Óscar Lanza Rosales
Esa decisión que ha tomado la Presidenta Xiomara Castro, de construir una cárcel de máxima seguridad, en las Islas de Cisne (IC), ha sorprendido a los hondureños -en los medios y redes sociales- que han tomado la noticia como una changoneta, calificativos que por respeto a la Presidenta no los mencionamos. Pero dándole vueltas a este asunto, desde lo ambiental, beneficio costo, derechos humanos y seguridad, entre otros factores, no tiene justificación esa decisión. Como se dice en el argot popular, esa decisión no tiene pies ni cabeza.
En lo ambiental, he consultado a especialistas y documentos como el elaborado por el recordado e inclaudicable periodista ecologista, Ramón Nuila, de LA TRIBUNA, que en mayo de 2013, en una visita que realizó a esas islas, reclamaba al gobierno, su indiferencia por no propiciar la protección legal y un plan de manejo ambiental para esas islas, precisamente por sus riquezas naturales, y señalaba que las autoridades, ya tenían las conclusiones y recomendaciones de una expedición científica en relación a la flora, fauna, arrecifes coralinos, playas y paisajismo, para que gestionará ante el Congreso Nacional, declararlas como área protegida; también he visto varios videos, principalmente el de Daniel Germer y Estafanía Cálix (G&C), que describe en forma detallada todo lo que vieron.
Las IC es un archipiélago de tres islas: Cisne Mayor con 5.5 kilómetros cuadrados, Cisne Menor con 2.5 y el Cayo Pájaro Bobo (Booby Cay) con menos de 0.01, haciendo un área total aproximada de 8 kilómetros cuadrados; a unos 250 km de Puerto Castillo y unos 3 metros sobre el nivel del mar. Una hora y media en avioneta y de 7 a 12 horas en lancha.
G&C expresan que estas islas son el lugar más hermoso de Honduras, y su vida silvestre no tiene comparación. Es difícil no maravillarse. Es refugio de muchas especies, tanto en flora como en fauna, algunas en extinción o únicas en ese lugar. Flores grandes y pequeñas impregnan el ambiente de todo color. Es normal encontrarse con el árbol del indio desnudo. El día cubierto de reptiles -en especial la diversidad de iguanas y lagartijas (la de cola enrollada y de las IC) y la noche de arácnidos y crustáceos, en especial los cangrejos (de halloween y ermitaños) de varios colores. Las arañas iluminan la noche. Las aves en tránsito o del lugar. El pájaro bobo (la estrella de la isla), la paloma de corona blanca, el tijuil isleño, el chite viperino amarillo huevo (con su melodioso canto) y el cardenal de virginia (llevado a la isla por estadounidenses).
Unos amigos que la han visitado, están maravillados con su belleza y riqueza natural, más su historia que comienza unos años después de la llegada de Colón, por parte de españoles, y posteriormente por ingleses y estadounidenses. Está en un punto estratégico para monitorear el movimiento de las placas teutónicas del caribe, lo mismo que para asuntos atmosféricos. Eso sí, está en la travesía del paso de los huracanes, e igual, de las embarcaciones de drogas. Uno de esos amigos ha hecho la reflexión, ¡sobre los apuros que pasarían las autoridades hondureñas, si construyeran esa cárcel y pasara un huracán como el Mitch, tomando en cuenta, que en tiempos normales cuando uno está en las islas, le da la sensación que el mar se las va a tragar con sus fuertes oleajes!
El otro amigo experto en aeropuertos, dice que si se construye la cárcel no quedaría espacio para la pista de aterrizaje, con sus márgenes de seguridad. Es lo uno o lo otro. Por lo que si se deciden por la prisión, habrán altos costos de construcción, mantenimiento y operación (de 2 a 4 veces lo que cuesta en tierra firme). Todo se tendría que llevar por lancha, hasta el agua para el consumo humano. Sería una situación incómoda para atender emergencias o cualquier desastre natural, y a un altísimo costo.
Celebro que el Colegio de Biólogos de Honduras y el de Ingenieros Forestales se hayan ya pronunciado sobre este proyecto, por las razones señaladas y esperando que otras organizaciones lo hagan, como la UNAH, que debería elaborar un inventario de su riqueza natural, y aprovechar el sitio para sus investigaciones en biología marina.
Con relación a nuestra Presidenta, le sugerimos consultar a sus colegas de México, Panamá y Colombia, porque sus países han desistido de construir cárceles en islas.
Y por último, lamento que el titular actual de la Serna no conozca a cabalidad el tema ambiental.