CN: novedades desde el frente

Juan Ramón Martínez

En el Congreso Nacional, está la última línea de defensa del sistema democrático. Después del repliegue de la línea de la Corte Suprema de Justicia, donde las fuerzas democráticas se retiraron para, desde el Congreso plantear la defensa final del orden constitucional, las noticias no son necesariamente buenas. Sin embargo, hay mucha fortaleza, coraje individual y unidad de mando: y, posiblemente lo más importante, los líderes han descubierto que, no hay vida después de perder la lucha por la Fiscalía General. Y que la estrategia de ceder terreno, para ganar tiempo, no ha resultado contra un adversario que siempre juega a, todo; o, nada. Las líneas democráticas, fuera de algunas debilidades que le indicaré a continuación, se mantienen firmes. Los diputados del Bloque de Oposición, se muestran unidos y animosos. Los tres diputados liberales y uno de la Democracia Cristiana, que se han entregado al atacante, no pregonan su traición; ni defienden su expediente de compraventa como conducta política. Y en el bloque de diputados atacantes, se nota no una fractura; pero sí, una tenue diferenciación: hay diputados honestos, obligados por la disciplina partidaria que, mantienen sus votos, pero sin predicar obediencia infantil o justificación machista, lo que da esperanza y confianza en el futuro. La mayor debilidad del frente democrático, con todo, la representa la defección de Fortín, jefe del Estado Mayor Conjunto que, ha dejado de cumplir con su deber; y, por ofrecimientos subalternos, ha entregado a la institución que, en caso de ruptura final del frente, sería en la retaguardia, la fuerza para detener al enemigo; e, impedir la derrota total de las fuerzas democráticas. Esta pérdida es muy dolorosa. Pero hay la esperanza que, en la retaguardia de las Fuerzas Armadas, se imponga el sentido del deber; y, los oficiales, obliguen a Fortín a rectificar. O que lo manden a su casa, en caso necesario como ocurriera con otros oficiales que le fallaron al compromiso con Honduras en su momento. O que él mismo, como ocurriera en la Guerra Civil de 1924, renuncie al cargo y abandone el país, para evitar la vergüenza de su defección injustificada. El caso de Sánchez, el problema es mayor. Ha mostrado ser un activista, que ha optado entre el deber y la adhesión política, al activismo inconsecuente, echando por el suelo, toda una carrera digna, rendido por la ambición y la incapacidad para resistir al encanto de la lujuria del poder.

En la retaguardia, es obvio que “Mel” ha perdido mucho de sus menguantes respaldos. Los que creían que había que permitirle espacio y tiempo para que cumpliera sus ambiciones; y que, al llegar al 2025, derrotarlo en las elecciones generales, han descubierto que tiene prisa y que, con sus acciones, confirma que no aceptará la legalidad burguesa. Y que, más bien, muchos sospechan que, no llegaremos a elecciones, porque la soberanía dejará de estar en manos del pueblo, para pasar al control de sus seguidores que saben que su única opción es la vereda autoritaria y la ruta tortuosa hacia la dictadura. Esta constatación, vuelve más peligroso el asedio de las fuerzas “zelayistas” contra la democracia. Pero en lo positivo, ratifica que Irene Castro tuvo razón, cuando enfrentó la primera agresión de “Mel” Zelaya y que estuvo a punto, como hombre de honor, de cambiar la historia de Honduras. En el resto de la población, incluso la más distante del tema político, se fortalece la idea que, el país y “Mel” no pueden convivir. Y que, su continuidad en el control del poder político, es la mayor amenaza que ha enfrentado la República, en los últimos cien años.

El mayor riesgo, entonces es un empate entre las fuerzas enfrentadas. Muchos echan en falta el coraje de Ramón Villeda Morales en 1959 durante el asedio de Velásquez Cerrato; o la entereza de Luis Rubí y Roberto Micheletti que, mostraron que cuando hay que defender la existencia de Honduras, a nadie le deben temblar las manos. En fin, muchos confían que, de la conducta de los países democráticos -la Unión Europea y Estados Unidos- si reaccionan antes que sea demasiado tarde, dependerá el futuro. Lo que ocurre en Nicaragua, El Salvador y Guatemala, confirmará que Honduras es la línea roja para detener a China, con la que “Mel” Zelaya, parece haber hipotecado su futuro. Seguiremos informando.