Carlos G. Cálix
En la arena política, el liderazgo carismático y enérgico puede capturar la imaginación y la atención del público. Tal es el caso de Santiago Abascal, líder de VOX en España, quien ha sabido posicionarse con fuerza en el panorama político mediante un estilo directo y una retórica contundente.
En marzo de 2015, en la calle Asunción del barrio Los Remedios (Sevilla), un desconocido con un megáfono en mano y parado sobre una banca de cemento brindaba un discurso ante la indiferencia de los transeúntes. Personalmente recuerdo muy bien la imagen que circuló en redes, en la que, detrás de Abascal pasaba una mujer sin prestar atención a la disertación. Quién diría que, en 2022 lo escucharían millones de personas, esta vez con el apoyo de Giorgia Meloni, la primera ministra italiana y el expresidente estadounidense Donald Trump. Nada mal para alguien que hasta hace unos años era un desconocido español que en 2023 pudo ser presidente.
En referencia a estos antecedentes, la pregunta que surge es si un liderazgo político similar podría emerger en Honduras, un país con sus propias dinámicas y desafíos. Para analizar esta posibilidad, es necesario examinar tanto las similitudes como las diferencias entre España y Honduras, considerando datos comparativos y el contexto político y social.
En primer lugar, es crucial reconocer que España y Honduras tienen realidades políticas y sociales únicas. Santiago Abascal ha logrado capitalizar el descontento hacia la política tradicional y el establishment en España, una nación con una historia democrática consolidada. Por otro lado, Honduras ha enfrentado desafíos con su sistema político, marcados por la inestabilidad y la lucha contra la corrupción. Datos recopilados por organizaciones como Transparencia Internacional han destacado la persistente corrupción en Honduras, lo que podría abrir un espacio para un liderazgo político que aborde este problema de manera enérgica, al igual que lo ha hecho Abascal en su país. Por tanto, para el futuro inmediato se puede generar una estrategia interesante y mejor abordada que en las campañas electorales hondureñas de 2013, 2017 y 2021.
En segundo lugar, es relevante considerar las similitudes y diferencias en términos de discurso político. El estilo directo y la retórica de confrontación de Abascal han resonado en España, donde el debate sobre la inmigración y el nacionalismo está en el centro de la discusión política. En Honduras, la emigración es un tema preponderante, tanto como la seguridad ciudadana y los desafíos económicos que podrían ser los puntos focales para un liderazgo político similar. Datos sobre la percepción de seguridad en Honduras podrían respaldar la necesidad de abordar estos temas de manera contundente. Particularmente, luego del estudio publicado por MacroDato en el que se evidencia que la percepción de los hondureños es que el crimen le va ganando la guerra al gobierno en un 74.8% y que, en 2023, parte de la migración ilegal especialmente hacia Estados Unidos y España es producto de las políticas implantadas por el gobierno “socialista” de Xiomara Castro.
En tercer lugar, la conexión entre el líder y la audiencia es esencial. Abascal ha sabido establecer una relación cercana con sus seguidores a través de las redes sociales y eventos públicos. En Honduras, el uso creciente de las redes sociales y la importancia de la participación ciudadana podrían crear un terreno fértil para un líder político carismático. Datos sobre el acceso a Internet y la participación en redes sociales podrían indicar el potencial alcance de un líder político que adopte una estrategia similar.
Por otro lado, es fundamental reconocer las diferencias culturales y contextuales. España y Honduras tienen realidades culturales únicas y niveles de diversidad distintos. Mientras que en España se ha trabajado en la construcción de una identidad nacional sólida, Honduras es una nación con una mezcla de culturas y etnias. Esto podría influir en cómo un liderazgo político similar al de Abascal podría resonar entre la población hondureña.
En resumen, perfectamente podría argumentar sobre al menos diez teorías de liderazgo para explicar la posibilidad que un hondureño pueda emular algunas estrategias que Santiago Abascal ha utilizado en España. Vale hacer mención que, los datos comparativos sobre corrupción, seguridad y participación ciudadana proporcionan un panorama para evaluar el potencial impacto de un liderazgo político enérgico en Honduras. En última instancia, la capacidad de un líder para conectar con la audiencia y abordar las necesidades y preocupaciones del país será un factor clave en la posibilidad de emular un liderazgo político como el de Santiago Abascal en Honduras, atendiendo a la impronta natural del estilo de liderazgo propio que un hondureño tenga, junto a su valentía y capacidad para transformar el país.
[email protected] Carlos G. Cálix es doctor en ciencias y director general de MacroDato. Director del Consejo Académico de Fundación Eléutera. Posdoctorado IIESS-CONICET.