Por: Noé Pineda Portillo
El 15 de septiembre es un día glorioso que recordamos con entusiasmo todos los hondureños y centroamericanos, porque es el día en que se proclama por primera vez, la independencia de España, como potencia colonizadora de lo que fue la Capitanía General de Guatemala, hace ya 202 años.
Aunque muchos historiadores centroamericanos consideran con justa razón que la verdadera declaración de independencia fuera el 1o. de julio de 1823, sin embargo, la fecha del 15 de septiembre es la que se recuerda con mayor vehemencia, por cuanto despertó mayor emotividad por la participación más directa del pueblo centroamericano en la ciudad capital de Guatemala.
A partir de 1823 viene luchando por gestarse la República Federal de Centroamérica, pero ya en su seno traía los males de la descomposición; falta de recursos financieros, mala organización administrativa y la conspiración de los nuevos colonialismos.
Cuando en 1838 se desintegra la Patria Centroamericana, los cinco pequeños estados provincias que lo componían, se transforman en repúblicas y de aquí parte el otro viacrucis que no todos los centroamericanos hemos sabido sobreponer.
Las pequeñas repúblicas independientes han tenido que barajar una serie de suertes para sobrevivir. Siempre estuvieron al acecho de ser adoptadas por otros países más desarrollados. Ejemplos históricos concretos fueron los desmanes peligrosos del inglés Federico Chatfield y el norteamericano William Walker.
Por otro lado, los intentos de reunir la Patria Grande fueron numerosos, pero ninguno se consolidó; faltó suficiente motivación, decisión, un proyecto político y un nuevo liderazgo para que se triunfara.
Ahora los tiempos han cambiado. Con el desaparecimiento de la “Guerra Fría”, la formación de nuevos bloques económicos que son los que conforman nuevas formas de poder político-económico, y una tendencia a una economía global a partir de grupos regionales; se nos empuja en dirección a una integración económica regional ampliada.
Para llegar a esos estrados de unidad es necesario que los hondureños y centroamericanos, seamos conscientes de nuestros valores, de nuestra identidad cultural, de lo que somos capaces como grupo humano diferente a otros, en la lucha por un desarrollo común.
Que este nuevo aniversario de la patria, nos encuentre con el optimismo seguro para seguir en la lucha, por la grandeza y prosperidad de todos. ¡Salud queridos compatriotas!