Por: Elvia Elizabeth Gómez*
Eduardo Galeano dijo “la caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba: la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo”. Todos los días, cada uno de nosotros somos testigos de las grandes carencias que vive la población hondureña. Lo escuchamos en las noticias o lo vemos en las calles, niños y jóvenes pidiendo dinero, limpiando los cristales de los automóviles para poder obtener unos cuantos centavos. Estamos conscientes de esa realidad, pero no del papel que podemos jugar para cambiar la misma. Lamentablemente nuestros países se han acomodado a un modelo de “asistencialismo”, en el cual se impone la idea de que el pobre lo es porque quiere. Observamos “historias de éxito” de pequeños emprendedores, pero son solamente una aguja en un pajar lleno de problemas estructurales que no hemos podido solucionar. Nuestra sociedad está siendo golpeada por una escalada de violencia que parece no tener fin y para la cual existen iniciativas que pretenden frenarla, pero es una tarea titánica considerando los grandes retos que deben enfrentarse, como la pobreza extrema y la falta de oportunidades, aun para aquellos que logran obtener un título de nivel intermedio o superior.
Recientemente el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados Acnur estuvo realizando una serie de actividades para concienciar sobre el problema del desplazamiento forzado en Honduras y del trabajo que como organismo están llevando a cabo a fin de prevenir el mismo. Mientras nos mostraban videos cortos de testimonios de personas víctimas del desplazamiento, observaba al público entretenido en sus aparatos móviles navegando en sus redes o enviando mensajes. Poco o nulo interés en el tema abordado, lo que me llevó a preguntarme ¿qué estamos haciendo mal en el sector educación, que ha llevado a nuestros jóvenes a manifestar un mínimo nivel de sensibilidad ante el dolor ajeno? Si bien la primera escuela es el hogar, esto no exime a las instituciones educativas de su responsabilidad de una formación integral que incluya en la misma los valores que por supuesto debemos practicar en nuestro ejercicio profesional, y es curioso leer en las empresas, independientemente del ramo al cual se dediquen un listado de valores que las caracterizan, pero en muchos casos son solo eso, un listado que decora un sitio web, una pared de oficinas o un anuncio publicitario. Hemos perdido la capacidad de sentirnos parte de una comunidad y hemos cambiado la convivencia por el individualismo, escuchamos mucho la frase de que los jóvenes son el futuro del país y los llamados a cambiar la realidad en qué vivimos, pero no basta con la caridad y no es que tenga algo en contra de ella, pero no es la respuesta para cambiar el presente y construir un mejor futuro. La caridad nos lleva a dar lo que nos sobra, la solidaridad nos lleva a compartir lo que tenemos.
El compartir no debe limitarse a algo material, podemos compartir conocimientos, habilidades y propuestas que lleven a nuestro país a crear iniciativas de desarrollo sostenible, porque a la larga de nada sirve llevar comida a los más necesitados cuando esta se acaba y el hambre vuelve. Lo que realmente puede ayudarles es darles trabajo, necesitamos impulsar proyectos en los que aquellos que son privilegiados con el acceso a la educación, puedan replicar lo aprendido y ponerlo a disposición de la sociedad. Hace unos días tuve la oportunidad de conocer a un pequeño productor que se dedica a la crianza y elaboración de productos derivados de la leche de cabra, y pude ver en él lo que necesita este país, personas que no mezquinen sus conocimientos y los pongan al servicio de la comunidad, que no busquen lucrarse sino replicar, enseñar, compartir y no limitarse a contar ganancias, un ser humano en todo el sentido de la palabra. Martin Luther King expresaba que “hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el arte de vivir juntos, como hermanos”. Lamentablemente, el sistema económico se enfoca a maximizar ganancias imponiendo el individualismo sobre la colectividad y las ganancias sobre la solidaridad. Debemos cambiar el enfoque y dar más peso a uno de los valores que define nuestra humanidad.
*Catedrática universitaria.