Afectación del Niño en países del Triángulo Norte

José Rolando Sarmiento Rosales

¿Cómo le afecta el fenómeno El Niño al Triángulo Norte de Centroamérica? Así titulan en La Voz de América (VOA), un artículo publicado el pasado 10 de agosto, por la periodista Karla Arévalo, que por su importancia reproducimos en varias partes de su contenido, revelando hechos referidos a Honduras, Guatemala y El Salvador, donde los efectos del fenómeno ya se hacen sentir negativamente, en lo que se refiere a daños en la producción agrícola y afectaciones climáticas al medio ambiente, por la sequía, incendios forestales y calores sofocantes. “El fenómeno El Niño inició en julio de este año y se prevé se prolongue hasta la primavera de 2024; sus efectos ya comenzaron a manifestarse por medio de la escasez de lluvia y el aumento en las temperaturas”.

“El Niño es un fenómeno climático que ocurre cada dos a siete años tras el aumento de 0,5 grados Celsius en la superficie del Océano Pacífico. Contrario a “La Niña”, este fenómeno provoca episodios de sequías, incendios forestales y, como consecuencia, enfermedades y escasez de alimentos. La agencia de meteorología de las Naciones Unidas dio por hecho la llegada de El Niño en julio de este año, por lo que advirtió a los gobiernos del mundo tomar medidas ante las consecuencias de un fenómeno que se espera dure hasta 2024. Sin embargo, en Centroamérica, las consecuencias comienzan a hacerse evidentes. La ONU pronostica un año con altas temperaturas que podría sacudir las siembras en gran parte del planeta.

“El meteorólogo hondureño, Francisco Argeñal, explicó a la VOA, que una de las consecuencias del fenómeno es la posible inseguridad alimentaria tras “no poder cosechar en el cultivo de primera”. Esa inseguridad ya es un hecho: 133,000 personas en El Salvador, Guatemala y Honduras estarán en crisis o emergencia de inseguridad alimentaria entre junio y septiembre de este año, sostuvo un informe del Análisis de Inseguridad Alimentaria Aguda del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) publicado este año. “Los resultados de la proyección responden al sostenido incremento de precios de alimentos, combustible y transporte, asociado al agotamiento de reservas de maíz y frijol.

Los pronósticos climáticos con alta probabilidad del fenómeno de El Niño sumado a los precios de fertilizantes impactarán negativamente la intención de siembra y cuidados a los cultivos de granos básicos”, señala el informe. En Honduras, 140 de los 298 municipios se encuentran en alerta roja desde junio por una prolongada sequía. Según las autoridades de ese país, el periodo de canícula o ausencia de lluvias se prevé que dure hasta el 28 de agosto”. De nuestra parte debemos significar que, si bien en poblaciones del Corredor Seco de Honduras hay sequía, en cambio ha llovido en regiones productivas donde ya comienza a salir la cosecha de frijoles de primera y las siembras de maíz crecen positivamente.

“Mientras que, en Guatemala, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social inició agosto emitiendo una “alerta roja institucional” ante posibles sequías e inundaciones entre agosto y noviembre de este año. “Estos impactos pueden tener repercusiones importantes en todos los departamentos. (…) desnutrición aguda, enfermedades transmitidas por alimentos, infecciones respiratorias, etc.”, explicó la doctora Lorena Gobern, titular de Epidemiología de la institución guatemalteca. En Centroamérica, el fenómeno de El Niño está asociado con una entrada tardía de la época lluviosa, una salida más temprana de esta y una canícula o sequía de mayor duración.

En El Salvador, el ministro de Medio Ambiente, Fernando López, dijo que para julio se esperaban 887 milímetros de lluvia, y solo se han registrado 602. “Tenemos una diferencia bastante considerable respecto a años pasados. (…) Hemos visto cómo nuestro país ha sido afectado por un aumento en las temperaturas durante el mes de julio. La temperatura máxima promedio ha estado arriba de los 30 grados centígrados (Celsius)”. Que baje el nivel de lluvia le afecta directamente al desarrollo de los cultivos como el maíz, el arroz y el frijol, granos básicos en la dieta de la región, aseguró a la Voz de América, el ingeniero agrónomo, Douglas González. Algunos agricultores dejaron de sembrar granos en el oriente de El Salvador ante los pronósticos de que en 2023 habría un “mal invierno”, y quienes decidieron sembrar pese a los pronósticos ya reportan pérdidas.

En Centroamérica, el fenómeno de El Niño está asociado con una entrada tardía de la época lluviosa, una salida más temprana de esta y una canícula o sequía de mayor duración. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) estima que el impacto de El Niño para 2023 puede ser similar a las consecuencias de 2009, cuando hubo reducción de lluvia y alrededor del 50% en cultivos agrícolas en la región se perdieron”.