El domingo 10 del presente mes de septiembre, el Día del Niño Hondureño, fue celebrado por todo lo alto, en el auditorio abierto de la Escuela Nacional de Música.
Al caer la tarde, la Orquesta Sinfónica de Tegucigalpa, bajo la conducción de su director invitado, el maestro guatemalteco ERNESTO CALDERÓN, ofreció a los niños de nuestra ciudad capital un concierto muy especial.
Las obras musicales fueron escogidas sabiamente. Comenzó el programa con cuatro piezas de la suite “La Tombeau de Couperin” (La Tumba de Couperin) del compositor impresionista francés Maurice Ravel. Es un homenaje musical realizado a personajes de mucha relevancia en la época de la Primera Guerra Mundial. Pero no son piezas fúnebres. En ellas se canta a la vida, con la versatilidad propia del compositor francés mencionado.
Para darle un toque aun más alegre al concierto, a continuación, fueron ejecutadas por la OST unas obras cortas del compositor estadounidense del siglo XX LEROY ANDERSON, comenzando con el famoso Tango Azul (Blue Tango), que tanto disfrutáramos en nuestros años mozos. Luego vendría la simpática pieza “El Mecanógrafo”, cuyo solista es, precisamente, un oficinista que maneja diestramente la máquina de escribir, que ya entró prácticamente en desuso, con la aparición del ordenador o computadora. El Gato Bailarín y El Reloj Sincopado, fueron las otras obras de Anderson, que pudieron ser disfrutadas por los niños asistentes al concierto, pero también por los adultos que todavía conservamos un corazón de niño.
La obra de fondo fue un verdadero agasajo para los pequeñines, “PEDRO Y EL LOBO”, del compositor ruso del siglo XX, SERGEI PROKOFIEV, compuesta en el año 1935, luego de su retorno por el compositor a su país natal. Se trata de un cuento musicalizado que fue disfrutado grandemente, no solamente por la excelencia de la parte musical, sino además, por la parte coreográfica, en la que fueron representados cada uno de los personajes: Pedro, un niño inquieto, aguerrido e inteligente. Un gato, un pajarito, un pato, el lobo, el abuelo y los cazadores.
La Orqueta Sinfónica de Tegucigalpa, organización artística independiente, ha cumplido seis años de labor artística continua. La calidad de sus jóvenes integrantes y el espíritu emprendedor de su junta directiva, están haciendo realidad una obra cultural encomiable, que todos debemos apoyar.
La Alcaldía Municipal del Distrito Central, debería asignar una partida presupuestaria para asegurar la continuidad de este formidable emprendimiento cultural. Ya existe un precedente: El arquitecto Henry Merriam, durante su gestión como alcalde de Tegucigalpa, apoyó la Orquesta de Cámara de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en los años 1977-78.
Tegucigalpa, M.D.C., 16 de septiembre de 2023