Por: Carlos Medrano (Periodista)
Solicitar en los actuales momentos la elaboración de una consulta popular o plebiscito para elegir a un Fiscal y Fiscal Adjunto, que costaría aproximadamente 500 millones de lempiras, es un disparate del tamaño de la luna, lugar en donde deberían vivir ese par de diputados que están promoviendo semejante locura.
Con la crisis económica que nos agobia a todos los hondureños, con la falta de empleo, medicamentos y con los niveles de pobreza que alcanza a más del 70% de quienes habitamos en este país, erogar esa cantidad de dinero para una consulta popular es no vivir y no sentir lo que está pasando en toda Honduras.
O sea, por la falta de consensos en el Congreso Nacional, de diálogo, de liderazgo sensato y fuerte, por falta de criterios y oportunos debates que permitan ponernos de acuerdo como sociedad civilizada, ahora están pensando en gastar 500 millones en una consulta.
Este tipo de propuestas, que me reúso a creer que sea de Libre como partido político en el poder, -y más bien de una guareada de dos congresistas en afán de llamar o distraer la atención- le hacen un enorme daño a este nobel partido político hondureño.
Desviar recursos económicos que deberían ser priorizados en salud, educación, seguridad y creación de empleo, es un pecado descomunal, es querer dilapidar aceleradamente el calor popular y perder las próximas elecciones generales sin remedio.
Recientemente una persona muy apreciada fue atropellada por un bus de la ruta urbana y tuvimos que asistirla en su convalecencia en el Hospital Escuela, lugar en donde la muerte y el dolor inunda sus vetustas instalaciones en todas sus estructuras.
Por la insalubridad en sus salas, la asquerosidad en sus servicios, algunas veces hasta por la indiferencia del personal médico, doña Yami tenía que permanecer en medio de sangre y orina de sus vecinos enfermos, haciendo de su estadía en el principal hospital del país una tortura.
Lo que era previsible sucedió, se nos contaminó y complicó todo su proceso de recuperación, alargando su crisis sanitaria, lo que evidencia que el Hospital Escuela requiere de una gran cantidad de dinero para su rescate.
No hay medicamentos, algunas veces ni una gaza, ni insumos básicos como algodones, las enfermeras y doctores hacen milagros con la carestía que abruma a todo este sistema de pobreza e indigencia.
De fondos propios, el apoyo de amigos y de otras personas que fueron solidarias, tuvimos que ponerle unas sabanas en el frío colchón que se asienta en un metal duro y áspero, comprarle pañales, papel higiénico, el material quirúrgico y hasta lo más básico y elemental para que sobreviviera, no solo por los golpes recibidos sino para que no desfallezca anímicamente en un momento tan difícil como estos.
Es por eso que me indigna que la clase política, específicamente algunos diputados como Rasel Tomé, quien ha quedado muy mal ante el pueblo por su ejemplo en el uso del poder, por propuestas como estas, propongan semejantes disparates que solo más pobreza nos van a generar.
Pero no solo en salud es el aprieto, si revisamos lo que sucede en educación, todavía hay niños que reciben clases unidocentes a la intemperie y que tienen una piedra por pupitre.
La gente se está marchando de Honduras por falta de oportunidades, por la inseguridad, por la pobreza y pobreza extrema, dejen de gastar el dinero en formulas descabelladas y sin sentido, hoy Honduras necesita más que nunca de mentes sensatas y coherentes que nos permitan avanzar en el país.
Rasel buscá que hacer, Rasel llama la atención con inteligencia, da el ejemplo y mejor cumplí lo que prometiste cuando eras oposición, o por qué no promovéis la reducción de diputados para que con ese ahorro se provean los hospitales públicos.