BARLOVENTO: Simposio sobre Franz Hinkelammert

Por: Segisfredo Infante

La primera vez que leí un texto de este pensador alemán, fue a comienzos de la década del ochenta del siglo próximo pasado. Era un ensayo publicado en la “Revista Centroamericana de Economía”, de mayo-diciembre de 1981, en donde el autor abordaba la relación entre las encíclicas “Rerun Novarum” (o “De las cosas nuevas”, 1891) del Papa León Trece, y la “Laborem Exersens” (o “Sobre el trabajo humano”, 1981) del Papa Juan Pablo Segundo, con noventa años de distancia. Lo que más me atrajo del texto de Franz Hinkelammert fue el método utilizado. Él hablaba de “ruptura y continuidad” entre las interpretaciones sociales del segundo pontífice en relación al primero.

El método de ruptura y continuidad me sirvió al momento de redactar un breve ensayo sobre el poeta peruano César Vallejo, publicado en el número cinco de la revista “Frente” del Sitraunah, correspondiente a los meses de julio, agosto y septiembre de 1983, páginas 49 y 51. En aquel trabajo traté de identificar la ruptura de César Vallejo con los autores modernistas; pero, también, la continuidad del escritor peruano respecto de las herencias imperturbables de Rubén Darío, Inca Garcilaso de la Vega, Miguel de Cervantes y demás escritores recios. (En otro momento volveré sobre este ensayo).

Franz J. Hinkelammert acaba de fallecer en el mes de julio recién pasado. Nunca lo traté personalmente. Quizás por timidez. Pero lo observé en los predios de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras cuando se desempeñaba como director del Postgrado Centroamericano de Economía (Poscae), y leí sus textos cortos. En Costa Rica había fundado previamente el Departamento Ecuménico de Investigaciones. Así que hablamos de un pensador alemán que por razones políticas y emocionales se convirtió en un auténtico escritor de la periferia latinoamericana, con raíces en Chile, Costa Rica y Honduras, países en los que dejó una profunda huella, sobre todo en lo que religa a un análisis económico desde una visión teológica cristiana y marxista, en una perspectiva en que las paradojas y las antinomias kantianas pueden entrelazarse.

Pedro Morazán, economista y pensador hondureño-germánico promovió, ad honorem, la hermosa realización de un “Simposio Académico en Honor de Franz Hinkelammert y Wim Diercxsens”, verificado el martes 12 de septiembre, por la tarde, en el seno del “Doctorado en Ciencias del Desarrollo Humano Sostenible” de la UNAH, con la participación de fuertes intelectuales de Argentina, Guatemala, Alemania y de los estudiantes de este doctorado de la Universidad Autónoma de Honduras. Ojalá todas las facultades universitarias se dieran a la tarea de enaltecer los nombres de los grandes escritores nativos y extranjeros fallecidos que, al margen de las diferencias teóricas necesarias o inevitables, han aportado un semillero intelectual genuino, en tanto que con ello elevaríamos nuestro país hacia un alto rango positivo.

Participaron en la teleconferencia “Zoom” y, de modo presencial, las siguientes personalidades: El doctor Pedro Morazán, como promotor, desde Honduras. El doctor Andrés Musacchio, como coordinador, desde Alemania. La poeta Francesca Randazzo, como lectora de poesía, desde Tegucigalpa. La doctora Aída Medina Salazar, también desde Honduras. La doctora Estela Fernández Nadal, de la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza, Argentina). Y el doctor Alfredo Stein, de la Universidad de Manchester, Inglaterra. Luego los “doctorantes” formularon preguntas vía Internet. Al final Pedro Morazán hizo un cierre presencial, de tribuna libre, con sus estudiantes.

Debo confesar que de la copiosa obra de Franz Hinkelammert apenas tengo a la mano cuatro libros: 1) “Crítica a la razón utópica”. 2) “Democracia y totalitarismo”. 3) “Sacrificios humanos y sociedad occidental; Lucifer y la bestia”. 4) “Hacia una economía para la vida; preludio a una reconstrucción de la economía”. De los cuatro textos mencionados he escudriñado un poco la “Crítica a la razón utópica”, que lo percibo como un libro central en la obra crítica eruditísima de Hinkelammert. De repente podría andar escondido otro libro suyo en medio de mis anaqueles.

Mientras se desarrollaba el “Simposio” me preguntaba a mí mismo si acaso Franz Hinkelammert era un teólogo cristiano que hacía las veces de marxista. O un marxista heterodoxo (no dogmático) que hacía las veces de teólogo cristiano. En todo caso era un humanista con capacidad de derivar las virtudes y defectos del funcionamiento sistémico tanto del capitalismo “neoliberal” como del llamado “socialismo real”. Creo que el pensador alemán-latinoamericano andaba tras la búsqueda de una tercera vía económica, un poco diferente a la de Anthony Giddens. Después de todo hay suficiente reserva bibliográfica con el fin de autoformularse, con el paso de los años, un criterio ecuánime propio, respecto de su obra económica, teológica, filosófica, política y propositiva.