Por: Fredis Mateo Aguilar Herrera
En Semana Santa, 2023, tuve la alegría de visitar mi querido pueblo de Soledad, departamento El Paraíso, lugar que me vio nacer y que llevo permanentemente en el alma, mente y corazón. El viaje lo realicé acompañado de mi esposa y cuatro hijos, que a pesar que no nacieron en esa tierra prodigiosa se han encantado de la misma, por el hecho que tanto hablo y escribo con sentido de identidad y pertenencia sobre este terruño apacible por estar apartado de los centros urbanos.
Partiendo desde Tegucigalpa por la ruta Sabanagrande -desvío Nueva Armenia, departamento Francisco Morazán. Posteriormente pasé por el caserío interfronterizo El Platanar, que lo dividen las aguas del río homónimo a dicho lugar y por consiguiente una parte de su territorio pertenece a Nueva Armenia y la otra parte a la aldea de San Diego, Soledad.
Adentrándome al territorio de Soledad, transité por varios caseríos, con dirección sur del municipio y deteniéndome en límite fronterizo del caserío El Matapalo, que jurisdiccionalmente una parte corresponde a la aldea de Las Marías, Soledad y la otra parte a la aldea San Andrés, municipio de Orocuina, departamento de Choluteca. El territorio de El Matapalo es drenando por las microcuencas de las quebradas La Culebra y Las Marías, que desembocan sus aguas en la subcuenca del río Puscagua y este confluye en la cuenca del río Choluteca que desemboca en la vertiente del Pacífico.
En la poca estadía en el municipio de Soledad, realicé visita programada anticipadamente al caserío Las Flores, aldea Santo Domingo, por tener encargadas un par de hamacas tejidas con arte y finos detalles en sus manguillos y decoradas cortinas con letreros personalizados. La aldea de Santo Domingo, se distingue a nivel municipal y en toda la región sur, por ser un lugar histórico dedicado a la confección de hamacas, desde las elaboradas con cabuyas de mezcal, nailon, cáñamo, seda, poliéster y de otros materiales. Para llegar al lugar de destino tomé por primera vez la ruta más corta que conecta por carretera de terracería de Soledad Centro -Las Marías- Santo Domingo-Las Flores con una distancia de 12.5 km, de los cuales unos 6.5 kilómetros es una brecha en mal estado y de alta peligrosidad por su relieve abrupto, que requiere de vehículos de doble tracción.
Una vez bajando al Centro de Santo Domingo (conocido por los lugareños como El Valle) y en realidad es un valle desde el punto de vista geomorfológico, por ser una depresión intramontana, luego llegué al desaparecido caserío San Juan que fue soterrado un viernes 30 de octubre de 1998, por una avalancha de agua, lodo y grandes rocas, a consecuencia del desbastador huracán y tormenta tropical Mitch. Después llegué al naciente de agua llamado El Cogedero, nombre que según versiones de pobladores se deriva porque al juntarse el ganado en el aguadero, sus dueños los lazaban o cogían para un determinado fin y además hay otras acepciones del origen de este topónimo.
De regreso, opté por ruta alterna más distante de Las Flores-desvío Combalí, Orocuina por unos 16 kilómetros y desde aquí a Soledad Centro otros 9 kilómetros, debido a que la carretera de terracería su terreno es menos irregular y un poco más transitable. En el recorrido por los principales puntos cardinales de Soledad, hay disperso bosque de pino en partes denso y otro ralo, bosque mixto, bosque latifoliado deciduo y bosque seco. Por estar en estación seca se mira un panorama desértico, muchas corrientes de aguas superficiales están a punto de secar y otras ya se secaron, hay pocas rosas o talas y quemas de bosque para milpas de primera, se observa mucha deforestación para pastizales. A nivel de religiosidad popular se está recuperando tradición de Centuriones, ha disminuido el fervor en las procesiones de Semana Santa y no se guarda respeto a estos días grandes puesto que hay fiestas bailables, también se han perdido muchas tradiciones, como la desaparición de judíos que divertían a la gente con retahílas o bombas folklóricas, sin embargo aún se come melado (rosquilla y pan en miel). En el ámbito poblacional se ve poca gente joven, ya que ha emigrado al exterior y por tanto en los lugares solo ha quedado población en edad mayor. En el campo de la riqueza lingüística escuché algunas palabras muy poco usadas, como cho, malaya, cho-malaya, dalde, tiralda. En el aspecto social, se mantiene la sociabilidad, generosidad, hospitalidad y unidad comunitaria. En lo económico se conserva producción tradicional y hay mejoramiento de viviendas (por inversión de remesas) y para su despegue económico requiere el mantenimiento y mejoramiento de su red vial. En lo arquitectónico en Soledad Centro, mantiene edificaciones antiguas y tradicionales, pero han sufrido algunas remodelaciones con detalles distintos y en el caso del salón municipal, es urgente una pronta restauración. En el Estado de Veracruz, México, curiosamente hay un municipio llamado Soledad de Doblado y debido a repetición de este nombre, escribí artículo durante estadía en Xalapa.