Descentralización digital

Por: Rodolfo Dumas Castillo

La semana pasada comentábamos algunos aspectos que Honduras debe atender con urgencia para liberar su economía de la tiranía de los trámites y sus requisitos absurdos e innecesarios, y de la excesiva discrecionalidad de funcionarios expertos en complicarlos y atrasarlos. También recodábamos como al inicio de esta administración, en varios artículos publicados en este mismo espacio, planteamos alternativas y propuestas sobre simplificación administrativa y digitalización de procesos, eliminación y reducción de requisitos, y opciones de colaboración entre el sector privado y público para mejorar la eficiencia de varias instituciones, así como varios sobre la oportunidad perdida del nearshoring.

Lastimosamente pasó toda una semana y el país se mantuvo distraído por el tema de la Fiscalía, una tarea aparentemente sencilla que nuestra constitución impone al Poder Legislativo pero que hasta hoy ha sido incapaz de cumplir. Mientras tanto no ha surgido una sola acción concreta para mejorar el clima de negocios, para impulsar reformas que ayuden a simplificar los enmarañados procesos administrativos que le cuestan valiosos recursos y tiempo a los ciudadanos y empresas del país. Cero iniciativas o acciones de parte de ningún funcionario público para atacar ese cáncer y con ello contribuir a generar un ambiente que permita la creación de nuevas fuentes de empleo, el tema que más preocupa al pueblo hondureño.

El sector privado ha presentado algunas propuestas y varios medios de comunicación han dedicado espacios importantes al tema del empleo y las formas de crear más oportunidades, especialmente para los jóvenes. Dentro de los temas expuestos nos llamó la atención que algunos sectores solicitan una mayor descentralización, sobre todo por tantas gestiones que actualmente solo pueden realizarse en Tegucigalpa y que perfectamente bien podrían delegarse a oficinas en el resto del país. Pues sobre ese tema también hemos escrito en múltiples ocasiones, quedando claro que es una forma de agilizar los trámites y de reducir costos para los usuarios.

Sin embargo, la descentralización ya no se limita únicamente a su enfoque tradicional, que implica la transferencia de autoridad y responsabilidad desde el gobierno central hacia las autoridades locales. En la actualidad, la descentralización debe girar hacia el ámbito digital, ya que este ofrece una mayor eficiencia, transparencia, agilidad y alcance que los procesos “presenciales”. En este contexto, no existen excusas válidas que impidan la presentación, procesamiento y resolución de peticiones ciudadanas o empresariales a través de plataformas digitales.

Varias instituciones han avanzado en esa dirección. Por ejemplo, en el Servicio de Administración de Rentas, Agencia de Regulación Sanitaria, Administración Aduanera e Instituto Hondureño de Transporte Terrestre, muchas gestiones se pueden completar de manera totalmente digital, emitiendo cada una de esas instituciones resoluciones, constancias, registros y licencias revestidos de plena validez y legalidad. Aunque en lo concerniente a los tiempos de resolución y requisitos se puede mejorar muchísimo, sobre todo para respetar los principios del derecho administrativo, estas instituciones comprueban que es factible la digitalización en nuestro país.

Lastimosamente en otras áreas no se avanza y en algunos casos hay retrocesos. Gestiones en ministerios como Gobernación, Trabajo, Finanzas, Relaciones Exteriores, Educación e Instituto de la Propiedad, solo para citar algunos, siguen resistiéndose al cambio y transitan a un ritmo exasperantemente lento, generando insatisfacción ciudadana y terribles daños a la dinámica empresarial del país. Nos resulta difícil comprender las razones para esa resistencia al cambio pues de lograrse, además de beneficiar a los usuarios, la misma autoridad se favorece con mayor satisfacción de usuarios y ahorros para la economía nacional.

Una revista de negocios recientemente publicó una nota señalando que Honduras es atractivo para la inversión y que su economía crecerá este año. Sin perjuicio de las consideraciones técnicas que podamos tener sobre esto (que son muchas), imaginemos cuanto mejoraríamos si avanzáramos decididamente hacia la digitalización y simplificación administrativa. Sería ingenuo negar que Honduras está rezagada en materia de gobierno digital; ya es notorio hasta con nuestros vecinos, países pequeños que han entendido que el futuro es digital y que la tecnología es la que nos permitirá una verdadera descentralización como estrategia de desarrollo y para construir un futuro más próspero. Urge la descentralización digital en Honduras.

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