1926: Prensa deportiva desde la tierra de los incas

Por: Jorge Raffo*

El “crack” financiero de 1929 generado en Nueva York fue nefasto para Latinoamérica desde los puntos de vista económico y social, pero tuvo también un negativo impacto cultural al frenar el incipiente contacto periodístico hondureño-peruano que venía produciéndose desde tres años antes. Se trataba de países con rica cultura ubicados en el mismo continente pero que se dispensaban un trato que, sin perder las formas de la cortesía, era algo distante como si fueran naciones ubicadas en las antípodas del planeta. Ese estado de cosas empezaría a cambiar dos décadas después con la Carta de Bogotá de 1948 que abrió escenarios para la cooperación continental en general y la colaboración periodística en particular.

Volviendo al hilo de este relato ¿en qué consistió el “experimento” periodístico de 1926? Fue un hecho fortuito, no preconcebido pero que evidenció el “sentido de la oportunidad” de periodistas peruanos y hondureños. Los diarios peruanos llegaban a los lectores del istmo vía suscripción en los vapores de la “Pacific Steam Navigation Company” (PSNC) que había ampliado su selección de periódicos y revistas para sus pasajeros en las rutas del Pacífico desde y hacia Sudamérica. Pronto se descubrió el filón que interesaba al lector en tierras mayas e incas: el deporte y, dentro de este, particularmente, el fútbol. Así empiezan a circular una o dos hojas sueltas con las noticias deportivas más destacadas. El diario arequipeño “El Pueblo”, por ejemplo, insertaba en las ediciones que iban para el barco, una hoja desglosable con los resultados del balompié que el pasajero podía conservar y transmitir a un tercero con lo cual se aseguraba su efecto multiplicador. Si en el diario de ese día la hoja en cuestión había sido ya tomada por alguien, los diligentes camareros de la embarcación añadían el desglosable correspondiente. Si el suplemento deportivo se acababa, se ordenaba una reimpresión en el puerto en el que el bajel se encontrase. Es razonable especular que bien pudo haber sido este el origen remoto de las, más tarde, revistas deportivas especializadas.

La noticia que abrió la temporada futbolística de ese año fue el encuentro entre el combinado del Atlético Chalaco y el Buenos Aires contra el combinado del Alianza Lima y Deportivo Progreso que se disputó en el estadio del “Círcolo Sportivo Italiano”, imponiéndose los chalacos-bonaerenses por dos tantos contra uno. La nota estaba auspiciada por la marca “DEI”, fábrica de bicicletas italianas “especialista en máquinas de carrera y máquinas de gran lujo” comercializadas en Perú y Honduras (Revista Mundial Nro. 304, 1926). Lima tenía también una temporada futbolística internacional en la que invitaba a cuadros argentinos (como el Club “Progresista”) y uruguayos (como el Club “Belgrano”, hoy extinto, y el “Peñarol”) cuya presencia era regularmente financiada por la comunidad italiana de los tres países. Estrellas platenses de la época como Juan Bianchi, Juan Presta, Juan Tubio y estrellas uruguayas como Noguez, Matureli y Buzetta se presentaron en el Perú; sus fotografías en plena acción goleadora alimentaron a la afición centroamericana.

La reimpresión del “suplemento deportivo” peruano en puertos centroamericanos brindó el espacio para incorporar notas breves sobre el desarrollo del fútbol en el istmo que, por aquel entonces, disputaba su existencia con el beisbol que las transnacionales estadounidenses habían llevado consigo; baste recordar, a título de ejemplo, que el hoy famoso “Olimpia” de Honduras nació como equipo de béisbol, lo mismo que el “Panama Athletic Club”.

El desaparecido diario uruguayo “El Siglo”, a efectos de lograr una afirmación del fútbol en la región, propuso una alianza de periodistas del balompié hondureño-peruano-uruguaya que, si bien no se concretó por razones logísticas, no deja de ser una valiosa señal del espíritu gregario que despertaba esta disciplina deportiva entre los latinoamericanos.

Una de las últimas notas del desglosable deportivo que, durante esos años nutrió al mundo de los pasatiempos que se divulgaba por correo marítimo, fue la entrevista al señor Claudio Martínez, expresidente de la Federación Peruana de Fútbol de 1924 y a la sazón presidente del “Atlético Chalaco”, donde anunció la presencia del “Real Club Deportivo Español” y su estrella el guardameta Ricardo Zamora, en la temporada futbolística internacional del Perú de 1928-1929. Desafortunadamente, este ejercicio de cooperación periodística no sobrevivió a los cambios políticos y económicos que se operaron, en 1930, en Perú y Honduras.

Apogeo de una epopeya periodística digna de recuerdo cuando reporteros incas y mayas decidieron, con sus modos y estilos de la profesión a la que pertenecían, impulsar las relaciones de dos naciones hermanas.

*Embajador del Perú en Guatemala.