CONTRACORRIENTE: Una mujer en los billetes

Por: Juan Ramón Martínez

En Estados Unidos, la inclusión de una mujer en los billetes, ha sido motivo a un intenso debate. En la mayoría de los países, estas inclusiones han tenido mucho de arbitrariedad. La inclusión de gobernantes vivos, en el ejercicio de sus mandatos, no siempre ha sido bien juzgada por la opinión pública. Gran Bretaña y Estados Unidos, han sido muy cautos en esto. En los países subdesarrollados, por el contrario, se ha prestado para excesos e inclusas ofensas al honor. Somoza puso a su hija. En el 2021, para darle gusto a JOH, se incluyeron unas guaras coloreadas, aunque nosotros le escribimos a Wilfredo Cerrato del BC, oponiéndonos a tal exceso. Fuera del cargo, le pregunté; y, respondió que, no le habían pasado la carta que como coordinador de la “Comisión del Bicentenario de la Independencia” le dirigí. Los áulicos funcionarios, organizaron un acto en Comayagua, al que decliné asistir, en que, contando con la colaboración de un colega distinguido, buscaran disimular su acto de zalamería con el gobernante de turno.

En la historia de Honduras, la primera figura que aparece en los billetes, no emitidos por el gobierno, sino que por “The Aguan Navegation and Improvement Company”, fue la del presidente Luis Bográn. Los emitidos por el Banco de Honduras, llevaban las fotografías de los socios mayoritarios: Ignacio Agurcia y Santos Soto. El Banco Atlantida en 1913, fue autorizado a emitir billetes, los que fueron adornados con bellas figuras femeninas, de moda para entonces. El primer prócer incluido en un billete, fue Lempira, en una imagen desafortunada; que se sabe que es el “Señor de la Sierra”, porque bajo la figura, aparece su nombre. Nada más.

Como sabemos, al establecerse el sistema monetario, en el Congreso se produjo una discusión sobre el nombre de la moneda. Hasta entonces aquí circularon varias monedas extranjeras. Dólares y soles peruanos. En 1894, se obligó a los comerciantes y particulares aceptar el córdoba nicaragüense. En 1926, en el CN se presentaron dos nombres: Morazán y Lempira. El diputado más entusiasmado en el tema, Gustavo R. Castañeda, argumentó y convenció a sus colegas que, eligieran a Lempira. Por ello el nombre de nuestra moneda, lleva el del primer defensor del territorio hondureño. Porque la palabra termina en la vocal a, los extranjeros -creyendo que se trata de una figura femenina-, le anteponen el articulo femenino “la”.

Ahora, con mucha justicia, se busca enmendar el error del billete de 200 lempiras, incorporando una figura femenina. Idea que nos parece no solo excelente, sino merecida. Por lo que creemos, su escogencia debe ser fruto de una discusión nacional, y no solo del capricho de anónimos funcionarios del BC que, de ese modo le dieron en el pasado y posiblemente en el presente, curso a sus pasiones y nimiedades.

La primera mujer, no puede ser, cualquier mujer. Tiene que ser una, fuera de discusión; con los méritos decantados por la historia. Sin tacha alguna. Y que, en vez de dividirnos, nos unifique. Tenemos que escoger entre María Josefa Lastiri de Morazán, Guadalupe de Guardiola, Visitación Padilla, Clementina Suarez, Laura de Lozano, Alejandrina de Villeda Morales, Sor María Rosa y Jeannette de Kawas. Todas, damas juzgadas por la historia y sin nada que, se les pueda poner duda sobre sus vidas. Ninguna de las indicadas despierta pasiones; o, representa posturas políticas divisorias. Y cuyos nombres no excluyen a nadie, sino que abren posibilidades a otras figuras que, como ellas, no despierten animadversiones. Y no nos dividen. Se trata de forjar la nacionalidad y no incurrir en el error de las guaras que, se seleccionaron como zalamería con un gobernante, que no ha sido juzgados por la historia, y que empuja a la división y la polarización.

La esposa de Morazán, es la figura más atrayente. No solo gastó su fortuna apoyando la gesta unionista, sino que, además, lo acompañó en la pobreza, el exilio y el abandono. Es la figura femenina con la cual estamos en mayor deuda, solo disputada con la que tenemos con Sor María Rosa. La lealtad de Josefa de Lastiri a la causa unionista, la fuerza de su carácter para enfrentar los golpes y la ira de los enemigos de su esposo, la hacen a mi juicio, la figura idónea para honrar a las mujeres hondureñas.

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