Imposición LGTBQ a las religiones monoteístas

Mario E. Fumero

Se hace evidente el poder de los movimientos de la ideología de género para imponer su criterio, no solo en el ámbito político y jurídico, sino también dentro del marco de las religiones que tienen su fundamento en los valores transmitidos por las Sagradas Escrituras.

En un informe de la 53Rd sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDHNU) el cual se celebró en Ginebra, se discutió un estudio elaborado por Víctor Madrigal-Borloz, un experto independiente defensor de la Orientación Sexual e Identidad de Género (OSIG) de las Naciones Unidas, el cual sostiene la necesidad de obligar a todas las religiones existentes a aceptar de forma impositiva la ideología LGTBQ, y restringir la libertad religiosa respecto a su predisposición de intolerancia hacia los movimientos que promueve la ideología del género.

Madrigal-Borloz sostiene en su análisis que el cristianismo, judaísmo e islamismo atacan los movimientos LGTBQ promoviendo el odio, y afirma que “estos son marginados, estigmatizados y excluidos de las comunidades religiosas simplemente por ser quienes son”. Este informe, el último de sus 6 años de mandato, el cual llegó a su fin, promueve la anulación de la libertad de religión y de conciencia. El informe final establece que debemos “proporciona una narrativa en aspectos legales sobre políticas y derechos de los movimientos LGBT, y a su vez restringir la libertad religiosa o de creencias, debiendo los gobiernos acatar estas disipaciones, por lo que se obligaría a todas las religiones ha aceptar, casar y no predicar contra la ideología de género, y establecer legalmente la existencia de matrimonios del mismo sexo”.

En las deliberaciones de este organismo no estuvieron presente los país opuesto a esta ideología, como Asia (excepto Vietnam), África (excepto Sudáfrica) ni ningún países árabes, dominando en las mismas la presencia de los países Europa y de Estados Unidos, así como aquellos afines apoyan abiertamente todas estas ideologías, por medio de sus gobiernos liberales, lo que puede verse como buscan de forma astuta que puedan boicotear su contenido, ya que los orientales, como los islámicos, Rusia y China no apoyan esta ideología. Además, el informe abre interrogantes entre los defensores de la Libertad Religiosa (LROC), incluida la Alianza Evangélica Mundial (WEA) que se oponen a estas medidas.

La lógica establece que cuando el pecado se vuelve norma de conducta, cualquier predicación contra el mismo se va a catalogar un atentado a las leyes establecidas, por lo que los antivalores dominarán, y prevalecerá de tal forma, que proclamar una verdad bíblica frente a un mundo diluido en antivalores causará persecución, prohibición, encarcelamiento y cancelación de muchas iglesias y movimientos que defiende la moral bíblica.

Es bueno establecer qué “La Alianza Evangélica Mundial” apoya el derecho a la vida, la dignidad y la libertad de la violencia para todas las personas, incluidas las que se identifican como LGBT. También apoyamos el derecho al disfrute de la libertad de religión o creencia (LROC) para todos”. Además, si la ideología es una idea lógica, pero no científica, la fe cristiana también es un fundamento lógico para aquellos que se aferran a las enseñanzas bíblicas la cual señalar el pecado como violación a la ley moral, pero esto no significa discriminar a nadie, sino indicar lo que es malo y lo que es bueno según la fe.

Es bueno establecer que el  informe y sus recomendaciones invitan a la intervención del Estado en la doctrina cristiana, y que tal intervención equivaldría a un ataque a la autonomía doctrinal de las comunidades cristianas, lo cual violaría la protección central del forum internum o las creencias internas, las cuales no son negociables, pues se derivan de la palabra revelada de Dios, quita tal derecho sería un atentado contra la libertad de conciencia y uno de los derechos fundamentales del ser humano.

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