Tavita. Cuentos mediocres, diálogos fútiles en el drama nacional

Por: Froylán Ochoa Alcántara

Así denominó el autor de esta obra literaria, el Dr. David Humberto Trejo a quien conocimos en la Facultad de Derecho, valga decir, que este amigo de origen salvadoreño, tuvo destacada participación social en el ámbito universitario y cosechó excelentes relaciones sociales y profesionales en la sociedad hondureña, de tal manera que, respondiendo a su capacidad creativa se propuso fundar el teatro en la Facultad de Leyes. No, preciso la fecha exacta, pero fue en el año 68 que David organizó aquel grupo de inquietos muchachos y con la cooperación de Irma Leticia Silva de Oyuela a la sazón directora de Extensión Universitaria y como asesores los profesores españoles Andrés Morris, Llopis y el novel actor nacional Francisco Salvador, se logró la presentación de varias obras de teatro tanto en Costa Rica como en El Salvador. En las tierras cuscatlecas nos presentamos en San Salvador, Santa Ana y por supuesto en Ciudad Barrios. En Tegucigalpa, en el Teatro Nacional llevó a las tablas la conocida obra denominada “Luz Negra” de Álvaro Menéndez Leal y ahora, después de varios años, escribe su libro Tavita que fuera presentado ante la Academia Hondureña de la Lengua. Dicho acto se vio muy solemne con la presencia de invitados especiales, cuerpo diplomático y muchos representantes de la sociedad hondureña.

Correspondió al académico y profesional del Derecho, don Aníbal Puerto, exponer ante la concurrencia el análisis crítico de la obra en mención, para lo cual emitió juicios de valor sobre la temática social así como política que el autor presenta con gran realismo el acontecer cotidiano y vivencias de su pueblo natal.

En la obra el escritor ahonda en el tradicionalismo regional que se desarrolla en el diario vivir que acontecen en la vida de aquel pueblo pequeño fronterizo con nuestro país. Situaciones familiares expuestas de manera auténtica captadas como fiel testigo de aquellas circunstancias que se dan en el acontecer/cotidiano a inicios del siglo veinte y parte final del siglo anterior, cabe mencionarlo que en Ciudad Barrios sucedieron importantes hechos que marcaron parte de la historia del pueblo salvadoreño.

Esta interesante obra de valioso contenido a mi modo de ver constituye un invaluable instrumento informativo de la idiosincrasia social que se experimenta tanto en los pueblos del país salvadoreño como aquí en nuestro país, Honduras. Dicho enclave social adquiere su partida de nacimiento por medio del Decreto Ejecutivo firmado por el excelentísimo señor presidente de la República de El Salvador don Carlos Meléndez, de fecha 21 de abril (no se indica el año, en página 168) en honor a la memoria del benemérito capitán general Gerardo Barrios, se otorga a la villa de Cacahuatique el título de ciudad y se cambia el nombre por el de Ciudad Barrios.

Otro apunte de suyo interesante, como diría el recordado escritor y poeta hondureño don Eliseo Pérez Cadalso, es el que copiamos literal así: “En la Capital se inaugura la Basílica del Sagrado Corazón, construida en madera y lámina, por el arquitecto hondureño Pascasio Gonzáles, también edificador de la Catedral Metropolitana y el antiguo Teatro Nacional consumido por las llamas”.

Como ya lo hemos apuntado en la parte introductoria de este artículo, el libro abunda en datos históricos relativos a personajes de la historia centroamericana. Entre páginas se lee:

Repasan cariñosamente los años que vivió en Santa Tecla en casa de don Manuel Sol con sus cuñadas Josefa Barrios, madre de Adela Díaz y con Petronila Barrios viuda del general José Trinidad Cabañas, hondureño, patriota unionista, lugarteniente de Francisco Morazán peleó en las batallas de El Espíritu Santo y en San Pedro de Peruluapán en 1839; en 1852 elegido Presidente de Honduras. Este acucioso escritor aporta datos históricos referidos a la patriótica movilización comandada por Gerardo Barrios para expulsar de Nicaragua al invasor del norte William Walker.

Y así discurrimos en la lectura de este valioso volumen con la amplia y diversa información socio-política además de histórica exposición que por demás que hubiéramos deseado transmitir a los lectores nos resulta difícil hacerlo en este espacio que nos brinda este rotativo nacional, a quien agradecemos con toda la amabilidad del caso.