Por: Mario E. Fumero
Cuando tratamos de pedir que no se ratifique la ley sobre la prevención de embarazo en adolescentes, algunos malos políticos hacen ver como que estamos opuestos a evitar los abusos infantiles y los embarazos de menores, o que luchamos contra el gobierno, lo cual es falso, porque el fondo de la ley es correcto, pero no así algunas terminologías, que le abren la puerta a la agenda 2030 en cuanto a la imposición de la ideología de género. Lo que queremos es que la ley primaria, que no ha sido ratificada por la presidenta, no contenga terminologías ambiguas, las cuales se pueden prestar para introducir en el futuro ideologías contrarias a la fisiología y biología. Por esa razón, no pedimos que se anule la ley, sino que se modifiquen algunas definiciones ambiguas, que pueden abrir la puerta a conceptos ideológicos contrarios a los principios biológicos, y es por ello que vamos a señalar esas expresiones de la ley que son ambiguas y tienen doble sentido.
La primera terminología que objetamos en esta ley es el uso del término “género” ya que el mismo implica la aceptación de que existen géneros no binarios, que son contrarios a los binarios o biológicos, como es macho y hembra, hombre o mujer, femenino y masculino. Al buscar la definición de género, según el concepto moderno, aparece lo siguiente; “El término “género” se refiere a las categorías y roles sociales, culturales y psicológicos que se asocian tradicionalmente con ser hombre, mujer o una identidad de género no binaria. Estas categorías pueden influir en las expectativas, comportamientos y roles que se esperan de las personas según su género en una sociedad determinada”. Es por ello que nosotros sugerimos que en vez de género se use “sexualidad o biología”, que obedecen a definiciones científicas y no ideológicas.
La otra palabra que pedimos que se cambie en la ley es el término “inclusión” cuyo significado es “La inclusión es un principio y proceso que busca asegurar la participación equitativa y sin discriminación de todas las personas, independientemente de sus diferencias, en todos los ámbitos de la sociedad, como la educación, el trabajo y la comunidad. Es un enfoque que promueve la igualdad de oportunidades y el respeto por la diversidad, creando un entorno donde todos se sientan valorados y puedan contribuir plenamente”. Y en este aspecto pedimos que se coloque en su lugar de “inclusión” el término “discriminación” con lo cual no damos lugar a que se elabore una educación al estilo de la ideología de género.
La otra palabra que objetamos es la definición de una “ley integral” ya que el término “integral” permite incluirlo todo, pues “El término «integral» puede tener varios significados dependiendo del contexto. En matemáticas, una integral es una operación que calcula el área bajo una curva o la suma acumulativa de una función en un intervalo determinado. También se usa en el contexto de psicología, donde se refiere a la integración de diferentes aspectos de la personalidad o experiencia del individuo. Además, en otras áreas, puede referirse a la totalidad o el conjunto completo de algo, que abarca todos sus aspectos o componentes”. En su lugar sugerimos que se incluya la definición de “ley de educación sexual para menores embarazadas” o “ley en valores sexuales”. Es por ello que proponemos que la palabra integral se sustituya por sexual o valores especificando que dicha ley va a diseñar sobre valores morales y científicos, y no en ideas abstractas o ideologías, dando lugar a criterios de “gustos o ideas” y no a
principios científicos. Dicha ley debería decir “ley de educación sexual para previsión de embarazo”, o en último caso “ley en valores sexuales” los cuales son determinados por la biología.
Recordemos que, al elaborar un currículo educativo basado en una ley, dicha cartilla deberá ajustarse a los parámetros legales establecidos, por lo cual, no debemos dar cabida a que se manipula lo que es científico y biológico, imponiéndose aquello que es ideológico y que se trata de establecer a toda costa, siendo este un objetivo final del Nuevo Orden Mundial, para establecer una dictadura inmoral a toda costa.
Queremos decir que esta propuesta no obedece a ningún partido político, ni debemos permitir que se use como un arma arrojadiza contra el gobierno, porque la idea original de los que defendemos estos principios, no está entrar al plano político, sino de valores y principios tradicionales. Tristemente he visto cómo algunos políticos quieren ganar ventaja con esta lucha, para atacar al gobierno, dándole un toque político a lo que solamente obedece al orden moral.
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