Existían acuerdos, no se cumplieron…

El titular está relacionado con lo que en historia nacional nominamos “Independencia absoluta”. Después de los eventos en Guatemala 15 de septiembre 1821, en la misma acta especificaba reunirse posteriormente en la misma sede, los delegados de las provincias del antiguo Reino de Guatemala. La convocatoria tuvo atrasos por divergencias políticas de las mismas autoridades: la anexión a México, divergencias mantenidas desde la problemática entre Comayagua y la Alcaldía Mayor de Tegucigalpa, esto último problema regional nuestro.

El 1 de julio 1823, con participación de 41 representantes (propietarios y suplentes) de las provincias recién independientes, aprobaron dicha acta. La parte principal refirió: “Que las expresadas provincias, representadas en esta asamblea, son libres e independientes de la antigua España, de Méjico y de cualquier otra potencia, así del antiguo como del nuevo mundo; y que no son ni deben ser el patrimonio de persona, ni familia alguna”. Los representantes por Honduras fueron don Francisco Aguirre por Olancho y J. Beteta por Salamá, los demás delegados -sin precisar número- llegaron tres meses después. Incluso revisando dicha acta no hay presencia de los delegados de Nicaragua y Costa Rica.

Al escudriñar diarios oficiales, no encontré más referencias del tema, incluso en los actos conmemorativos a los eventos del 15 de septiembre en Honduras. No hay mención del acta del 1 de julio 1823. Así pasaron 54 años, 2 meses y 14 días. En la celebración del 15 de septiembre de 1877, en Tegucigalpa en el inmueble de la Universidad Nacional (antiguo convento Mercedario) fue decretada la lectura de dicha acta: “…por tanto, el presidente acuerda: que en lo sucesivo, en cada aniversario de la Independencia Nacional, se dé pública lectura, por quienes corresponda, i en todas las poblaciones, a el acta de independencia del 1 de julio de 1823, para cuyo efecto el Secretario General ordenará se haga por cuenta del gobierno, una nueva edición de la mencionada acta, previniendo además se distribuyan entre todas las autoridades municipales de la República. Rubricada por el Sr. Presidente. Marco Aurelio Soto. Comunique i regístrese. Rosa”. Decreto publicado en mismo mes.

Agrego, las celebraciones de los eventos de Independencia en ciertos años, Comayagua y Tegucigalpa las hacían en la víspera del 28 a partir de la tarde y completo el 29 de septiembre. Es hasta 1849, que se fijó el 15 de septiembre. No hay indicios haberse tomado en cuenta la primera disposición, ni la de los reformadores liberales (Soto y Rosa). Ahora en este año -han pasado 144 años-, quieren celebrar el acta de 1 de julio de 1823. Ojalá que COCIP, no se le antoje sacar otro decreto, serían tres. Para lo anterior me amparo en escritos de Rómulo E. Durón. “Valle. Escritos Políticos” (1891); Medardo Mejía “Historia de Honduras” (1983); Iván Herrera, Diario LA TRIBUNA 7/9/2003 Celebraciones 15 de septiembre; Ethel García “Política y Estado en la sociedad hondureña del siglo XIX (1838-1872)” Estudios Antropológicos e Históricos IHAH. (2008); Libro copiador, 1879 (22). Archivo Nacional de Honduras; Juan Manuel Aguilar Flores. “Celebraciones aniversarios Independencia (1825-1899)”. Breves Historia de Honduras. Tomo II, 2022.

Juan Manuel Aguilar Flores
Col. Kennedy, Tegucigalpa
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