Calentamiento global

Por: Rodolfo Dumas Castillo

El cambio climático es una realidad innegable y su impacto más evidente se manifiesta en el creciente aumento de las temperaturas a nivel global. Junio, en particular, ha dejado una huella preocupante al establecer récords históricos de temperaturas promedio. Aunque no podemos afirmar con certeza que en el pasado se hayan alcanzado temperaturas más elevadas, en caso de haber ocurrido, habrían sido parte de procesos naturales. Sin embargo, el incremento actual es resultado de la influencia humana y de múltiples factores conocidos que lo agravan y aceleran alarmantemente.

Las ciudades presentan una notable vulnerabilidad frente al impacto del calor, principalmente debido a la presencia de materiales que lo absorben y retienen, como el asfalto y el concreto, y a la escasez de áreas verdes. Esto da lugar a lo que se conoce como “isla de calor urbana”, un fenómeno en el que las temperaturas en zonas urbanas superan significativamente a las áreas rurales. El fenómeno conlleva consecuencias graves, tales como un incremento en la mortalidad y morbilidad debido a enfermedades relacionadas con el calor, el estrés térmico que experimentan los habitantes y el deterioro de la calidad del aire.

Las soluciones para abordar este desafío no pueden depender exclusivamente del gobierno central, sino que deben surgir de un enfoque holístico y contar con la colaboración de diversos actores en cada ciudad, como las alcaldías, empresas, universidades, entidades científicas y ciudadanos. Algunas ciudades han establecido unidades especializadas para abordar el problema del calentamiento, implementando programas de monitoreo y mitigación durante los períodos más calurosos. Un ejemplo destacado es la ciudad de Phoenix, que creó la primera oficina de “respuesta y mitigación del calor” en Estados Unidos, implementando aproximadamente 30 medidas para contrarrestar los efectos del calor en la ciudad más cálida del país; esta oficina ha implementado aproximadamente 30 medidas para contrarrestar los efectos del calor en la ciudad más cálida del país; modelo que ha sido replicado por Miami, Los Ángeles y Nueva Orleans.

Entre las medidas para mitigar este impacto y hacer frente a las condiciones extremas de calor, una de las más efectivas y que hemos abordado anteriormente, es aumentar la presencia de vegetación en entornos urbanos. Esto se logra plantando árboles y creando parques y jardines, los que reducen la temperatura al proporcionar sombra y favorecer la evaporación de agua, así como la mejora de la calidad del aire y la creación de espacios de recreación para los ciudadanos. Similarmente, las ciudades pueden impulsar la infraestructura ecológica, que consiste en la creación de “techos verdes” y la incorporación de sistemas de drenaje urbano sostenible, como estanques y humedales artificiales, o fachadas verdes, todas las cuales pueden ayudar a enfriar las ciudades y reducir los efectos de las tormentas y las inundaciones.

Una medida crucial para alcanzar estos objetivos es el uso racional de la energía, así como implementar nuevas tecnologías que fomenten el ahorro energético y promuevan el uso de fuentes renovables. Un ejemplo concreto es la transición de la iluminación pública hacia el uso de lámparas con energía fotovoltaica o solar, lo que representaría un considerable ahorro en el consumo de energía eléctrica a nivel nacional. Esta simple acción tendría un impacto significativo en la reducción de la demanda energética y en la promoción de fuentes más amigables con el ambiente.

Existen muchas otras alternativas para enfrentar este problema, pero es fundamental que nuestras ciudades inicien este proceso cuanto antes, ya que algunas de estas opciones podrían volverse más desafiantes con el avance del cambio climático, y muchas de ellas requieren tiempo para lograr resultados efectivos. Por ejemplo, los árboles no crecen de la noche a la mañana, y muchas de estas soluciones demandan recursos económicos, materiales y humanos que usualmente no se obtienen de forma rápida. Esta tarea será inevitable para las autoridades encargadas de administrar nuestras ciudades, ya que la falta de acción las dejará comunidades ingobernables.

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