Una visión cinematográfica del futuro

Otto Martín

“Viendo el pasado podemos adivinar el futuro” la frase pertenece a Gustavo Buchbinder.

Pero no es así en el cine, donde el futuro siempre nos es presentado de una manera muy diferente al pasado.

Empecemos con el eterno problema de la calvicie; verdad que podríamos esperar que en el futuro se resuelva totalmente?

Pero no es así, el capitán del Enterprise en Star Trek, nave interplanetaria del futuro es totalmente calvo.

Podemos asumir, entonces, que quienes son presentados como pelones en las películas futuristas, lo son porque nunca se encontró el remedio.

Pero ese es solo uno de los pequeños detalles que nunca faltan en todas las películas sobre el futuro.

La Tierra, nuestro querido planeta, siempre aparece desolado, debido a guerras, pestes, invasiones de extraterrestres, etc.

¿Es que los del futuro no estudiaron el pasado y se dieron cuenta que las guerras no sirven para nada?

Es obvio que no, el hombre sigue peleando por estupideces en el presente y lo hará en el futuro… jamás leyeron a Buchbinder.

Por qué nunca ha habido una película que nos muestre un planeta Tierra donde todos los problemas han sido solucionados; salud, hambre, justicia,  libertad! Jamás vemos nada de eso.

Los gobernantes del presente, que ya deberían haber aprendido la lección, siguen haciendo lo mismo, cometiendo los mismos errores.

Dictaduras, nepotismo, corrupción; lo mismo del pasado hacen en el presente y, consecuentemente, lo harán en el futuro.

Después de la desaparición del comunismo en la desunida Unión Soviética podríamos haber esperado que el mundo se dirigiera a una era de libertad, progreso e igualdad social… equivocados también.

Las dictaduras siguen brotando como hongos por aquí y por allá y los aspirantes a dictador solo han cambiado la forma en que presentan sus propuestas, disimulando, escondiendo, camuflajeando sus verdaderas intenciones.

Desde luego que estudiando el pasado se puede predecir el futuro, no hay duda de eso.

En el cine los visitantes extraterrestres viajan enormes distancias en espacio, utilizando  naves con el último modelo en tecnología y que, desde luego tienen que ser costosísimas al igual que  la travesía y, ¿a qué vienen a la Tierra?

Vienen a comernos, matarnos y esclavizarnos; verdad que no se puede entender?

No hay una sola película en la que los extraterrestres nos vengan a enseñar un nuevo modelo de cultura de paz y libertad.

Vienen a enseñarnos que, sin importar cuántos años luz y tecnología nos separen, nos aplicarán lo mismo que le hicieron a los nativos americanos los conquistadores.

Tampoco los directores de las películas de extraterrestres se interesan por el pensamiento de Gustavo Buchbinder.

Y los pueblos del futuro, acaso no saben que las promesas que les hagan los candidatos a gobernantes serán iguales a las del presente; llenas de falsedades, mentiras e intenciones megalómanas escondidas?

Decía Einstein que las mismas acciones producen los mismos resultados, no se puede esperar un cambio, una mejora, si hacemos (o nos hacen) lo mismo de siempre.

Esa es la mejor lección que pueden estudiar los diseñadores del cine del futuro, cambiar lo tradicional y presentarnos un porvenir con más esperanzas, no uno en que las máquinas disfrutan eliminando a los humanos y más bien uno en que los humanos ayuden y cooperen para terminar con los problemas de los otros humanos, en lugar de provocarlos, como ha sucedido en el pasado y ocurre en el presente.

Siempre me he preguntado, basado en las lecciones del pasado, qué logros pueden esperar los que, teniendo la posibilidad de cambiar los países, dedican su tiempo en el poder a acumular más poder y dinero?

Será que son ciegos o jamás han leído un libro de historia y conocido los errores de los gobernantes anteriores, en el país y en el mundo?

Para qué quiere más poder un hombre que terminará sus días en la cárcel y para qué lo desea uno que dejará su nombre y el de su familia en las páginas sucias y negras de la historia?

Fujimori en Perú, Videla en Argentina, tres expresidentes de El Salvador, tres en Costa Rica que también han conocido las celdas y uno nuestro que espera escuchar el veredicto de los jueces, al igual que cualquier cantidad de políticos.

Qué pensaron todos ellos, que el futuro sería diferente?

¿Creen que podrían cambiar el futuro y escapar con los bolsillos llenos de oro?

Debieron haber estudiado el pasado y comprender que no podrían llevar el poder a la cárcel o a la tumba.

En efecto, estudiando el pasado podemos tener una visión del futuro; esa debería ser una lección obligatoria para los directores de cine y, también, para los aspirantes al poder.

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