Dioses y leyendas del pasado y la actualidad

Por: Otto Martín Wolf

Hace miles de años los sacerdotes egipcios lograron convencer a los faraones, nobleza y al pueblo en general, que si se momificaban sus cuerpos lograrían vida eterna.

Esa creencia llegó al grado que también sirvientes y mascotas eran modificados, para que sirvieran a sus amos en la otra vida.

Pero, de alguna manera y desde todos los tiempos, los sacerdotes también han convencido a la gente de que los dioses solo hablan a través de ellos, sin explicar porque no se dirigen directamente a la gente, que sería lo más lógico.

Hoy, todo eso nos parece casi ridículo pero, en una época que duró varios miles de años, todo mundo lo creía a pie juntillas.

Los antiguos griegos durante muchos años creyeron en Zeus -dios del cielo y el trueno, el más importante de todos- y un montón de otros dioses menores cada uno de los cuales tenía una especialidad.

Hera -diosa de la lealtad, el matrimonio y la familia- Poseidón dios de océanos y terremotos, Atenea diosa de la sabiduría y la guerra.

Las creencias y supersticiones, en un pueblo tan culto y avanzado en el pensamiento, llegaban también a lo ridículo ya que entre otras cosas fantásticas los dioses se podían mezclar con los humanos y tener hijos llamados semidioses.

La superstición griega llegó al extremo de creer en el poder de adivinación; el oráculo de Delfos era visitado por millares de peregrinos que hacían largos viajes para tratar de conocer su futuro.

Ahí les decían a los creyentes si les iba a ir bien en el amor o los negocios. Los militares y gobernantes pedían conocer el resultado de batallas y guerras.

Los romanos heredaron gran parte de esos dioses los cuales aceptaban sacrificios de ovejas, aves y otras pobres criaturas como una manera de agrado por parte de los humanos en busca de favores. También, aunque con menos poder, estaba la quema de incienso y otras sustancias aromáticas, costumbre que conserva hasta la actualidad en algunas religiones.

Es posible que entre los muchos cerebros privilegiados que tuvieron esas culturas haya habido quienes no creyeran en esos cuentos, pero que eran “la verdad” para la mayoría del pueblo.

Se han hecho muchos estudios sobre el origen de mitos y leyendas del pasado, no solo en Egipto, Grecia o Roma sino que en casi todas las culturas.

Algunos resultados revelan que la mayoría de los cultos y religiones han sido reciclados de otros anteriores.

El más antiguo de que se tiene datos precisos fue el de los sumerios, la primera civilización organizada.

Es lógico que no puedan haber nacido de un solo en Sumeria, ahí quizá le dieron forma a leyendas anteriores y las convirtieron en religiones y cultos.

Por cierto que los sumerios, creadores del primer idioma y leyes escritas, atribuían todo lo bueno que les sucedía a sus dioses.

Inventos, talento, creaciones artísticas, fundamentos de la agricultura, todo provenía de los dioses y -en contraposición- todo lo malo era culpa del hombre.

Lo bueno venía de los siete dioses más importantes, entre los que había un dios para el amor y la fertilidad, la guerra, los negocios, etc.

Perfectamente nos damos cuenta -en este vertiginoso pasón histórico- que los griegos y otras culturas posteriores fueron influenciadas por la religión y creencias de los sumerios.

Ok, hasta ahorita me he mantenido neutral pero tengo que seguir adelante, no me puedo quedar callado -como lo hicieron los pueblos mencionados- tengo que preguntarme, será que los creyentes de las religiones actuales no pueden darse cuenta de que les sucede es lo mismo, como ocurrió ya tantas veces en el pasado?

Lo lamento por ellos, pero están creyendo en cosas tan fantásticas como que la vida se conserva después de la muerte, más allá de la cual se viaja al paraíso como premio al buen comportamiento y a la fe ciega.

No es muy diferente momificar un cuerpo que hacerlo con la mente, en el fondo es lo mismo!

Es creer en lo invisible y en la existencia de criaturas superpoderosas creadoras y dueñas del universo.

Los actuales sacerdotes de todas las religiones también hablan en nombre de sus dioses, que siempre optan por hacerlo a través de intermediarios y no directamente al pueblo, como debería de ser.

Un llamado final: atención dioses, todos ustedes!

¿Por qué confiar la transmisión de su palabra a humanos llenos de defectos igual que nosotros?

No se dan cuenta que esos sacerdotes y pastores se aprovechan de la gente ya que ustedes -los dioses- les otorgan el privilegio de hablar en nombre suyo.

Sería bueno que nos hablaran directamente, somos sus hijos, cierto?

[email protected]