Historia de un hombre con sueños de patria

Por: Lic. Gustavo Adolfo Milla Bermúdez

Esta es la historia de la épica de mi vida con sueños profundos sobre mi patria que me vio nacer entre los bosques y ópalos de mi adorado ”Erandique”, tierra de hombres libres con deseos de una patria grande y frondosa como espectacular estrella en el ámbito universal.

Corrían los años 55 y 56 cuando yo me gradué de maestro en la Escuela Normal de Varones en Tegucigalpa, luego tuve que estudiar el bachillerato para poder ingresar a la universidad y estudiar Ciencias Jurídicas, como diría el abogado Oswaldo Ramos Soto, hermenéutica jurídica. Oswaldo fue muy inteligente, fue un alumno sobresaliente, excelente.

Llegó el año l957 el más esperado por el pueblo hondureño, porque el Partido Liberal había triunfado con su líder “Pajarito pechito rojo” que desde Ocotepeque vino volando. El doctor José Ramón Adolfo Villeda Morales, un hombre de mucha catadura moral, intachable, un hombre con facilidad de palabra, era un dialectico de verbo filosófico que despertaba y resucitaba a los líderes liberales del pasado histórico. Fundador de la “Segunda República” democrática y representativa. El gabinete que acompañó al doctor Villeda Morales en su administración fue de hombres y mujeres de mucho talento y sobre todo eran probos, honrados hasta el final. Y luego los diputados en el Congreso Nacional es otra historia, hombres de la talla del león del liberalismo, Dr. Modesto Rodas Alvarado, un gran orador de altas facetas. Otros como los hermanos Juan y Francisco Milla Bermúdez, hombres de mucho talento intelectual, asimismo Héctor Bermúdez Milla, escritor y fue director del periódico “El Cronista”, rotativo de mucho valer en los círculos sociales.

Llegó el día inesperado, el 3 de octubre de 1963, que interrumpieron las Fuerzas Armadas junto su jefe del ejército, general Oswaldo López Arellano, apoyado por los “demócratas” del Partido Nacional con Ricardo Zúñiga Agustinus. Ese golpe contra el Estado sí fue un golpe porque desaparecieron todas las instituciones que rigen el Estado. Ese sí fue un crimen de lesa humanidad ante la historia que venía despertando de una larga historia de dictadura por 16 años oprobiosos que enterraron un pueblo con esperanzas de un mejor porvenir.

En ese golpe contra el Estado de 1963 me abarcó a mi persona y terminé en la P.C., estuve tres meses y salí libre por ayuda mis profesores de la universidad como fueron el Lic. Eliseo Pérez Cadalso, el doctor don Jorge Fidel Durón, Profesor don Luis Amílcar Raudales y pedagogo don Víctor F. Ardón. También hay un recuerdo muy apoteósico en mi vida: fue encontrarme con dos grandes personas que me guiaron por el camino del bien que jamás los olvidare. Ellos son: don Horacio y don Felipe Elvir Rojas, que siembre vivirán en mi corazón hasta la eternidad. Asi mismo tengo un amigo-hermano que quiero con mucha sinceridad en mi corazón, Adán Elvir Flores. Te abrazo a la distancia con la fuerza de un volcán en erupción.

En los años de 1964 a raíz del gobierno de facto tuve que irme a estudiar Economía Política a la Universidad “Henry George”, donde terminé mis estudios y graduándome en 1968. No quise regresar a Honduras porque el gobierno de las bayonetas y los nacionalistas estaban en el poder que habían asaltado a un presidente de la Segunda República democrática y representativa.

En año 1969 logré trabajar para la institución con la señorita secretaria General de la Organización Pro Democracia y Libertad en la ciudad de Manhattan City. New York.

Para el año 1971 me nombraron delegado para la República de Chile donde permanecí por un lapso de tres años en plena dictadura del General Pinochet. Luego fui trasladado a la República de la Argentina, en Buenos Aires, donde estaba pleno el gobierno de la dictadura militar que se sucedían el poder a cual más asesino y déspota de aquel entonces. La historia de América Latina es dolorosa, con dictaduras tanto de izquierda como de derecha. Todos son igual violadores de los derechos humanos; aparte de ser corruptos no tienen dignidad. Hoy es el socialismo del siglo XXl el que tiene azotados a los pueblos latinoamericanos. Allí esta Venezuela, Nicaragua y Cuba, todos sufriendo de hambre por un mendrugo de pan. Y el nepotismo es ola de corrupción que no se detiene sin compasión.

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