¡El amor, la verdad y muerte!

Lic. Gustavo Adolfo Milla Bermúdez

El amor es el sentimiento más bello y más hermoso que puede experimentar el ser humano, como el hombre y la mujer. Con la palabra se exterioriza lo que siente el corazón, que vibra armonizando las moléculas de partículas que se anidan a través del espacio entre dos seres que llegan  a comprender entre uno y otro corazón. La mirada con ojos de amor es el primer mensaje que se envuelve como un torbellino que lo hace volar en alas del viento en pos del amor, por tener en el cerco de sus brazos la joya más bella y hermosa que DIOS le dio a Adán como compañera a Eva en el nido del amor entre los dos, el jardín del Edén y el huerto con un  río para que calmaran su sed de amor.

Y usted se pregunta por qué no habla del amor, de la compasión. ¿Habla la flor acerca de su perfume? Ella existe. He hablado acerca del amor; pero para mí no es discutir qué es el amor o qué es la compasión, sino liberar a la mente de todas las limitaciones que impiden el fluir natural de aquello que llamamos amor y pasión. Lo que es el amor y lo que es la pasión, lo sabrá usted por sí mismo cuando su mente y su corazón estén libres de limitación que llamamos egoísmo, egolatría, entonces lo sabrá sin preguntar, sin discutir. Entonces ya conoce la plenitud  de acción lo  que es el “amor”.

La verdad surge porque resalta para poder determinar los sentimientos como una gama que se prende como llama que incendia al corazón y sufre con entera pasión, llega como un entorno de compromiso para realizar y consumar el idilio de dos corazones, porque hay una agonía que están muriendo dos seres que se aman con devoción y, escuchan como música de lira una sinfonía astral que al amor hace ver un horizonte acrisolado con desesperación, que vibran en consonancia como el aspergió de un violín y el perfume de un jazmín que hace recordar muchas penas de amor.

Yo no discuto la luz del  “Sol”. Está ahí, sentimos sus candentes rayos y percibimos su penetrante belleza. Solo cuando el “Sol” está oculto discuto a veces su luz. Lo mismo ocurre con el amor y la pasión. El amor es fuego, el amor es pasión que se interna en el “corazón” con fuerza avasalladora como torbellino que vislumbra en el espacio estelar.

Pregunta: A usted no le gusta hablar sobre la muerte porque nadie ha dado un concepto claro del misterio significado de la vida después de la muerte; habla constantemente de inmortalidad. Seguramente usted cree en la vida después de la muerte. ¿Verdad? ¿Qué quiere decir usted cuando habla de la muerte? Es su dolor por la muerte de otro y el  miedo a su propia muerte. Así cuando un amigo se ha ido a lo ignoto del más allá; usted es consciente de la vacuidad; quiere que esa persona regrese para que llene la parte de su vida que llenaba antes. Porque usted contaba antes de la partida al más allá. Cree que habrá un espacio para usted y vuelvan estar juntos y contar todos los secretos de sus vidas. La muerte para mí no debe ser tragedia jamás, porque es el último acto de la vida. Aquí estoy con mi amigo-hermano Adán Elvir Flores que me apoya en el mundo de las letras para en defensa de libertad y la democracia contra los esbirros dictadores que atentan constantemente contra los derechos del pueblo. EL mundo de las ideas no puede ser mancillado por bandoleros atorrantes como leviatanes que viven en su propio infierno. El pueblo condena esos abusos de corrupción en todas las escalas de la vida cotidiana de una sociedad acostumbrada a vivir en democracia y libertad. Es como robarle al hombre su decoro.

El pueblo ya demostró que no está dormido en los brazos de traidores y no se deja pisotear por el opio de caudillos ignorantes sin escrúpulos morales y éticos. Si les encanta la vida de Cuba, Venezuela y Nicaragua váyanse con todo su nepotismo, allí viven los dictadores sin Dios y los pueblos sin pan.