Por: German Edgardo Leitzelar Hernández*
La democracia es el sistema político más ampliamente adoptado en todo el mundo como la forma de gobierno. Sin embargo, la efectividad de la democracia varía significativamente de un país a otro, y los países subdesarrollados a menudo enfrentan desafíos particulares que vinculan a este proceso democrático con una valoración de sus resultados y efectividad desde el momento mismo en que evaluamos su proceso electoral. Así pues, existen métodos electorales que van desde mejores a peores para los fines de promocionar el desarrollo en un país como el nuestro, todo lo cual comienza con que nos centremos en la garantía de una participación ciudadana que sea plena, transparente y con resultados de representación justa.
El sistema electoral es esencial para los procesos democráticos y debe estar diseñado de forma que promueva una representación equitativa y basada en métodos que respondan a nuestras necesidades y que en verdad representen nuestra voluntad popular y entendiendo que somos nosotros como pueblo hondureño los que ocupamos cada espacio, sea político, profesional, productivo, empresarial, de autoridades y gobierno, y será siempre nuestra conducta la fuente para que estos escenarios cambien para bien.
Necesitamos un sistema electoral ideal y efectivo que posea las características esenciales para que ser en verdad el vehículo que promueva y desarrolle la democracia y desarrollo que los hondureños esperamos y merecemos. Esas características incluyen universalidad, igualdad, secreto del voto, libre competencia, transparencia, participación ciudadana, representación proporcional, mecanismos de rendición de cuentas, educación electoral, control de financiamiento de campañas, independencia de las autoridades electorales, recursos legales y judiciales, controles sólidos de los métodos de voto electrónico y tecnología, y límites a los mandatos presidenciales y su influencia en el proceso de lección. Todas y cada una de estas características desempeña un papel crucial en la construcción de un sistema electoral sólido y justo.
Universalidad garantiza que todos los ciudadanos tengan el derecho y la oportunidad de votar sin discriminación. Igualdad asegura que cada voto tenga el mismo peso e influencia en el resultado de la elección. Voto secreto permite a los votantes expresar sus preferencias de manera anónima y sin temor a represalias. Libre competencia fomenta la participación de sus candidatos en igualdad de condiciones. Transparencia abarca desde la inscripción de votantes hasta el recuento de votos y la declaración de resultados, incluyendo la supervisión de observadores independientes.
Nuestra participación ciudadana es esencial para que los ser procesos electorales sean mejores. Representación proporcional refleja de manera justa la distribución de votos a nivel nacional o regional. Mecanismos de rendición de cuentas garantizan que los funcionarios electos sean responsables de sus acciones. Educación electoral empodera a los ciudadanos para tomar decisiones informadas y el control de financiamiento de campañas regula y transparenta la influencia del dinero en la política.
Independencia de las autoridades electorales evita influencias políticas partidistas. Recursos legales y judiciales resuelven disputas electorales de manera justa. Voto electrónico y la tecnología podrán mejorar eficiencia e integridad en las elecciones. Límites a los mandatos presidenciales promueven la rotación en el poder. Financiamiento político transparente reduce la influencia indebida de intereses particulares. Libertad de prensa y la observación electoral independiente garantizan la vigilancia y la rendición de cuentas en el proceso electoral.
Finalmente no es un secreto que como ciudadanos no sentimos que la oferta electoral sea la mejor, esto se desprende del hecho de que aparte de una lamentable intrusión de parte de las elites tanto políticas como económicas o resumiéndolas como elites de poder no existe una vocación institucional ni ciudadana de respeto a la ley. Sin la implementación y respeto a estas características, el fortalecimiento a nuestra democracia y desarrollo nunca serán alcanzados. La mejora del sistema electoral es un paso crucial hacia un futuro más prometedor y justo para estas naciones, permitiendo que los ciudadanos ejerzan su derecho al voto de manera libre y justa, y que sus voces sean escuchadas en el proceso democrático, por tanto debe ser una exigencia de todos y cada uno de los ciudadanos de Honduras, no olvidemos nunca que es el pueblo el verdadero dueño de todo proceso y tenemos el derecho a que este sea simple y sencillamente una herramienta para convertir nuestras aspiraciones democráticas en una realidad.
Estamos deseosos como nación que las elecciones sean una fiesta democrática en la que el sentimiento que nos mueva sea el de tener absoluta certeza de que vamos a escoger entre los mejores hombres y mujeres para dirigir a nuestra nación, que sepamos que más allá de quien gane siempre el pueblo sea el ganador porque no importara a quien escojamos pues cualquiera garantizara que todas sus acciones existirán con el propósito de alimentar el deseo de engrandecer a nuestra Honduras.
“Hagamos nuestras las elecciones”.
Abogado laboralista independiente*