Por: Carlos G. Cálix*
En los primeros días del año 2024, ha hecho más ruido el Cohep izando una bandera en duelo por el empleo que, otras instituciones que en dos años se han quedado cobardemente calladitas. De alguna manera como dijo José de San Martín: “Hace más ruido un solo hombre gritando que cien mil callando”. En este caso, ha sido el Consejo Hondureño de la Empresa Privada que, en menos de tres días, luego de una publicación en la red social “X” acompañada de una imagen con una bandera negra “en duelo por el empleo”, ha registrado 90,2k visualizaciones, 306 likes, 172 shares y 247 comentarios. A esto hay que agregar todos los titulares en los medios de comunicación tradicionales y en redes sociales. Indudablemente esa bandera negra es un emblemático acto de valentía empresarial al manifestar los serios problemas de empleo que sufren aproximadamente 2.5 millones de hondureños.
Con esta acción, los empresarios que han tomado la decisión de ir de frente, con datos y fuentes confiables, los que hoy se han caracterizado por su valentía, compromiso con la sociedad y su constante necesidad de renovación para adaptarse a las nuevas circunstancias de cada momento y que han sido capaces de verse en el espejo de los empresarios nicaragüenses, merecen un aplauso de pie.
Con dicha acción, debe de iniciarse en verdadero proceso de consolidación empresarial apoyado por la Federación de Cámaras de Comercio e Industrias de Honduras (Fedecamara), posiciones que deben de ser alineadas estratégicamente por la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa (CCIT) o por la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC) que permitan aglutinar al resto del gremio empresarial hondureño.
Es un hecho que las empresas son el motor de arranque en la creación de empleo, liderando equipos y contribuyendo a que nuestra sociedad avance y mejore. Por ello, resulta necesario que todo el sector empresarial y de manera particular las Pymes, sean el centro de las políticas de los gobiernos si queremos garantizar el bienestar de la sociedad. La premisa es simple: a mayores facilidades para la inversión, mayores oportunidades para los hondureños.
Al igual que, en 2024 lo ha hecho el Cohep, en varios países, los gremios empresariales han desempeñado un papel crucial al manifestar valentía frente a gobiernos autoritarios, defendiendo principios como la libertad empresarial, el Estado de derecho y la democracia. Un ejemplo destacado es la Confederación Venezolona de Industriales (Conindustria) durante la presidencia de Hugo Chávez.
Durante la década del 2000, Chávez implementó políticas económicas controvertidas y nacionalizó varias empresas, generando inquietud en el sector empresarial. Con industria, liderada por figuras como Eduardo Gómez Sigala, expresó valientemente su desacuerdo con estas medidas, abogando por un enfoque más favorable al mercado y la propiedad privada. La confederación emitió comunicados, participó en protestas y mantuvo un diálogo crítico con el gobierno, enfrentando riesgos considerables en un entorno político hostil.
En Turquía, la Unión de Cámaras y Bolsas de Mercancías de Turquía (TOBB) ha demostrado valentía frente al gobierno autoritario de Recep Tayyip Erdogan. Rifat Hisarcıklıoğlu, presidente de TOBB, ha abogado por la libertad empresarial y se ha opuesto a políticas gubernamentales que limitan la autonomía del sector privado. TOBB también ha defendido la democracia, especialmente en momentos de crisis política en el país, expresando preocupación por la erosión de las instituciones democráticas.
En Zimbabwe, durante el régimen autoritario de Robert Mugabe, la Confederación de Empresarios de Zimbabwe (CZI) se destacó al abogar por reformas económicas y la restauración del Estado de derecho. La CZI, bajo el liderazgo de Busisa Moyo, desafió públicamente las políticas económicas perjudiciales del gobierno y abogó por un entorno empresarial favorable.
Estos ejemplos subrayan cómo los gremios empresariales, a través de sus líderes y acciones colectivas, han demostrado valentía al desafiar gobiernos autoritarios. Su resistencia ha contribuido a preservar la independencia empresarial, proteger el Estado de derecho y promover valores democráticos. Así que, la decisión del Cohep ha sido valiente y les demuestra a los empresarios “calladitos” que de cien valientes pueden salir muchas decisiones heroicas.
Marco Aurelio escribió una vez: “El impedimento a la acción hace avanzar la acción. Lo que se interpone en el camino se convierte en el camino”. Por tanto, los retos no son contratiempos, sino oportunidades de crecimiento. En este sentido, junto a la estrategia de 2024, sugiero a los valientes líderes empresariales hacer una revisión de los conceptos de una oposición estoica en favor de la libertad económica, con la bandera de la libre empresa y con más informes contundentes que expliquen, por qué el sueño del hondureño debe ser en su país y no afuera, tal como lo ha expresado un directivo del Cohep.
*[email protected] Carlos G. Cálix es doctor en ciencias y director general de MacroDato.