FAH: tradición de calidad

Por: Cnel. de Av.® Jose A. San Martin F. *

Si bien la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) se fundó como tal en 1931, nuestro país conoció de la aviación con la llegada del avión de combate Bristol F2B pilotado por el estadounidense Dean Iván Lamb, contratado para emplearse durante la guerra civil de 1924. Son con estas acciones de bombardeo aéreo que prácticamente da inicio el empleo del arma aérea.

No obstante, fue hasta siete años después, durante la administración de Vicente Mejía Colindres, que el Congreso Nacional, con el objeto de que la nación poseyera una fuerza aérea que fuese utilizada en la defensa nacional, que se crea la Escuela Nacional de Aviación (Decreto No. 198). En 1933, siendo presidente el General Tiburcio Carias Andino, que se le da forma organizacional, como fuerza aérea, comprando tres aviones militares Stinson Detroit en los EE. UU. Posteriormente, la Fuerza Aérea se hace de mas aviones militares, tres NA-16 de la fábrica North American, también el EE. UU.

Los mandos iniciales de la FAH recayeron en tres pilotos militares de origen estadounidense. Es hasta 1947 que la institución es comandada por un piloto hondureño, el coronel Hernán Acosta Mejía, cuyo nombre lo ostenta la actual Base Aérea situada en la capital de la república.

Desde entonces la FAH vino creciendo, adquiriendo, en el transcurso del tiempo, quipo aeronáutico y aeronaves actualizados como el P-63 King Cobra, Vultee BT-13, P-38 Lightning, T-6 Texan de distintas series, hasta lograr adquirir entre 1956 y 1961 los Corsarios F4U-4/5 durante la administración de Julio Lozano Diaz. Igualmente, en el transcurso del tiempo, se adquirieron otros tipos de aeronaves, es decir, helicópteros de distintos modelos, aviones de transporte, etc. para cumplir con los requerimientos nacionales de transportes ejecutivos y de tropas.

Lo expuesto apenas es una brevísima reseña histórica de nuestra FAH. Hubo empeño, dedicación, trabajo, adiestramiento, conocimiento y una gran capacidad operacional para conducir a la institución por el camino que ha logrado obtener la confianza del pueblo hondureño, el orgullo de nuestras Fuerzas Armadas (FFAA) y prestigio nacional e internacional. Su desempeño, siempre que la patria le ha demandado su participación, ha sido ejecutado con profesionalismo y sus resultados jamás han sido un fracaso, por el contrario, solo positivos.

Naturalmente que esta loable trayectoria institucional no cayó del cielo, fue forjada por la determinación, deseo y un ferviente amor, si vale el vocablo, de quienes la comandaban e integraban. Todos se han esforzado con alma y corazón en hacer su parte para engrandecerla y honrarla. La FAH es un orgullo para honduras. Se destaca siempre cuando enciende sus motores para asistir a la indefensa población, sea rescatándola, asistiéndola en salud y colaborando con otras instituciones por su bienestar. Y no digamos cuando la patria ha estado en peligro de su seguridad. Sin lugar a duda fue demostrado durante los conflictos armados con Nicaragua (1957) y El Salvador (1969).

La crisis armada de mayor importancia para nuestro país fue provocada por la invasión ordenada por el gobierno salvadoreño el 14 de Julio, 1969. Ocasionó muchas muertes, pobreza, y consecuencias económicas negativas que prácticamente paralizaron el crecimiento nacional de ambos países y a las demás republicas del istmo al desbaratarse el Mercado Común Centroamericano. Los objetivos políticos de dicha invasión son tema de otro nivel. Sin embargo, los militares sí eran claros y obvios. El principal, incapacitar a la FAH destruyendo sus aviones de combate. Por desgracia para ellos, no lo pudieron lograr, error que pagaron muy caro, porque la FAH, una vez en el aire, fue indetenible, virtualmente acabó con la Fuerza Aérea Salvadoreña (FAS). Nuestros pilotos y aerotécnicos ya traían en sus venas el valor requerido para detener el avance invasor. Nuestros pilotos se llenaron de gloria al salir victoriosos del ultimo enfrentamiento de combate aire-aire en aviones de pistón registrado en el continente. Nuestro héroe aviador, Fernando Soto H. (QDDG), entonces Capitán de Aviación derribó tres aviones enemigos en combates aire-aire el mismo día. Este hecho marcó el fracaso de los planes de la invasión. Los integrantes de la FAH, entonces, dieron muestra de unidad. Incluso aquel personal de pilotos y técnicos que laboraban en empresas privadas de aviación, acudieron a la FAH nomás supieron del ataque. La institución reaccionó con la eficacia que era precedida por la calidad que históricamente la caracterizaba.

La FAH tiene, en su historia, héroes de 1957, de 1969 y de otras crisis, unos ya fallecidos, otros vivos. Todos sin excepción, pilotos, aerotécnicos, auxiliares y soldados de seguridad que dieron su mejor esfuerzo porque la FAH cumpliera su misión con éxito, merecen ser recordados como paladines defensores de la patria. Por la gracia de Dios y por boca de ellos mismos, podemos conocer con certeza y detalle la inmortal hazaña que hizo remarcar, sin duda, la calidad de quienes han formado y forman parte de la “Gloriosa Fuerza Aérea Hondureña”. /

*Excomandante General FAH