Por: Carlos G. Cálix
Honduras se encuentra en una encrucijada crítica y no hay tiempo que perder. Es un momento atípico y, de acuerdo a diversos escenarios nuevamente estamos al borde de un posible rompimiento del orden constitucional. No cabe duda que en lugar de ir hacia una democracia liberal, estamos volviendo a una autocracia electoral que nos conduciría hacia una autocracia cerrada, en otras palabras, a un régimen dictatorial.
Claramente los comportamientos de 2017-2021 se están repitiendo tanto como los de 2009. Es importante mencionar que, las elecciones de 2021 nos reubicaron según el V-Dem Regional Center Latin America, en una democracia electoral. Sin embargo, hay suficientes indicios para creer que actualmente esa democracia está en peligro. Por tanto, la lucha por ella no es una opción, es una necesidad urgente, razón por la cual debemos recordar las palabras de destacados pensadores que nos guían en esta batalla por la libertad.
Edmund Burke nos enseñó que la democracia es un contrato social que requiere el compromiso de todos. En Honduras, esa democracia electoral se ha sostenido en la mayoría de los casos gracias a la voluntad del pueblo expresada en elecciones libres y justas, aun con serios cuestionamientos en 2013 y 2017. No obstante, con lo ocurrido en 2021, no podemos permitir que esta voluntad sea ignorada ni que se socave el proceso democrático. La defensa de la democracia es una responsabilidad compartida, por ello la importancia de las elecciones en 2025.
Friedrich Hayek, un defensor incansable de las libertades individuales, nos alertó sobre los peligros del autoritarismo y la planificación centralizada. En estos momentos, debemos estar alerta ante cualquier intento de concentrar el poder en manos de unos pocos. La democracia es la antítesis de la tiranía y debemos protegerla a toda costa.
Michael Oakeshott, un filósofo de derecha, expresaba que la democracia es un proceso continuo de discusión y deliberación. En Honduras, debemos fomentar un debate público abierto y respetuoso. La diversidad de opiniones es esencial para tomar decisiones.
Russell Kirk, un pensador conservador, nos recordaba que nuestra Constitución es un baluarte de la democracia. En momentos de crisis, debemos defenderla como un pacto que establece límites al poder y protege nuestros derechos fundamentales. Cualquier intento de modificarla de manera precipitada o antidemocrática debe ser resistido con determinación. Reitero en voz alta: ¡con determinación!
Milton Friedman, economista y defensor del libre mercado, sostenía que la confianza en las instituciones es esencial para la prosperidad de una sociedad. La democracia se basa en la confianza en el sistema legal y en la imparcialidad de las instituciones. En Honduras, debemos fortalecer nuestras instituciones y garantizar que funcionen de manera óptima.
Pero la lucha por la democracia no puede ser solo una responsabilidad de los pensadores y políticos. Los empresarios, como motor económico del país, tienen un papel crucial que desempeñar. Deben unirse en defensa de la estabilidad y el respeto por las reglas del juego democrático. Sin un entorno político estable, la inversión y el crecimiento económico seguirán en peligro.
Es hora de que los empresarios de Honduras, inspirados en el legado de libertad de pensadores como Hayek y Friedman, se unan en un llamado enérgico a la defensa de la democracia. La estabilidad política es esencial para crear un clima de negocios favorable. Los empresarios deben presionar por la restauración del orden democrático y obligar al gobierno para que garantice un ambiente propicio para el desarrollo económico.
La comunidad internacional también debe escuchar el llamado de Honduras. Los principios democráticos son universales y, Honduras no debe enfrentar esta batalla sola. La democracia es un valor fundamental que debe ser defendido en todas partes. Los líderes internacionales deben unirse para presionar por la restauración del orden constitucional en Honduras y garantizar que se respete la voluntad del pueblo.
En tiempos de crisis, como bien lo señalaba el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, la democracia puede parecer imperfecta, pero es el sistema que nos brinda la mejor oportunidad de avanzar como sociedad. No podemos permitir que se acabe el tiempo. La lucha por la democracia en Honduras es una lucha por la libertad, la justicia y la prosperidad de nuestro pueblo.
En conclusión, Honduras se encuentra en una encrucijada crítica y, la democracia está en peligro. La sabiduría de pensadores como Burke, Hayek, Oakeshott, Kirk y Friedman nos guía en esta lucha. Los empresarios tienen la responsabilidad de defender la estabilidad política y la comunidad internacional debe respaldar nuestros esfuerzos. No podemos permitir que se rompa el orden constitucional. La democracia es el faro que guía nuestro camino hacia un futuro mejor para Honduras. La hora de actuar es ahora.
[email protected] Carlos G. Cálix es doctor en ciencias y director general de MacroDato. Posdoctorado IIESS-CONICET.