Juan Ramón Martínez
Excelente la manifestación del martes pasado. Numerosa. Reivindica el derecho ciudadano para el ejercicio de la libertad; y, para rebelarse, ante la arbitrariedad. Confirmando que, Libre ha perdido, el monopolio de la calle que ahora disputa con fuerza a la oposición. Perdiendo la iniciativa. Responde, nervioso, a las provocaciones de Salvador Nasralla; y se reclina sobre las cuerdas, ofreciendo “resistencia” ante los embates del rechazo popular. Al usar fondos públicos para movilizar a sus bases desde diferentes puntos del país, confirmó que no vacilara en los medios para lograr sus fines; y que, acepta su incapacidad para conquistar a los capitalinos que, siguen siendo adherentes cachurecos y liberales. Y con la conducta irregular de Fortín y de Sánchez, avisa que tiene sometidas a las FFAA y a la Policía. Que, usarán en las próximas elecciones.
La “marea roja”, expresó una mentalidad arrogante, en que coinciden las visiones de los hacendados, mezclada con valores del fascismo. En lo primero, consideran que Honduras es una hacienda ganadera; y que, pueden hacer, lo que les perezca en gana, tratándonos, -a seguidores y a opositores-, como sus peones. El discurso de Xiomara Castro no fue el de un gobernante democrático, sino que el de la “gobernanta”, que amenaza, en ausencia de su marido que, anda herrando a los terneros y jóvenes novillos desperdigados en el monte lejano, a los peones. Por ello, aunque hayan aclarado que Libre financió con la deuda política la “marea roja”, obliga a los órganos de transparencia, a confirmar que no usaron dinero de todos para movilizar a las masas. Mussolini, marchó sobre Roma en 1924, para hacer correr a sus opositores y obligar al rey a que le nombrara Primer Ministro. Ahora, es una reacción asustada de Xiomara Castro, pidiéndonos que salgamos a defenderla. Pero, por más que buscamos, no vemos enemigos; y los que la amenazan, son sus correligionarios, disgustados porque no los han acomodado en el presupuesto.
La composición de los manifestantes es, interesante. No estuvo el pueblo; ni gente de sombrero, o peones orilleros. Solo universitarios felices, tomando cervezas; intercambiando abrazos. La mayoría, empleados públicos. Confirmando que la rebelión “zelayista” contra del sistema, es más que todo, la irrupción de desempleados universitarios que el débil modelo capitalismo no absorbe. Que ratifican su voluntad de competir con los más pobres, o los corruptos y menos alfabetizados, defendiendo sus empleos. Como en el pasado, en que los “leídos”, -que manejaban pistolas y eran atrevidos-, corrían al cerro a matar adversarios para ingresar al presupuesto. Encendiendo las guerras civiles.
Hay cosas discutibles. Las elecciones, desde finales del siglo pasado, no se ganan con manifestaciones. Libre usó la calle para llegar a Casa Presidencial. JOH, no pudo garantizarle al PN, la continuidad del gobierno. Tampoco, repartiendo dinero entre los pobres. La “marea roja”, tampoco asustó al Congreso Nacional.
En lo negativo, Libre, le mostró sus costuras irregulares a la oposición. Ahora, no podrá sorprenderlos. Confirmó que temen a Nasralla y a los nacionalistas. Que, a los liberales, no les dispensan respeto alguno. Que carecen de un discurso político. Tampoco cuentan con oradores de barricada. Xiomara, no estremece a las masas. Los ataques a la dictadura, parecen ir en su contra. Y la lucha por el empleo, fortalece a la oposición democrática, que poco a poco, desarrollara un contra-discurso, coherente con las necesidades de los sectores que no creen en Libre. Que no le tienen miedo a “Mel” Zelaya, y que se oponen a las decisiones que afectan a las relaciones con los Estados Unidos. Aborrecen la incompetencia del gobierno para dar soluciones; y, rechazan su falta de respeto a los valores cristianos de la cultura nacional.
Lo peor. Confirmó a la oposición que Libre tiene un proyecto continuista en que, desde la legalidad actual, buscará ganar las elecciones en el 2025. Y si no lo lograra, como lo dijera Xiomara Castro, echarán mano de cualquiera ilegalidad para impedirle a la oposición, aunque mayoritaria, regresar al gobierno. Libre, abriendo la boca más de lo oportuno, mostró su naturaleza íntima, exhibiendo prepotencia innecesaria, cayendo en brazos de los nervios incontrolados de “Mel” Zelaya, al que los años, parece que le están cobrando las facturas por sus excesos. Y, confirmó su naturaleza antidemocrática.
Conclusión: éxito publicitario para Libre. Un punto, para la oposición.