Por: Fredis Mateo Aguilar Herrera
El 12 de abril se conmemoró el 226 aniversario de la llegada del pueblo garinagu (garífuna) a Punta Gorda, isla de Roatán, procedentes desde la isla de San Vicente en 1797. En el marco de esta fecha histórica participamos en el foro “desafíos de los pueblos garífunas en Honduras”, llevado a cabo en la comunidad garífuna de Cocalito, municipio de Ironía, departamento de Colón.
Para llegar a Cocalito, se desvía desde Bonito Oriental a una distancia aproximada de 85 kilómetros y se pasa por otras comunidades garífunas de Iriona asentadas en la playa del litoral del mar de las Antillas y por su flanco sur atraviesa la sierra de Punta Piedra. Dichas comunidades son: Punta Piedra, Cusuna, Ciriboya, Iriona Viejo, San José de la Punta, Iriona Puerto y Sangrelaya, precisamente instalada en esta barra conformada por el río de su mismo nombre. Esta barra oscila entre 10 kilómetros de longitud por 2 kilómetros de ancho y la desembocadura de 20-30 metros aproximados, misma que sedimenta en tiempos de sequía y facilita el paso, pero se rompe en época lluviosa con la subida del caudal del río. Un brazo de este río o popularmente conocida como manga forma la barra de Calderas con un ancho de un kilómetro en su parte inicial y en su desembocadura de 200 metros aproximados.
La festividad cultural en Cocalito se desarrolló en una champa con postes de madera, techo de manaca y adornada con artesanías propias, instrumentos musicales autóctonos y producción representativa de coco, plátano, yuca, etc. Un día anterior al evento se instalaron cocinas coordinadas por señoras mayores para la preparación de comidas típicas: pan de coco, cazabe, rice and beans, tapado, machuca, tamal de guineo, mariscos y su bebida más popular de gifiti. Fue muy atractivo ver la hermandad y alegría de las mujeres al cocinar sus alimentos y la atención especial bridada a los invitados.
El evento, empezó con una misa de acción de gracias y sus cantos fueron acompañados con sus instrumentos de percusión e interpretados en lengua materna. Posteriormente se realizó el foro con la participación de líderes garífunas, quienes demandaron al gobierno central dar respuesta a las problemáticas de sus comunidades y población en general del sector costa y valle de Iriona. Entre las demandas exigen el reparación de vías de comunicación, solución a conflictos de tierra, agilizar en la ENEE proyecto de alumbrado público en todo el municipio, mejoramiento de pésimas condiciones de salud e infraestructura de centros educativos, generación de oportunidades de trabajo, apoyo a la cultura, servicio de agua por acueducto, saneamiento ambiental y resienten que en pleno siglo XXI, continúan abandonados.
Sumado a esas demandas, las comunidades garífunas tienen muchos desafíos en los aspectos siguientes:
En el aspecto cultural, se requiere conservar desde su hogar su lengua materna, sistema de creencias, gastronomía, prácticas ancestrales, danzas, música, arte y cantos que se unen a su espiritualidad. También se necesita fortalecer su formación cultural y construcción de su identidad para resistir a distintas presiones de aculturación y dar sostenibilidad a su cultura como eje desarrollo.
En lo educativo, se demanda al Estado hondureño ser garante de una educación intercultural bilingüe gratuita en todos sus niveles y que el sistema educativo les proporcione textos académicos en lengua garífuna, tomando en consideración su contexto y cosmovisión y retomar la educación informal desde el hogar, en donde las enseñanzas de valores ancestrales-culturales y sabiduría popular se transmitan de generación en generación.
En lo socioeconómico, es importante luchar por su justicia, equidad social, defensa de bienes colectivos y ambiente. Asimismo el Estado hondureño debe cumplir con la política pública y plan nacional de acción en derechos humanos y tratados internacionales en referencia a los pueblos indígenas. Dar prioridad a la atención de salud, mantener convivencia armónica y cohesión comunitaria y continuar practicando principios de espiritualidad, alegría, solidaridad, generosidad, paz y beneficios colectivos y aprovechar de manera sostenible sus recursos naturales para una mejor calidad de vida y necesita apoyo gubernamental para potenciar su economía local en base al turismo, artesanías gastronomía, generación de oportunidades de empleo y emprendimiento para evitar emigración.
En lo político, se requiere apostarle a una mejor gobernanza y gobernabilidad de sus territorios. Fortalecer su cultura, formas de vida, instituciones propias y participar de manera efectiva en la autodeterminación de sus comunidades, ampliar instancias de organización y abrir espacios para participación en cargos de elección popular y gobierno para autogestionar su propio desarrollo económico, social y cultural. Velar por el respeto a los derechos de los pueblos indígenas: propiedad de las tierras, recursos naturales de sus territorios, preservación de sus conocimientos, tradiciones, autodeterminación y consulta previa, libre e informada.