre nosotros como autoridad externa a la que llamamos intuitiva, pero la realidad es psicológica, es cuando la mente está atrapada también en la autoridad interna. O sea, que cuando la mente está atrapada en la autoridad -externa o interna no puede ser libre y no puede conocer el verdadero descernimiento para poder obtener su total fiabilidad.
Yo tengo muchos años de ser delegado en Honduras por la Asociación Interamericana “Pro-Democracia y Libertad. Jamás se había vivido y visto actos bochornosos de carácter violatorios como los que se viven hoy en Honduras. Un nuevo caso se registra con la abogada Gabriela Castellanos con amenazas de muerte por descubrir el nido de corrupción que existe en la administración pública. El abuso de poder sin moral y respeto a los deberes y derechos individuales y colectivos son violentados constantemente dentro del marco de los derechos humanos. Otro escándalo de mayor envergadura a nivel internacional son los asesinatos entre luchas de maras y pandillas de mujeres en el presidio de Tamara. El canciller Enrique Reina, el de “Oxford University”, dice que lo del presidio en Támara es un atentado contra la presidente Xiomara Castro, lo mismo dijo la viceministro de Seguridad, que fue un atentado contra el gobierno que preside Xiomara y su “asesor de alto calibre humano”.
Señora Presidente Xiomara Iris Castro: le pedimos como ya lo dijo su hijo, cambie todo el gabinete de ministros junto con su asesor, ya demostraron su incapacidad de mediocres gaznápiros. Gobierne usted porque el pueblo la eligió como su Presidente. Ya demostró usted su capacidad intelectual cómo se maneja la política internacional. Ya se abrazó con el dragón del segundo imperio sobre el paraíso terrenal. ¿Qué más? Ya está en las páginas de la historia de nuestra patria.