Por: Ivonne Tábora*
Platicando de todo un poco con una inteligente joven graduada con honores en la carrera de Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas de la prestigiosa Universidad de George Washington GW, me contaba cómo funciona el cuerpo diplomático en USA, en su mayoría conformado por personas preparadas en el tema, diplomáticos de carrera les llaman y con otra característica importante, cuando hay cambio de gobierno, muchos continúan en sus cargos.
Igual ocurre en muchas instituciones gubernamentales en ese país del Norte, los empleados no sufren esas famosas barridas que suceden en países como el nuestro, porque son contratados de acuerdo a sus capacidades y talentos, aunque siempre existe el personal de confianza que cada nueva administración emplea.
A esto se llama meritocracia, existe especialmente en países desarrollados como el Reino Unido, el este de Asia, Singapur, y se cree que en Estados Unidos, entre otros, se define como un sistema político en el cual los bienes económicos y el poder se otorga a los ciudadanos, basándose meramente en el talento y los logros, es decir, que permite que los que tienen talento, tengan la posibilidad de desarrollar su potencial.
La meritocracia según estudios nació como concepto en Asia, con antecedentes que vienen desde Confucio, algunos estudiosos afirman que es un mito porque fue pensada en un escenario ficcional y se complica cuando tratamos de adaptarla a la realidad.
En este sentido creo que la meritocracia se vuelve atractiva, sobre todo si va de la mano con la educación y la igualdad de oportunidades, claro que no aplica a todos los países, por ejemplo aquí, pesa más la politiquería o el compadrazgo, aun cuando contamos con gente preparada y capacitada en diferentes áreas, predomina el desempleo.
El sistema meritocrático avanza en relación a otros modelos más desiguales, ya que el mérito es un factor importante para el buen funcionamiento de diversos procesos y la distribución de los recursos, ya sea en lo privado como en lo público.
Al final, creo que no hay un solo país, con un mecanismo en el cual todos sus ciudadanos no estén marcados por las desigualdades, lo que significa que los privilegios están concentrados en manos de pocos, pero por otro lado, también es terrible condenar a un país a vivir en nepotismo, y ser gobernado por personas que no están preparadas y la distribución de los recursos es solo para un grupo elite.
Estamos a horas o días de elegir un nuevo Fiscal General y Adjunto, porque el 31 de agosto se concluyó el mandato de los titulares de la Fiscalía General de la República y Adjunta, y se debe elegir a las nuevas autoridades de entre cinco candidaturas presentadas por una Junta Proponente.
Pero a estas alturas, las fuerzas políticas representadas en el CN aun no llegan a un acuerdo, se menciona hasta intervenir el Ministerio Público, lo que crearía un conflicto de intereses obviamente.
Asimismo el Partido Libre afirma que a ellos les corresponde elegir, quién de los cinco propuestos será el nuevo Fiscal General y Adjunto, por lo que ellos proponen a Johel Zelaya para Fiscal General y a Mario Cabañas como Adjunto, mientras el Bloque de Oposición, integrado por el Partido Nacional, PSH, Partido Liberal apoyan a Mario Cabañas como Fiscal General y a Jenny Almendares como Fiscal Adjunta.
Lo interesante de este asunto es que se menciona tanto la palabra “mejor evaluados” y sin embargo no se toman en cuenta las evaluaciones, porque de los cinco propuestos, fue la abogada Jenny Almendares la que salió mejor evaluada por la Junta Proponente, el problema es que ella es apolítica, o sea no obedece a ninguna línea política, lo cual me parece excelente e idóneo.
Muchos intereses están en juego con esta elección, como el control de la acción penal por parte de la clase política y económica, y es allí donde peligra la lucha contra la corrupción e impunidad.
Pidámosle a Dios, que prevalezca el diálogo y que la elección se haga por méritos, porque este proceso es clave y puede llegar a marcar el destino del país.
*Lic. en Periodismo, relacionista pública.
@IvonneTabora
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