Por Óscar Lanza Rosales
El pasado 17 y 18 de julio se ha realizado en Bruselas, Bélgica, la III Cumbre de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), de 60 jefes de Estado y gobierno de ambas regiones –27 y 33, respectivamente– que no se reunían desde 2015.
El objetivo de la cumbre era revitalizar los vínculos entre la UE y la CELAC, y tratar temas como las crisis de Haití y Venezuela, las inversiones y el desarrollo en la región CELAC, la lucha contra el cambio climático y la guerra de Ucrania.
De acuerdo a los principales medios que cubrieron el evento, la discusión se centró en la guerra de Ucrania, con controversiales puntos de vista, pactando una declaración final conjunta (de 41 puntos) sin el apoyo de Nicaragua –sin mencionarla– en que se expresa preocupación por la guerra contra Ucrania –sin referirse a Rusia– pero que evita condenar o utilizar el lenguaje duro con el que la UE suele referirse a esa agresión militar, para salvar las diferencias con los países latinoamericanos, principalmente de
Venezuela, Cuba, Brasil, Honduras y Bolivia, además de Nicaragua. En este punto, terminaron por apoyar “todos los esfuerzos diplomáticos destinados a una paz justa y sostenible en línea con la carta de la ONU”.
Otro de los temas polémicos fue el párrafo sobre el pasado colonial, impulsado por los países del Caribe por las reparaciones por siglos de colonialismo y esclavitud infligidos por las potencias europeas.
Un punto importante de esta cumbre es el ofrecimiento de la UE de un plan de inversión de 45,000 millones de euros (50,560 millones de dólares) mediante 130 proyectos con altos estándares ambientales, sociales y transparencia, por medio del programa Global Gateway con el objetivo de movilizar tanto la financiación pública como el capital privado a favor del desarrollo sostenible, lo que incluye la transformación digital, educación, infraestructura sanitaria, producción de energía, proyectos ambientales, materias primas y cadenas de valor locales. Según los medios, con este plan, la UE busca ejercer un contrapeso a la creciente presencia de China en Latinoamérica.
La prensa nacional también ha informado que Honduras será beneficiada por este fondo en el financiamiento de la construcción de represas hidroeléctricas, tres hospitales y la recuperación de la cuenca del Lago de Yojoa.
Sobre los demás puntos de la declaración, hay algunos importantes y otros que son simples enunciados, y que los dirigentes de la alianza han prometido ampliarlos o conceptualizarlos mejor en el segundo semestre de este año.
Importante es el reconocimiento del comercio abierto y justo basado en normas acordadas a escala internacional, mediante tratados comerciales bilaterales o regionales, donde se ha tenido el mayor éxito de las cumbres anteriores,
lo mismo que en cooperación e inversiones, siendo los países más beneficiados: México, Colombia, Perú, Chile y Costa Rica.
Un proyecto concreto de esta cumbre es el compromiso de los países desarrollados de movilizar con celeridad 100,000 millones US$ al año para financiar la lucha contra el cambio climático en países en desarrollo, y de duplicar esa financiación de aquí a 2025.
Es importante también la expresión de preocupación por el continuo deterioro de la seguridad pública y la situación humanitaria en Haití, pidiendo a la comunidad internacional su apoyo a los esfuerzos liderados por ese país para encontrar una solución a esta crisis. Asímismo, reafirma su pleno apoyo al proceso de paz en Colombia y alienta un diálogo constructivo entre las partes en las negociaciones dirigidas por Venezuela en Ciudad de México.
Los demás puntos se quedan en simples enunciados, como el caso de los derechos humanos, el derecho al acceso de agua potable salubre, las múltiples formas de discriminación, todo lo vinculado al tema ambiental y ecológico, y hasta el de la Resolución A/77/7 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de 3 de noviembre de 2022, sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba.
Tanto los dirigentes de la UE como de CELAC han salido satisfechos del éxito de la cumbre, y han planeado reunirse nuevamente en 2025.
A nuestra presidenta Xiomara Castro le deseamos lo mejor como la próxima presidenta pro tempore de CELAC, que tendrá enormes retos en toda esta agenda, incluyendo los avances anticorrupción y en los procesos democráticos de estos países, nada más que ahora tendrá la responsabilidad de compartir la alianza con el gobierno de derecha español, que presidirá la UE en los próximos años.