¿Paraísos o refugios fiscales? El error de Sampedro

Jairo Núñez

Don Simón es un empresario de 70 años que ha dedicado la mayor parte de su vida a levantar su empresa en la cual ha empleado en promedio a 100 personas durante casi 40 años. Don Simón ha logrado ser muy exitoso con trabajo duro y esfuerzo. Ya heredó a sus hijos el negocio. Como resultado de su brío, logró acumular una considerable cantidad de dinero que mantenía en cuentas bancarias en su país de origen en donde existe una tradición de corrupción estatal, la presión fiscal es alta, los impuestos cada vez son mayores y en lugar de que sus ahorros crezcan con las tasas que le ofrecían los bancos, mes a mes, se iban reduciendo considerablemente. Con el tiempo don Simón decide enviar una parte de su dinero a un banco en un país cercano que no le ofrece pagar intereses, pero en el cual tampoco le cobra impuestos, apenas una baja comisión por manejo.

¿Está don Simón en su derecho de decidir si mover sus ahorros, su patrimonio de toda una vida, ganado con mucho esfuerzo y de forma lícita, con tal de protegerlo? ¿O está don Simón siendo tan egoísta de mover su dinero, para que no se le reduzca mes a mes con la carga excesiva de impuestos que van a dar a las manos de políticos corruptos? ¿Qué debería hacer don Simón? ¿Qué ganan estos países con no cobrar impuestos? Habría que preguntarle a Shakira que enfrentó un caso similar en España. Lo que ha pasado don Simón y Shakira es el típico caso en el cual los políticos de países que mantienen altos impuestos señalan a personas que deciden mover su propiedad a otros países para preservar su patrimonio. Si es legal, ¿por qué es tan criticado?
“Paraísos fiscales” los llaman.

Un error de traducción de José Luis Sampedro en la década de 1970, un economista español, que, en su intento de desacreditar a los refugios fiscales, los llamó “paraísos fiscales”. El término original en inglés es “tax haven” lo que literalmente se traduce como “refugio fiscal” (tax significa impuesto y haven significa refugio), sin embargo, releyendo a Sampedro y su “economía humanista” se nota de manera clara su error, probablemente y debido al pésimo nivel de inglés que se habla en España, al creer que haven (refugio) era igual a heaven (paraíso o cielo), o simplemente un error voluntario y medido, el cual le valió mucho reconocimiento internacional al adoptar este término, el cual, se tienen registros que ya se utilizaba desde hacía varios años antes del “error de traducción de Sampedro”.

Los refugios fiscales siempre han existido. Charles Adams en su brillante libro de 1982, “Lucha, escape, fraude: la historia de los impuestos” (en el cual claramente el autor se debate entre el real propósito de los impuestos), menciona que los refugios fiscales (llamados ya paraísos fiscales en el libro) jugaron un papel muy importante en el crecimiento y estabilidad del Imperio romano. “El gobierno romano premiaba a ciudades que le eran fieles dándoles el estatuto de puertos libres de impuestos o libertas”. Y es que la libertad en el mundo antiguo significaba libertad de impuestos. El tributo, en cambio, era un castigo para todos los que se rebelaban contra Roma.

Se tiene registros que los primeros refugios fiscales no fueron naciones independientes, sino estados de EEUU como Delaware, que, a finales del siglo XIX, implementó la política de “incorporación fácil”, la cual permite abrir y operar una empresa desde dicho Estado y comenzar a comercializar en menos de 24 horas. “Muy similar a lo que tenemos en Honduras”. La idea fue tan famosa que se expandió a Europa y naciones empobrecidas en su momento como Suiza y el principado de Liechtenstein la adoptaron rápidamente en la década de 1910.
¿Y qué ganan estos países tomando capitales de empresas y personas sin cobrarles impuestos y sin pagarles intereses? Mucha inversión y empleo, que es precisamente lo que los hondureños quieren. Hasta la pregunta se contestaría por sí misma. Leyendo sobre historia económica nos podemos dar cuenta entonces la razón por la cual Suiza permaneció neutral en las dos grandes guerras, era el refugio fiscal de ambos bandos de la guerra. Tanto Suiza, como Luxemburgo, Islas Caimán, Las Bahamas, Singapur, Emiratos Árabes Unidos (EAU), entre muchas otras naciones han adoptado este modelo el cual les ha ayudado a salir del subdesarrollo o de la miseria en la cual se encontraron alguna vez. ¿Por qué resulta tan difícil ver las oportunidades? ¿Qué nos limita a actuar con franqueza y con visión de progreso? Preguntas para reflexión.

Jairo Núñez es Doctor en Ciencias. Profesor de posgrados en la Universidad Católica y en la UNAH. Director académico de Fundación Eléutera.

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